La multinacional española Iberdrola se ha sumado finalmente al megaproyecto hidroeléctrico que impulsa el Gobierno brasileño en el río Xingu, uno de los afluentes de la margen derecha del río Amazonas, tras unos ajustes en el accionariado del consorcio que ganó el concurso el pasado mes de abril.

Se trata de la central de Belo Monte (Estado de Pará), que tendrá una capacidad instalada de 11.233 MW, es decir, 1,5 veces la potencia nuclear de nuestro país en el año 2009, y que estará operativa a principios de 2015. La compañía que preside Ignacio Galán participará en la construcción de la central a través del holding Neoenergia, del que posee un 39%.

Dicha sociedad, a través de la cual la compañía energética española realiza todas sus iniciativas eléctricas en Brasil desde finales de los años noventa, participa con un 10% del proyecto. El resto de accionistas del holding son Banco do Brasil , con el 12% del capital y Previ, un fondo de pensiones del propio banco que posee una participación del 49%. De este modo, aunque la inversión global del proyecto de la central hidroeléctrica es de 11.820 millones de euros, la compañía española aportará 461 millones de euros, que le reportarán una potencia atribuible de casi 440 MW.

Fuentes de Iberdrola subrayan que la inversión, 1.182 millones de euros por parte de Neoenergia, se cubrirá mediante los recursos propios disponibles en la caja del holding y préstamos locales en condiciones preferentes del Banco de desarrollo de Brasil, y no requerirá aporte adicional alguno de recursos por parte de los accionistas del holding.

Las mismas fuentes destacan, entre las ventajas del proyecto, que el precio de venta de la energía que se genere (70% al mercado regulado, 10% a los autoproductores y 20% al mercado libre) «está garantizado de antemano». Y el horizonte del contrato de operación y mantenimiento de la central es de 35 años. El resto de socios de Belo Monte son Eletrobras (49,9%), autoproductores (10%), constructores (10%) y fondos de pensiones (10%).