Las Tablas acaban el año con más de 1.400 hectáreas inundadas

Lun, 27/12/2010

ABC

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel acabará 2010 con más de 1.400 hectáreas inundadas, después de que en las últimas semanas los aportes de agua del río Cigüela y varios arroyos hayan propiciado que aumenten los niveles de inundación de este espacio protegido. Según explicó el presidente del Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, Luis Arroyo, el parque se encuentra en un gran momento tras haber superado el verano con más de 1.000 hectáreas inundadas.

La recuperación hídrica es un hecho gracias a los aportes que llegan desde el río Cigüela y los que proceden de arroyos que vierten en el propio parque, como los de Cañada Lobosa y Cañada del Gato. El buen momento hídrico en el parque como consecuencia del nuevo episodio de lluvias, dijo Luis Arroyo, ha hecho posible que se abran las compuertas del Molino de Molemocho, por lo que el agua asciende hacia el Molino de Griñón en lo que se conoce popularmente como Guadiana remontante. Arroyo comentó que el agua procedente del río Azuer avanza y se encuentra en el cauce del Guadiana próximo al Molino de Griñón, lo que podría provocar que se uniera al agua del Guadiana remontante, recuperando la imagen del parque recibiendo agua tanto del Cigüela como del Guadiana.

La magnífica situación de inundación que viven Las Tablas de Daimiel hará posible que se pueda rozar un máximo histórico de afluencia de visitantes que, al acabar el año, podría rondar los 400.000. Luis Arroyo explicó que el Parque Nacional ha experimentado una recuperación «espectacular y sorprendente» tanto en relación con la avifauna como con la vegetación presente en el espacio protegido. Así, comentó que, a pesar de que hay que tener presente la necesidad de que las aves recuperen la querencia tras cinco años con el parque en seco y falta de alimento, la nidificación de especies en primavera fue «espectacular por la diversidad».

En total, nidificaron más de 2.000 parejas de aves de 44 especies diferentes, entre las que destacan el fumarel común y fumarel cariblanco, el pato colorado y la malvasía cabeciblanca. Arroyo destacó que los continuos censos del parque demuestran un aumento del número de aves, y el último censo mensual de diciembre arroja datos muy significativos, con la presencia ya de más de 19.000 ejemplares. En concreto, señaló, se han llegado a censar 8.257 fochas comunes, 2.474 porrones comunes, 1.927 grullas comunes, 1.511 ánades frisos, 1.003 patos colorados, 1.112 patos cucharas y 999 ánades reales, entre otros muchos. La recuperación del Parque Nacional beneficia también a la vegetación palustre y a la acuática de la que se ha observado una magnífica recuperación debido a que los niveles máximos de inundación del parque se han alcanzado en una época adecuada para la buena germinación de las plantas. El hecho de que se hayan mantenido los niveles de inundación a lo largo de todo el año también ha permitido que las formaciones subacuáticas completaran su desarrollo, favorecidas por la eliminación de una parte importante de la vegetación nitrófila y arvense que había colonizado tablas y tablazos.

Así, valoró los trabajos llevados a cabo con el Plan E, antes de que el parque se inundara, y que hicieron posible que se extrajeran 18.000 toneladas de biomasa vegetal que colmataban unas 630 hectáreas del vaso del parque nacional. Un grupo de fochas comunes reposa sobre las aguas del parque nacional de Las Tablas de Daimiel