El CSIC minimiza el impacto del dragado sobre el Guadalquivir
Lun, 03/01/2011
El informe del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de las universidades de Granada y Córdoba que ha llevado a una comisión científica a considerar que "no es recomendable" el dragado del Guadalquivir para aumentar en un metro y medio la profundidad y permitir el paso de buques de mayor calado identifica otras actuaciones humanas y propuestas de desarrollo más dañinas que el proyecto del Puerto de Sevilla. De hecho, llega a considerar que el dragado, que es una actividad habitual y que prevé hasta 20 millones de inversión para correcciones ambientales y un sistema permanente de seguimiento para evitar alteraciones, es, en algunos aspectos y situaciones, beneficioso.
Todo lo contrario opina de una eventual ampliación del arrozal que, según el informe, "conlleva el incremento de la demanda de agua dulce, la cual se extrae del caudal circulante por el estuario, reduce aún más la biodiversidad del sistema, favorece, un poco más, los episodios de toxicidad y condiciona la única alternativa posible que se puede manejar para controlar episodios de turbidez extrema o de toxicidad".
El Puerto de Sevilla completó en 2003 un informe de impacto ambiental para el dragado del río que incluye un gasto en medidas correctoras superior al propio coste de la obra. En total, se quieren invertir 40 millones para que pueda entrar en Sevilla el 90% de los buques de la flota mercante y grandes cruceros. En torno al proyecto hay comprometida una inversión privada de 383 millones de euros. Además, complementa la obra de la nueva esclusa, que ha costado 160 millones.
Estas cifras hacen comprensible que el Puerto de Sevilla ya esté aplicando medidas correctoras, investigando, recogiendo millones de datos de los sensores instalados a lo largo del río y dispuesto a cumplir con cuantas medidas considere oportunas el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino.
Si dan el visto bueno al dragado, se puede empezar a trabajar al día siguiente y tener el puerto al 100% disponible en 2012. Si se consolidan todas las inversiones previstas, se generarán 17.000 puestos de trabajo.
Pero una comisión científica considera que el dragado es "incompatible" con la conservación del estuario. Y lo hace en función del mencionado informe del CSIC, que describe una zona en estado crítico, aunque no precisamente por la actividad del puerto.
El informe que ha servido de base al dictamen científico identifica un "aumento de la demanda de transformación del estuario". Al plan de dragado, suma el del sector arrocero, que "proyecta atender las necesidades de agua dulce mediante la mejora del sistema de bombeo y la construcción de cinco balsas de almacenamiento y una nueva conducción para el suministro. Doñana 2005 propone desmantelar un muro construido para separar algunas zonas de la "circulación fluvial y las mareas". Por último, destaca que la mayoría de las poblaciones del estuario crecen y amplían su trama urbana. Este panorama de "escalada de usos" es el que analiza el informe y no solo el dragado.
Y tiene una conclusión clara: "Todas las actuaciones previstas repercuten, de una u otra forma, negativamente en la dinámica, morfología y biodiversidad del estuario, no mejoran la situación frente a episodios extremos (turbidez y salinidad) y limitan severamente la capacidad de minimizar su duración y sus efectos".
Sobre esta situación, el informe pone de manifiesto una "descoordinación práctica de la gestión" que genera agotamiento de recursos básicos de suelo y agua, crispación social, turbidez, toxicidad, erosión en los arenales litorales de Doñana, reducción del canal de navegación y de la desembocadura, sobreexplotación de los acuíferos, reducción crónica de la diversidad biológica y del potencial pesquero y cegamiento de canales de instalaciones del río".
Y propone una "gestión integral del estuario" y su entorno para "manejar con sabiduría" los recursos disponibles de agua dulce, las labores de mantenimiento de dragado, incorporando llanos mareales, promoviendo estrategias de desarrollo de la industria pesquera y marisquera y tomando decisiones previa cuantificación del riesgo".
Todo lo contrario opina de una eventual ampliación del arrozal que, según el informe, "conlleva el incremento de la demanda de agua dulce, la cual se extrae del caudal circulante por el estuario, reduce aún más la biodiversidad del sistema, favorece, un poco más, los episodios de toxicidad y condiciona la única alternativa posible que se puede manejar para controlar episodios de turbidez extrema o de toxicidad".
El Puerto de Sevilla completó en 2003 un informe de impacto ambiental para el dragado del río que incluye un gasto en medidas correctoras superior al propio coste de la obra. En total, se quieren invertir 40 millones para que pueda entrar en Sevilla el 90% de los buques de la flota mercante y grandes cruceros. En torno al proyecto hay comprometida una inversión privada de 383 millones de euros. Además, complementa la obra de la nueva esclusa, que ha costado 160 millones.
Estas cifras hacen comprensible que el Puerto de Sevilla ya esté aplicando medidas correctoras, investigando, recogiendo millones de datos de los sensores instalados a lo largo del río y dispuesto a cumplir con cuantas medidas considere oportunas el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino.
Si dan el visto bueno al dragado, se puede empezar a trabajar al día siguiente y tener el puerto al 100% disponible en 2012. Si se consolidan todas las inversiones previstas, se generarán 17.000 puestos de trabajo.
Pero una comisión científica considera que el dragado es "incompatible" con la conservación del estuario. Y lo hace en función del mencionado informe del CSIC, que describe una zona en estado crítico, aunque no precisamente por la actividad del puerto.
El informe que ha servido de base al dictamen científico identifica un "aumento de la demanda de transformación del estuario". Al plan de dragado, suma el del sector arrocero, que "proyecta atender las necesidades de agua dulce mediante la mejora del sistema de bombeo y la construcción de cinco balsas de almacenamiento y una nueva conducción para el suministro. Doñana 2005 propone desmantelar un muro construido para separar algunas zonas de la "circulación fluvial y las mareas". Por último, destaca que la mayoría de las poblaciones del estuario crecen y amplían su trama urbana. Este panorama de "escalada de usos" es el que analiza el informe y no solo el dragado.
Y tiene una conclusión clara: "Todas las actuaciones previstas repercuten, de una u otra forma, negativamente en la dinámica, morfología y biodiversidad del estuario, no mejoran la situación frente a episodios extremos (turbidez y salinidad) y limitan severamente la capacidad de minimizar su duración y sus efectos".
Sobre esta situación, el informe pone de manifiesto una "descoordinación práctica de la gestión" que genera agotamiento de recursos básicos de suelo y agua, crispación social, turbidez, toxicidad, erosión en los arenales litorales de Doñana, reducción del canal de navegación y de la desembocadura, sobreexplotación de los acuíferos, reducción crónica de la diversidad biológica y del potencial pesquero y cegamiento de canales de instalaciones del río".
Y propone una "gestión integral del estuario" y su entorno para "manejar con sabiduría" los recursos disponibles de agua dulce, las labores de mantenimiento de dragado, incorporando llanos mareales, promoviendo estrategias de desarrollo de la industria pesquera y marisquera y tomando decisiones previa cuantificación del riesgo".