La CHE reducirá a la mitad la duración de las nuevas concesiones de agua
Lun, 14/02/2011
La CHE acortará prácticamente a la mitad la duración de las nuevas concesiones de agua que se otorguen en la demarcación del Ebro. Actualmente ese plazo está fijado en 75 años como máximo, pero con la entrada en vigor del nuevo plan de cuenca se reducirá, como norma general, hasta los 40. Una vez caducado, el aprovechamiento no desaparecerá, sino que volverá a manos del Estado y podrá concederse de nuevo con las condiciones que se consideren oportunas en ese momento.
Fuentes de la Confederación explican que con esta decisión se persigue que los recursos hídricos de cada río no queden hipotecados para periodos de tiempo tan largos. La medida ha sido consensuada con usuarios y comunidades autónomas, y se ha adoptado teniendo en cuenta que en el futuro puede ser necesario revisar las concesiones de agua por efecto del cambio climático o de otros factores.
«También se ha valorado que en cuatro décadas se puede amortizar la inversión realizada para el aprovechamiento de unos determinados caudales. Por poner un ejemplo, la vida útil de las presas suele ser de 50 años -añaden las -por eso muchas de las concesiones actuales caducan el 1 de enero de 2061-. Ahora, la CHE se aferra a que los 75 años son un plazo máximo y propone que los nuevos aprovechamientos se otorguen, como norma general, para 40 años. El borrador del plan de cuenca deja claro que ese plazo podrá alargarse si hay circunstancias que justifiquen la excepción, pero también establece que, bajo determinadas condiciones, las concesiones se concederán para 25 años prorrogables de lustro en lustro hasta llegar a los 40. Este supuesto está previsto para aquellos aprovechamientos que se autoricen sin que se hayan determinado los caudales ecológicos del tramo de río en el que se haga la captación o, en el caso de las aguas subterráneas, sin que se hayan podido prever las afecciones a los acuíferos.
La Confederación también ha decidido que los plazos concesionales podrán reducirse «todo lo necesario» cuando se aprecie que una determinada captación no contribuye al uso «eficiente y sostenible» de los recursos hídricos. mismas fuentes-. Además, en el caso de las concesiones hidroeléctricas ya hay una instrucción del Ministerio que también fija el límite máximo en 40 años».
La CHE insiste en que la reducción del plazo de los aprovechamientos se plantea «con la misma filosofía» seguida en todo el plan de cuenca: compatibilizar los usos del agua -en este caso, la seguridad jurídica y económica del peticionario- con la preservación de los valores naturales de los ríos.
La Ley de Aguas de 1985 dice que todas las concesiones de caudal se deben otorgar en función de lo establecido en los planes de cuenca, con carácter temporal y por un plazo no superior a 75 años. Además, en una de sus disposiciones transitorias estableció ese mismo horizonte temporal para aquellos aprovechamientos que, siendo anteriores a la entrada en vigor de esta norma, fueron concedidos a perpetuidad o por un periodo de tiempo más largo
Fuentes de la Confederación explican que con esta decisión se persigue que los recursos hídricos de cada río no queden hipotecados para periodos de tiempo tan largos. La medida ha sido consensuada con usuarios y comunidades autónomas, y se ha adoptado teniendo en cuenta que en el futuro puede ser necesario revisar las concesiones de agua por efecto del cambio climático o de otros factores.
«También se ha valorado que en cuatro décadas se puede amortizar la inversión realizada para el aprovechamiento de unos determinados caudales. Por poner un ejemplo, la vida útil de las presas suele ser de 50 años -añaden las -por eso muchas de las concesiones actuales caducan el 1 de enero de 2061-. Ahora, la CHE se aferra a que los 75 años son un plazo máximo y propone que los nuevos aprovechamientos se otorguen, como norma general, para 40 años. El borrador del plan de cuenca deja claro que ese plazo podrá alargarse si hay circunstancias que justifiquen la excepción, pero también establece que, bajo determinadas condiciones, las concesiones se concederán para 25 años prorrogables de lustro en lustro hasta llegar a los 40. Este supuesto está previsto para aquellos aprovechamientos que se autoricen sin que se hayan determinado los caudales ecológicos del tramo de río en el que se haga la captación o, en el caso de las aguas subterráneas, sin que se hayan podido prever las afecciones a los acuíferos.
La Confederación también ha decidido que los plazos concesionales podrán reducirse «todo lo necesario» cuando se aprecie que una determinada captación no contribuye al uso «eficiente y sostenible» de los recursos hídricos. mismas fuentes-. Además, en el caso de las concesiones hidroeléctricas ya hay una instrucción del Ministerio que también fija el límite máximo en 40 años».
La CHE insiste en que la reducción del plazo de los aprovechamientos se plantea «con la misma filosofía» seguida en todo el plan de cuenca: compatibilizar los usos del agua -en este caso, la seguridad jurídica y económica del peticionario- con la preservación de los valores naturales de los ríos.
La Ley de Aguas de 1985 dice que todas las concesiones de caudal se deben otorgar en función de lo establecido en los planes de cuenca, con carácter temporal y por un plazo no superior a 75 años. Además, en una de sus disposiciones transitorias estableció ese mismo horizonte temporal para aquellos aprovechamientos que, siendo anteriores a la entrada en vigor de esta norma, fueron concedidos a perpetuidad o por un periodo de tiempo más largo