Mejor gestión hídrica global para un mayor beneficio económico y medioambiental
Mar, 19/10/2010
«Riverthreat» recibió fondos del proyecto comunitario EVOLTREE («Evolución de los árboles como motores de la biodiversidad terrestre»), financiado con alrededor de 14 millones de euros mediante el área temática «Desarrollo sostenible, cambio global y ecosistemas» del Sexto Programa Marco (6PM). Los resultados se publicaron recientemente en la revista Nature.
Bajo la dirección del City College (CCNY) de la City University de Nueva York (CUNY) y la Universidad de Wisconsin se estudiaron los efectos de una serie de factores medioambientales que ejercen presión sobre los sistemas hídricos. El equipo científico encargado del estudio descubrió que, además de poner en peligro la vida humana, los contaminantes también suponen una amenaza para la biodiversidad del 65% de los hábitats fluviales del mundo y para miles de especies acuáticas. Además generó una serie de mapas en los que se documentan estos efectos negativos mediante un entorno informático.
«No podemos disociar el estudio de las amenazas para la seguridad del agua para uso humano del de las que afectan a la biodiversidad», indicó el profesor Charles J. Vörösmarty del CCNY, uno de los autores del estudio. Éste añadió que es necesario relacionar ambas cuestiones y que «el marco sistemático que hemos creado nos permite observar los dominios humano y de la biodiversidad en igualdad de condiciones». Él y su equipo afirman que el marco «supone una herramienta para otorgar prioridad a respuestas políticas y de gestión en caso de crisis hídrica global».
«Hemos integrado mapas de veintitrés factores dañinos distintos y los hemos reunido en un índice único», explicó el profesor Peter McIntyre de la Universidad de Wisconsin. «Históricamente lo más habitual es que políticos e investigadores trataran cada problema por separado. Pero se obtiene una idea más completa y con mayor sentido cuando se consideran de forma simultánea todas las amenazas.»
Los investigadores descubrieron que la seguridad del suministro de agua para uso humano está en grave peligro tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo y que los métodos de ingeniería utilizados en los países ricos occidentales para dar solución a este tipo de problemas son inasequibles para las naciones más pobres, por lo que es necesario aplicar un planteamiento global y más económico con respecto a la seguridad hídrica.
«En el mundo industrializado solemos poner en peligro nuestras aguas superficiales y después tratamos de solucionarlo gastando billones de dólares», denunció el profesor Vörösmarty. «Los países ricos se lo pueden permitir, pero los países pobres no.»
El equipo apunta que las causas de la degradación de la mayoría de los ríos de muchos de países en vías de desarrollo presentan similitudes sorprendentes con las de los países ricos e indica que existen soluciones rentables a estos problemas.
Por ejemplo, el profesor Vörösmarty adujo que sería más rentable garantizar la integridad de los sistemas fluviales mejorando la gestión del uso del suelo y las técnicas de riego y dedicando más esfuerzos a la protección de ecosistemas. Los ecosistemas saludables proporcionan numerosos servicios valiosos y gratuitos a la sociedad, como por ejemplo agua potable, control de inundaciones y alimentos.
Uno de los objetivos del estudio es el de fomentar protocolos internacionales que se puedan aplicar a la protección de los sistemas hídricos. Los investigadores subrayan la necesidad de aplicar un planteamiento internacional debido a que más de 250 cuencas fluviales son transfronterizas.
«Es absolutamente necesario contar con herramientas e información que puedan ser utilizadas por distintos países», incidió el profesor Vörösmarty. «Nuestro conocimiento de estos sistemas se está degradando porque los países no invierten en herramientas de monitorización básicas. ¿Cómo es posible elaborar protocolos de protección de la biodiversidad y la seguridad del suministro de agua para uso humano sin información adecuada?»
Bajo la dirección del City College (CCNY) de la City University de Nueva York (CUNY) y la Universidad de Wisconsin se estudiaron los efectos de una serie de factores medioambientales que ejercen presión sobre los sistemas hídricos. El equipo científico encargado del estudio descubrió que, además de poner en peligro la vida humana, los contaminantes también suponen una amenaza para la biodiversidad del 65% de los hábitats fluviales del mundo y para miles de especies acuáticas. Además generó una serie de mapas en los que se documentan estos efectos negativos mediante un entorno informático.
«No podemos disociar el estudio de las amenazas para la seguridad del agua para uso humano del de las que afectan a la biodiversidad», indicó el profesor Charles J. Vörösmarty del CCNY, uno de los autores del estudio. Éste añadió que es necesario relacionar ambas cuestiones y que «el marco sistemático que hemos creado nos permite observar los dominios humano y de la biodiversidad en igualdad de condiciones». Él y su equipo afirman que el marco «supone una herramienta para otorgar prioridad a respuestas políticas y de gestión en caso de crisis hídrica global».
«Hemos integrado mapas de veintitrés factores dañinos distintos y los hemos reunido en un índice único», explicó el profesor Peter McIntyre de la Universidad de Wisconsin. «Históricamente lo más habitual es que políticos e investigadores trataran cada problema por separado. Pero se obtiene una idea más completa y con mayor sentido cuando se consideran de forma simultánea todas las amenazas.»
Los investigadores descubrieron que la seguridad del suministro de agua para uso humano está en grave peligro tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo y que los métodos de ingeniería utilizados en los países ricos occidentales para dar solución a este tipo de problemas son inasequibles para las naciones más pobres, por lo que es necesario aplicar un planteamiento global y más económico con respecto a la seguridad hídrica.
«En el mundo industrializado solemos poner en peligro nuestras aguas superficiales y después tratamos de solucionarlo gastando billones de dólares», denunció el profesor Vörösmarty. «Los países ricos se lo pueden permitir, pero los países pobres no.»
El equipo apunta que las causas de la degradación de la mayoría de los ríos de muchos de países en vías de desarrollo presentan similitudes sorprendentes con las de los países ricos e indica que existen soluciones rentables a estos problemas.
Por ejemplo, el profesor Vörösmarty adujo que sería más rentable garantizar la integridad de los sistemas fluviales mejorando la gestión del uso del suelo y las técnicas de riego y dedicando más esfuerzos a la protección de ecosistemas. Los ecosistemas saludables proporcionan numerosos servicios valiosos y gratuitos a la sociedad, como por ejemplo agua potable, control de inundaciones y alimentos.
Uno de los objetivos del estudio es el de fomentar protocolos internacionales que se puedan aplicar a la protección de los sistemas hídricos. Los investigadores subrayan la necesidad de aplicar un planteamiento internacional debido a que más de 250 cuencas fluviales son transfronterizas.
«Es absolutamente necesario contar con herramientas e información que puedan ser utilizadas por distintos países», incidió el profesor Vörösmarty. «Nuestro conocimiento de estos sistemas se está degradando porque los países no invierten en herramientas de monitorización básicas. ¿Cómo es posible elaborar protocolos de protección de la biodiversidad y la seguridad del suministro de agua para uso humano sin información adecuada?»