El Gobierno admite que la desalinización es muy cara y propone construir otro trasvase
Mié, 13/10/2010
En los últimos quince años los envíos de caudales han sido de 392 millones de metros cúbicos de media, de los que 252 han ido a los regadíos. Es decir muy por debajo del volumen potencial de 400 millones anuales. Esto significa un aumento del déficit medio interanual de 130 millones para estos regadíos del Segura, tal y como recoge el nuevo plan de cuenca.
La Confederación plantea varias fórmulas como es incrementar significativamente la producción de agua desalinizada, potenciar los bancos de agua mediante la compra de derechos en otros territorios o «ejecutar nuevas transferencias del Tajo u otros ríos» que complementen al acueducto actual. En este punto, la oficina de planificación señala que las nuevas infraestructuras de captación en la cuenca cedente o los nuevos trasvases excede su ámbito de competencias y corresponde al Plan Hidrológico Nacional. No menciona ninguna alternativa, pero en la mente de todos está el trasvase del Tajo Medio desde Valdecañas, en Cáceres.
De entrada, será difícil satisfacer los intereses de las cuencas del Segura y del Tajo, ya que en esta última no están por la labor de mantener el funcionamiento del trasvase tal y como se conoce hasta ahora. Muchos colectivos del territorio del Tajo proponen abiertamente una reducción del agua que se envía para regar los campos de Murcia y Alicante, al tiempo que exigen mayor caudal ambiental en el río cedente. Es muy probable que se llegue a una situación de bloqueo que haga imposible aprobar los nuevos planes de estas dos cuencas y que se prorroguen los actuales.
Desde el prisma de Murcia, los técnicos están convencidos de que el problema se agravará debido al cambio climático en la cabecera del Tajo, ya que se prevé una reducción de al menos un 7% de sus aportaciones y reservas. Si este coeficiente se traslada al agua almacenada hoy en los embalses de Entrepeñas y Buendía, significaría una merma de casi 100 millones de metros cúbicos anuales. Otra de las soluciones estudiadas con más detalle consiste en recurrir a la desalinización, incrementando la capacidad de producción. La Confederación Hidrográfica apunta un detalle no del todo conocido y no del agrado de los regantes, puesto que advierte de que la desalinización «implica la necesidad de adquirir de forma constante los recursos obtenidos por parte del regante, ya que la producción de la desalinizadora no puede variarse de un año para otro de acuerdo con las necesidades de los regantes». Este aviso va en contra de lo que anunció Acuamed en 2004 cuando puso en marcha el plan de desalinización masiva. Durante su visita a las desalinizadoras de San Pedro del Pinatar, a principios de 2007, el presidente Rodríguez Zapatero proclamó que lo mejor para Murcia y el sur de Alicante es que tengan «autonomía» de agua para no depender de otras regiones. Esa independencia la iba a proporcionar la producción industrial de agua dulce. La realidad es distinta: faltan más recursos del exterior.
Gran parte de las explotaciones agrarias no pueden pagar el agua desalinizada debido a su elevado coste, ni aunque el Estado ponga un precio político para subvencionar más de un 30% de la tarifa. El trasvase Tajo-Segura no garantiza todo el caudal que necesitan los regadíos del Segura, por lo que es necesario construir nuevos acueductos desde la cuenca del Tajo o desde otros ríos. Además, el Programa Agua que dejó Cristina Narbona sólo «paliará en parte» el problema y «deben contemplarse medidas adicionales».
Esta insuficiencia de agua ha provocado un aumento desorbitado del uso de pozos causando graves problemas de sobreexplotación y daños medioambientales al caudal circulante del río Segura. Este cúmulo de factores negativos, así enunciado, suena a ya sabido, pero la novedad es que lo reconoce el Ministerio de Medio Ambiente a través del nuevo plan de cuenca del Segura que está elaborando la Confederación Hidrográfica.
El Esquema de Temas Importantes, que es la radiografía al detalle de la cuenca del Segura, pone negro sobre blanco que la situación actual no puede mantenerse en las 126.505 hectáreas de los regadíos que dependen del trasvase sin que se causen serios daños al territorio.
