La Universidad reclama la protección de las redes de riego para garantizar su continuidad
Mar, 23/11/2010
El Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante y la Conselleria de Medio Ambiente han decidido unir esfuerzos para mantener y divulgar el patrimonio hidráulico de la provincia de Alicante, reclamando que parte de este legado sea declarado Patrimonio de la Humanidad, según plantea Antonio Gil Olcina, catedrático y rector honorífico de la Universidad de Alicante. Un territorio, el alicantino, donde el déficit hídrico estructural ha agudizado el ingenio hasta tal punto que casi desde la llegada de los árabes en el siglo VIII se conservan en buen estado y algunas, incluso en funcionamiento, 1.200 obras hidráulicas que la arquitecta y geógrafa Ágata Marquiegui ha inventariado en los últimos 5 años. El catedrático Antonio Gil Olcina, director del proyecto, y el vicepresidente tercero de la Generalitat, Juan Cotino, presentan hoy en Alicante el inventario que se va a publicar para darle la mayor difusión posible. No sólo por su valor económico, incalculable, sino porque se trata de infraestructuras para el aprovechamiento del agua que pueden servir, incluso, como elemento para complementar la oferta turística de la provincia, según apuntó ayer Gil Olcina.
Molinos para mover el agua y conseguir energía, acueductos, acequias donde el reparto es manual desde hace cinco siglos, o presas para regular los caudales (en Tibi está operativo desde 1593 el embalse más antiguo de Europa), forman parte del inventario con el que sus autores quieren destacar el valor que tiene un patrimonio sin el cual la provincia no hubiera llegado a ser lo que es en la actualidad. «Vaya por delante que el que hoy podamos contar con obras singulares no es más que el resultado de haber agudizado el ingenio para utilizar un recurso tan escaso, sobre todo para el riego», subrayó Antonio Gil Olcina, quien recordó que «llevamos siglos utilizando la denominadas agua claras, vivas o perennes, pero también caudales turbios producto de avenidas o, incluso, aguas muertas». Las obras que forman parte del inventario se pueden localizar en cualquier rincón de la provincia, pero es la Huerta de l'Alacantí y el Campo de Elche donde su presencia es más evidente. Dotaciones que datan de la época de dominación musulmana, pero que han persistido mucho más allá en el tiempo. Por ejemplo, desde el año 1.609 cuando se produjo la expulsión de los moriscos en la Comunidad Valenciana. Antonio Gil Olcina sostiene que «todas las obras tienen un valor singular pero, sin lugar a dudas, tres ejemplos como son las presas de Elche, Relleu y Tibi debieran ser incluidas como Patrimonio de la Humanidad, sin duda alguna» . Gil Olcina considera también impresionante que el ingenio hidráulico de los alicantinos permanezca intactos en Elche, con los «partidores manuales de agua que siguen operativos y resultan fundamentales para todo el regadío de los cultivos tradicionales», subrayó el rector honorífico de la Universidad de Alicante, que ha contado con el apoyo de la Fundación Agua y Progreso. El interior de la provincia ofrece, casi desde que en la playa de Benidorm se viera el primer bikini a finales en los sesenta, un patrimonio cultural desconocido para los miles de turistas que llegan a la provincia ávidos de sol, playa... y algo más. En este marco se fija también el objetivo del Instituto de Geografía a la hora de realizar un inventario cuyas obras puedan servir para complementar la oferta turística. En las imágenes superiores presas de Relleu y Tibi y acueducto en Planes.
Molinos para mover el agua y conseguir energía, acueductos, acequias donde el reparto es manual desde hace cinco siglos, o presas para regular los caudales (en Tibi está operativo desde 1593 el embalse más antiguo de Europa), forman parte del inventario con el que sus autores quieren destacar el valor que tiene un patrimonio sin el cual la provincia no hubiera llegado a ser lo que es en la actualidad. «Vaya por delante que el que hoy podamos contar con obras singulares no es más que el resultado de haber agudizado el ingenio para utilizar un recurso tan escaso, sobre todo para el riego», subrayó Antonio Gil Olcina, quien recordó que «llevamos siglos utilizando la denominadas agua claras, vivas o perennes, pero también caudales turbios producto de avenidas o, incluso, aguas muertas». Las obras que forman parte del inventario se pueden localizar en cualquier rincón de la provincia, pero es la Huerta de l'Alacantí y el Campo de Elche donde su presencia es más evidente. Dotaciones que datan de la época de dominación musulmana, pero que han persistido mucho más allá en el tiempo. Por ejemplo, desde el año 1.609 cuando se produjo la expulsión de los moriscos en la Comunidad Valenciana. Antonio Gil Olcina sostiene que «todas las obras tienen un valor singular pero, sin lugar a dudas, tres ejemplos como son las presas de Elche, Relleu y Tibi debieran ser incluidas como Patrimonio de la Humanidad, sin duda alguna» . Gil Olcina considera también impresionante que el ingenio hidráulico de los alicantinos permanezca intactos en Elche, con los «partidores manuales de agua que siguen operativos y resultan fundamentales para todo el regadío de los cultivos tradicionales», subrayó el rector honorífico de la Universidad de Alicante, que ha contado con el apoyo de la Fundación Agua y Progreso. El interior de la provincia ofrece, casi desde que en la playa de Benidorm se viera el primer bikini a finales en los sesenta, un patrimonio cultural desconocido para los miles de turistas que llegan a la provincia ávidos de sol, playa... y algo más. En este marco se fija también el objetivo del Instituto de Geografía a la hora de realizar un inventario cuyas obras puedan servir para complementar la oferta turística. En las imágenes superiores presas de Relleu y Tibi y acueducto en Planes.