Australia tardará dos años en recuperarse de las inundaciones
Vie, 14/01/2011
«Hemos visto escenas de devastación y destrucción increíbles, barrios enteros donde solo se distinguen los tejados y donde centros de trabajo enteros han quedado completamente bajo el agua». Brisbane, la tercera ciudad más poblada de Australia, presentaba ayer un aspecto similar al de «una zona de guerra» tras ser arrasada en los últimos días por las mayores inundaciones que se recuerdan en el noroeste del país. La capital del Estado de Queensland se encuentra totalmente anegada tras el desbordamiento del río que da nombre a la ciudad, pese a que las lluvias torrenciales caídas ayer no cumplieron las previsiones más pesimistas, lo que ha permitido salvar 8.000 viviendas.
Hasta el momento, el número de personas que han perdido la vida bajo las aguas alcanza la quincena, mientras que al menos 60 continúan desaparecidas y la cifra de damnificados ronda los 200.000. La última víctima mortal -la primera de Brisbane- es un joven de 24 años que fue tragado por una alcantarilla cuando inspeccionaba la situación de la casa de su padre.
Las autoridades han prometido más agentes para que patrullen las calles y vigilen que no se produzcan nuevos casos de saqueos en una ciudad semiabandonada, particularmente en los 35 barrios anegados por la crecida de las aguas. A pie de calle, los ciudadanos evacuados todavía no saben cuándo podrán volver a sus casas. La destrucción de la red de infraestructuras de Queensland es «masiva», principalmente en la arteria de carreteras comarcales, por lo que se necesitarán al menos dos años para completar las obras de rehabilitación. «Nos enfrentamos a una reconstrucción de proporciones de posguerra», alertaba ayer el técnico del Gobierno australiano Greg Hallam.
Las imágenes aéreas de las ciudades de Brisbane, Ipswich, Toowoomba y otras áreas muestran un paisaje desolador, con un manto de agua marrón, lodosa, que cubre parques industriales enteros, carreteras, puentes, vías férreas, zonas de cultivo y plantaciones. Una tropa de 120 soldados y 90 voluntarios se afanaban ayer en la búsqueda y rescate de las personas desaparecidas en el Valle del Lockyer, atravesado por una lámina de agua de hasta ocho metros.
Hasta el momento, el número de personas que han perdido la vida bajo las aguas alcanza la quincena, mientras que al menos 60 continúan desaparecidas y la cifra de damnificados ronda los 200.000. La última víctima mortal -la primera de Brisbane- es un joven de 24 años que fue tragado por una alcantarilla cuando inspeccionaba la situación de la casa de su padre.
Las autoridades han prometido más agentes para que patrullen las calles y vigilen que no se produzcan nuevos casos de saqueos en una ciudad semiabandonada, particularmente en los 35 barrios anegados por la crecida de las aguas. A pie de calle, los ciudadanos evacuados todavía no saben cuándo podrán volver a sus casas. La destrucción de la red de infraestructuras de Queensland es «masiva», principalmente en la arteria de carreteras comarcales, por lo que se necesitarán al menos dos años para completar las obras de rehabilitación. «Nos enfrentamos a una reconstrucción de proporciones de posguerra», alertaba ayer el técnico del Gobierno australiano Greg Hallam.
Las imágenes aéreas de las ciudades de Brisbane, Ipswich, Toowoomba y otras áreas muestran un paisaje desolador, con un manto de agua marrón, lodosa, que cubre parques industriales enteros, carreteras, puentes, vías férreas, zonas de cultivo y plantaciones. Una tropa de 120 soldados y 90 voluntarios se afanaban ayer en la búsqueda y rescate de las personas desaparecidas en el Valle del Lockyer, atravesado por una lámina de agua de hasta ocho metros.