Indígenas protestan en Brasilia contra la construcción de la tercera presa más grande del mundo
Mié, 09/02/2011
Cientos de indígenas brasileños han protestado en la capital, Brasilia, contra la construcción de la que podría ser la tercera presa hidroeléctrica más grande del mundo. Los cabecillas tribales entregaron una petición en este sentido firmada por más de 600.000 personas.
Los ecologistas advierten de que el embalse de Belo Monte, en la cuenca del Amazonas, dañará el mayor bosque tropical sobre la tierra. El ministro de Energía, Edison Lobao, adelanta que la construcción comenzará pronto, y promete que las poblaciones afectadas serán compensadas y reasentadas. El precio de las obras se estima en el equivalente a unos 7.300 millones de euros.
El dirigente tribal Raoni se muestra convencido de que el proyecto traerá "cosas malas" a los aldeanos. "No queremos Belo Monte porque destruirá nuestros ríos, nuestra selva y nuestra forma de vivir", señaló.
Otro líder indígena, Ireo Kayapo, se queja de que su comunidad no ha recibido la información necesaria sobre el proyecto, y vaticina que será expulsada de su territorio. "Habrá guerra y se derramará sangre", advierte.
Todavía no se dispone de los permisos pertinentes para comenzar con las obras, pero el mes pasado la agencia oficial de medio ambiente, Ibama, dio su visto bueno al inicio de las tareas de preparación del terreno donde se instalará la presa.
El Gobierno insiste en que se trata de un elemento crucial para el desarrollo y la creación de empleo, y cifra en 23 millones las viviendas a las que llegará electricidad de la central. Será la tercera presa más grande del mundo después de la de las Tres Gargantas (China), y la de Itaipu (Brasil y Paraguay), según la BBC.
En torno a 500 kilómetros cuadrados de terreno quedarán bajo las aguas, lo que según los activistas amenazará los lugares de residencia de unas 50.000 personas. En su lucha contra el proyecto, los ecologistas cuentan con el apoyo de celebridades como el cantante Sting y el director de cine James Cameron.
Los ecologistas advierten de que el embalse de Belo Monte, en la cuenca del Amazonas, dañará el mayor bosque tropical sobre la tierra. El ministro de Energía, Edison Lobao, adelanta que la construcción comenzará pronto, y promete que las poblaciones afectadas serán compensadas y reasentadas. El precio de las obras se estima en el equivalente a unos 7.300 millones de euros.
El dirigente tribal Raoni se muestra convencido de que el proyecto traerá "cosas malas" a los aldeanos. "No queremos Belo Monte porque destruirá nuestros ríos, nuestra selva y nuestra forma de vivir", señaló.
Otro líder indígena, Ireo Kayapo, se queja de que su comunidad no ha recibido la información necesaria sobre el proyecto, y vaticina que será expulsada de su territorio. "Habrá guerra y se derramará sangre", advierte.
Todavía no se dispone de los permisos pertinentes para comenzar con las obras, pero el mes pasado la agencia oficial de medio ambiente, Ibama, dio su visto bueno al inicio de las tareas de preparación del terreno donde se instalará la presa.
El Gobierno insiste en que se trata de un elemento crucial para el desarrollo y la creación de empleo, y cifra en 23 millones las viviendas a las que llegará electricidad de la central. Será la tercera presa más grande del mundo después de la de las Tres Gargantas (China), y la de Itaipu (Brasil y Paraguay), según la BBC.
En torno a 500 kilómetros cuadrados de terreno quedarán bajo las aguas, lo que según los activistas amenazará los lugares de residencia de unas 50.000 personas. En su lucha contra el proyecto, los ecologistas cuentan con el apoyo de celebridades como el cantante Sting y el director de cine James Cameron.