Considera que el canal Tajo-Segura «es esencial tanto para el abastecimiento del sureste español como para el regadío asociado», que representa la zona agrícola más rentable. El 35% de los recursos hídricos que precisa la demarcación hidrográfica tienen su origen en la cuenca del Tajo. Al mismo tiempo, los técnicos que están redactando el nuevo plan indican que la desalinizadoras del Programa Agua que hay en construcción «paliarán en parte la insuficiente garantía de los recursos trasvasados desde el Tajo, por lo que deben contemplarse medidas adicionales».
La ley autoriza la transferencia de 400 millones metros cúbicos anuales máximos en destino para los regadíos, una vez descontadas las pérdidas, más otros 140 para los La prevención más importante de los técnicos son los costes ambientales y económicos de cada opción. La alternativa cero, que consiste en mantener el status quo actual, supone «un importante coste ambiental» al seguir exprimiendo los acuíferos subterráneos para conseguir el agua que no llega del Tajo.
Para evitarlo está en marcha el Programa Agua de desalinización, con el que se esperan conseguir 208 millones de metros cúbicos en el año 2015 para los regadíos, procedentes de las fábricas de Valdelentisco, Torrevieja, El Mojón, Guardamar y parte de Águilas. Ahora sólo hay 20 de la planta de Valdelentisco, y la de Guardamar no se va a construir por ahora, según los regantes de la Vega Baja.
Los técnicos hacen una observación que se repite a lo largo del documento: «Es necesario analizar de forma adecuada la capacidad de pago de los usuarios agrarios, ya que es posible que una parte significativa de las explotaciones agrarias no puedan asumir incrementos tan importantes en el coste del agua».
Esta advertencia se repite en la segunda alternativa, que propone aumentar la producción industrial de agua desalando otros 164 millones de metros cúbicos al año. De esta forma, la tarifa de agua sufría un incremento del 60% Sobre los bancos de agua, el plan de cuenca explica que a la vista de las experiencias de Estremera y Aranjuez, cuyos regantes han vendido sus concesiones de agua en los últimos años a sus colegas de Murcia y Alicante, la tarifa se incrementaría un 51% hasta situarse en los 25 céntimos por metro cúbico, suponiendo que se puedan comprar 164 millones de metros cúbicos al año. Canalización del Tajo-Segura a su paso por el municipio de Orihuela. de las necesidades hídricas de la cuenca del Segura proceden del Tajo, a través del trasvase, algo ahora insuficiente.
La Confederación plantea varias fórmulas como es incrementar significativamente la producción de agua desalinizada, potenciar los bancos de agua mediante la compra de derechos en otros territorios o «ejecutar nuevas transferencias del Tajo u otros ríos» que complementen al acueducto actual. En este punto, la oficina de planificación señala que las nuevas infraestructuras de captación en la cuenca cedente o los nuevos trasvases excede su ámbito de competencias y corresponde al Plan Hidrológico Nacional. No menciona ninguna alternativa, pero en la mente de todos está el trasvase del Tajo Medio desde Valdecañas, en Cáceres.
De entrada, será difícil satisfacer los intereses de las cuencas del Segura y del Tajo, ya que en esta última no están por la labor de mantener el funcionamiento del trasvase tal y como se conoce hasta ahora. Muchos colectivos del territorio del Tajo proponen abiertamente una reducción del agua que se envía para regar los campos de Murcia y Alicante, al tiempo que exigen mayor caudal ambiental en el río cedente. Es muy probable que se llegue a una situación de bloqueo que haga imposible aprobar los nuevos planes de estas dos cuencas y que se prorroguen los actuales.
Desde el prisma de Murcia, los técnicos están convencidos de que el problema se agravará debido al cambio climático en la cabecera del Tajo, ya que se prevé una reducción de al menos un 7% de sus aportaciones y reservas. Si este coeficiente se traslada al agua almacenada hoy en los embalses de Entrepeñas y Buendía, significaría una merma de casi 100 millones de metros cúbicos anuales. Otra de las soluciones estudiadas con más detalle consiste en recurrir a la desalinización, incrementando la capacidad de producción. La Confederación Hidrográfica apunta un detalle no del todo conocido y no del agrado de los regantes, puesto que advierte de que la desalinización «implica la necesidad de adquirir de forma constante los recursos obtenidos por parte del regante, ya que la producción de la desalinizadora no puede variarse de un año para otro de acuerdo con las necesidades de los regantes». Este aviso va en contra de lo que anunció Acuamed en 2004 cuando puso en marcha el plan de desalinización masiva. Durante su visita a las desalinizadoras de San Pedro del Pinatar, a principios de 2007, el presidente Rodríguez Zapatero proclamó que lo mejor para Murcia y el sur de Alicante es que tengan «autonomía» de agua para no depender de otras regiones. Esa independencia la iba a proporcionar la producción industrial de agua dulce. La realidad es distinta: faltan más recursos del exterior.
