El Duero habrá perdido un 6,6% de sus recursos en 2027 por el cambio climático

Sáb, 08/01/2011

El Mundo

La irrupción del cambio climático se deja ya sentir en el dominio de la Cuenca del Duero, especialmente en las zonas central, meridional y occidental, que han perdido desde el año 1998 un 18,34% de los recursos hidrológicos, al reducirse de media un 9,1% las precipitaciones registradas. Además, se espera un «agravamiento progresivo» y «homogéneo» de la sequía, que añadirá una nueva merma en el horizonte de 2027, que los últimos estudios fijan en un 6,6%, lo que se traducirá en 743 hectómetros cúbicos menos al año, informa Ical. Estos datos, que se desprenden del nuevo Plan Hidrológico de la vertiente española del Duero, dibujan unas previsiones poco halagüeñas para el río. El documento, que marca las reglas de juego de las decisiones en política del agua, se extenderá hasta el año 2015, fecha que se ha hecho coincidir con la finalización de la actual Directiva Marco del Agua. Así, fija un conjunto de medidas con el fin de garantizar el agua tanto para agricultura -donde se estima que la demanda caerá con motivo de la modernización del regadío- como para abastecimiento humano y de la industria -sectores donde las solicitudes aumentarán.La evolución del clima en el periodo 2010-2027 de la Cuenca que maneja la CHD y que recoge el Plan Hidrológico, se asemeja a los escenarios de otras cuencas que recogen los estudios de la Dirección General de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Medio Marino (MARM). La previsión para el Duero es inferior a la reducción del 7% estimado para la del Tajo, pero superior a la del 5% para la del Ebro. Sin embargo, para la Cuenca del Miño-Sil se estima una reducción del 3% y de tan solo el 2% para la cuenca del Cantábrico. Estos datos indican para la CHD que la disminución del 6,6% se ajustará más a las áreas centrales, meridionales y orientales del Duero. El denominado "Efecto 80" se ha dejado notar en la cuenca del Duero, donde se ha registrado disminuciones en la aportación, es decir, la precipitación en contribución. Mientras para el conjunto de la parte española de la demarcación eran de 15.168 hectómetros cúbicos en 1998, ahora se cifran en 12.385, es decir, 2.783 hectómetros cúbicos menos, lo que supone una reducción del 18% respecto al valor utilizado en el Plan Hidrológico anterior. La distribución de la reducción no es homogénea, ya que las mayores se han producido en las áreas occidental y meridional, es decir, Bajo Duero, Águeda, Tormes y Cega-Eresma-Adaja, todas ellas con reducciones superiores al 30%. La cabecera de la Cuenca y el resto de la margen izquierda también sufren fuertes reducciones: 20,5% en el Alto Duero y 28,3% en Riaza-Duratón. Por último, en la zona septentrional las disminuciones son menores en el Arlanza (9%), en el Pisuerga (10%), en el Carrión y Esla-Valderaduey (16%) y Tera (17%). La reducción de las precipitaciones también ha venido acompañada de un incremento de la temperatura, que alcanza un valor medio anual de 10,7 grados en la Cuenca del Duero. Así, mientras que el Plan Hidrológico anterior (1998) consideraba que la precipitación anual en el ámbito territorial del Duero se aproximaba a los 50.868 hectómetros cúbicos, ahora prevé contar con unos 46.231 al año. Esta reducción está siendo especialmente relevante en la zona del Águeda (más del 25%) y también resulta importante en otras subcuencas occidentales y meridionales como Támega-Manzanas, Aliste-Tera, Tormes y Cega-Eresma-Adaja. Por el contrario, el valor de la precipitación es mayor en el Bajo Duero. En el resto de las zonas también se han registrado reducciones comprendidas entre el 2,5% en el Órbigo y el 8,7% en el Alto Duero. En concreto, el Plan Hidrológico propone tres tipos de escenarios: situación de normalidad; situación irregular, en la que se prevé la existencia de años lluviosos intercalados con años de sequía; y el escenario de cambio climático, con una reducción continua de las precipitaciones.