Las últimas lluvias sitúan al Guadiloba ante un posible desembalse

Vie, 31/12/2010

Hoy

La historia se repite. Hace 361 días, HOY abría sus páginas de Cáceres con el siguiente titular: 'Las previsiones de lluvia sitúan al Guadiloba al borde del desembalse'. No pasó ni una semana y el vaticinio de los meteorólogos se cumplió. Las precipitaciones anunciadas llegaron y el embalse de Cáceres tuvo que abrir sus aliviaderos y dejar que corriese el agua.

Hoy, la situación del pantano es parecida, incluso más próxima a la obligación de desembalsar de la que había entonces. A última hora de ayer, el Guadiloba almacenaba 14,85 hectómetros cúbicos de agua, que es lo mismo que decir que estaba casi al 73 por ciento, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo. El líquido llegaba a la cota 357,14 (sobre el nivel del mar), lo que significa que ya está por encima de los aliviaderos y a poco más de dos metros de la cota máxima, establecida en 359,4. Antes de que el agua llegue a ese punto, no quedará más remedio que abrir compuertas.

De tener que hacerlo, se repetiría el operativo del año pasado, que tiene como objetivo fundamental evitar que se produzcan daños materiales y personales en las propiedades que hay aguas abajo, como ocurrió en noviembre del año 2007, cuando un ganadero y dos bomberos tuvieron que ser rescatados al sorprenderles la crecida.

El protocolo para esta eventualidad establece que en primer lugar, la Policía Local avisaría por teléfono a los hortelanos que tienen parcelas en las orillas del río. Después, un coche patrulla recorrería la zona alertando -con megafonía e indicativos luminosos- a los propietarios de casas y huertos en la zona inundable, para que estuvieran atentos. Y por último, el desembalse se haría de forma progresiva, es decir, abriendo los aliviaderos de forma paulatina y no de una sola vez, pues eso liberaría una cantidad de agua que podría resultar peligrosa.

Que los técnicos del Ayuntamiento y de Canal de Isabel II -la empresa concesionaria del servicio de agua en la ciudad en tanto no se adjudique la nueva contrata- estén ahora más pendientes del cielo y de lo que sucede en el pantano de lo que lo estaban hace menos de dos semanas tiene una explicación sencilla: ha llovido bastante en los últimos días.

El domingo 19, los números del embalse cacereño eran sustancialmente distintos a los que presentaba ayer. Tenía entonces 12,56 hectómetros cúbicos almacenados, lo que significa que estaba al 61,6 por ciento; en la cota 355,8. O sea, por debajo de la altura de los aliviaderos, y lejos de tener que empezar a pensar en la posiblidad de desembalsar.

Pero la situación empezó a cambiar hace diez días, cuando el embalse recibió agua, tras varias semanas en los que la aportación había sido mínima. Aumentaron las precipitaciones, que llegaron a alcanzar valores significativos. El lunes, día 20, entre las ocho de la tarde y las nueve de la noche se registraron más de 20 litros por metro cuadrado. Desde entonces, la presa no ha dejado de recibir agua. Por momentos más y por momentos menos, pero en el análisis de las precipitaciones registradas por horas, no aparece ni un solo 0. Y por el contrario, sí alguna que otra cifra bastante llamativa. Por ejemplo, los 54 litros por metro cuadrado entre las cuatro y las siete de la tarde del lunes, día 21. O los 69 del miércoles, día 22, entre las dos y las siete de la tarde. Esta sucesión de precipitaciones ha motivado que la posibilidad de tener que desembalsar aparezca ahora cercana. Más aún si tenemos en cuenta las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Su pronóstico es que hoy es prácticamente seguro que lloverá en Cáceres. En concreto, las posibilidades son de un 95 por ciento, lo que aproxima la posibilidad del desembalse en el Guadiloba. Esa opción está ahora tan cercana como hace justo un año por estas fechas. Un paralelismo entre 2009 y 2010 que no termina ahí. El pasado 23 de octubre, se tuvo que reactivar el trasvase, al bajar las reservas del Guadiloba hasta el sesenta por ciento. Casi lo mismo sucedió en noviembre de 2009, cuando los técnicos miraban al cielo con preocupación esperando a que lloviese para no tener que poner en marcha el bombeo desde el río Almonte.

Activar ese mecanismo que lleva al embalse que abastece a Cáceres líquido procedente del Almonte no es una decisión baladí. Por varias razones, pero una fundamental: que el trasvase funcione le cuesta al Ayuntamiento unos cinco mil euros diarios. Y sabido es que no está el panorama para derroches. Agua embalsada: La capacidad del Guadiloba es de 20 hectómetros cúbicos. Ayer tenía 14,85, o sea, se acercaba al 73 por ciento.

Cota: Es la altura sobre el nivel del mar a la que se sitúa el agua. En el caso del pantano cacereño, la cota máxima está situada en los 359,4 metros. Si el agua llega hasta ahí, hay que abrir aliviaderos. Ayer alcanzaba la cota 357,14.

El trasvase: Bombear agua del río Almonte al Guadiloba cuesta unos 5.000 euros diarios.