Gran parte de las explotaciones agrarias no pueden pagar el agua desalinizada debido a su elevado coste, ni aunque el Estado ponga un precio político para subvencionar más de un 30% de la tarifa. El trasvase Tajo-Segura no garantiza todo el caudal que necesitan los regadíos del Segura, por lo que es necesario construir nuevos acueductos desde la cuenca del Tajo o desde otros ríos. Además, el Programa Agua que dejó Cristina Narbona sólo «paliará en parte» el problema y «deben contemplarse medidas adicionales».
Esta insuficiencia de agua ha provocado un aumento desorbitado del uso de pozos causando graves problemas de sobreexplotación y daños medioambientales al caudal circulante del río Segura. Este cúmulo de factores negativos, así enunciado, suena a ya sabido, pero la novedad es que lo reconoce el Ministerio de Medio Ambiente a través del nuevo plan de cuenca del Segura que está elaborando la Confederación Hidrográfica.
El Esquema de Temas Importantes, que es la radiografía al detalle de la cuenca del Segura, pone negro sobre blanco que la situación actual no puede mantenerse en las 126.505 hectáreas de los regadíos que dependen del trasvase sin que se causen serios daños al territorio.
Considera que el canal Tajo-Segura «es esencial tanto para el abastecimiento del sureste español como para el regadío asociado», que representa la zona agrícola más rentable. El 35% de los recursos hídricos que precisa la demarcación hidrográfica tienen su origen en la cuenca del Tajo. Al mismo tiempo, los técnicos que están redactando el nuevo plan indican que la desalinizadoras del Programa Agua que hay en construcción «paliarán en parte la insuficiente garantía de los recursos trasvasados desde el Tajo, por lo que deben contemplarse medidas adicionales».
La ley autoriza la transferencia de 400 millones metros cúbicos anuales máximos en destino para los regadíos, una vez descontadas las pérdidas, más otros 140 para los La prevención más importante de los técnicos son los costes ambientales y económicos de cada opción. La alternativa cero, que consiste en mantener el status quo actual, supone «un importante coste ambiental» al seguir exprimiendo los acuíferos subterráneos para conseguir el agua que no llega del Tajo.
Para evitarlo está en marcha el Programa Agua de desalinización, con el que se esperan conseguir 208 millones de metros cúbicos en el año 2015 para los regadíos, procedentes de las fábricas de Valdelentisco, Torrevieja, El Mojón, Guardamar y parte de Águilas. Ahora sólo hay 20 de la planta de Valdelentisco, y la de Guardamar no se va a construir por ahora, según los regantes de la Vega Baja.
Los técnicos hacen una observación que se repite a lo largo del documento: «Es necesario analizar de forma adecuada la capacidad de pago de los usuarios agrarios, ya que es posible que una parte significativa de las explotaciones agrarias no puedan asumir incrementos tan importantes en el coste del agua».
Esta advertencia se repite en la segunda alternativa, que propone aumentar la producción industrial de agua desalando otros 164 millones de metros cúbicos al año. De esta forma, la tarifa de agua sufría un incremento del 60% Sobre los bancos de agua, el plan de cuenca explica que a la vista de las experiencias de Estremera y Aranjuez, cuyos regantes han vendido sus concesiones de agua en los últimos años a sus colegas de Murcia y Alicante, la tarifa se incrementaría un 51% hasta situarse en los 25 céntimos por metro cúbico, suponiendo que se puedan comprar 164 millones de metros cúbicos al año. Canalización del Tajo-Segura a su paso por el municipio de Orihuela. de las necesidades hídricas de la cuenca del Segura proceden del Tajo, a través del trasvase, algo ahora insuficiente.