Un otoño caluroso y seco seguirá al octavo verano más cálido desde 1971
Mié, 22/09/2010
Más calor, más lluvia. Y cada vez más semejanza con climas antes tenidos por propios de latitudes más cercanas al Ecuador. Si desde la Agencia Estatal de Meteorología se comienza a admitir que los últimos veranos «confirman la tendencia al aumento de temperaturas», y se vaticina que «la tendencia se mantendrá durante el otoño», es porque todos los datos «vienen a confirmar el calentamiento progresivo» del planeta y la tesis del cambio climático, según afirmó ayer su portavoz, Ángel Rivera. De hecho, el de 2010 ha sido el octavo verano más cálido desde 1971 en España, pero con la particularidad de que cinco de los siete que le superaron fueron los de 2003, 2004, 2005, 2006 y 2009, por lo que la tendencia al incremento térmico sostenido es más que evidente.
Aún peor es el escenario si se elimina el mes de junio de 2010, que fue atípico en Asturias en cuanto a pluviosidad hasta el punto de pulverizar los registros históricos en el Centro y el Oriente de la región. Obviando los datos de temperatura de junio e incluyendo los de la primera quincena de septiembre, el verano ha sido «el periodo más cálido desde 1970», según Ángel Rivera. De hecho, el final de julio y el de agosto registraron en España temperaturas extremadamente cálidas, con topes de algo más de 44 grados centígrados en Alicante, Valencia y Murcia.
Asturias no ha sido ajena a dicha tendencia, y este verano superó los valores medios de los registros climáticos históricos por casi un grado. Y la cornisa cantábrica, con valores semejantes a los de Asturias, es la zona de España menos afectada, porque en el Centro y Levante españoles la anomalía térmica se situó entre 1 y 2 grados más que los valores medios, y se superaron los 2 grados de incremento en Canarias, Extremadura y Andalucía.
En lo tocante a las precipitaciones, durante el verano han estado «ligeramente por encima de los niveles normales», aunque especialmente por la influencia de un junio que a nivel nacional estuvo un 75% por encima de los registros medios de pluviosidad, en tanto que julio y agosto fueron «de secos a normales». Pero la concentración de lluvias torrenciales ha sido la San Lorenzo, repleta, el pasado 25 de agosto. nota más destacada del verano en este aspecto, tanto en Asturias (las inundaciones de junio pasado no se habían producido con tanta intensidad en el Principado nunca, al menos en los registros históricos). En total, el año hidrológico (del 1 de octubre de 2009 al 30 de septiembre de 2010) se cerrará con alrededor del 20% de superávit respecto a la media, y la Aemet anuncia que el otoño será «ligeramente» más seco de lo habitual. El 25 de agosto se llegó al tope de este cálido verano en Asturias. Aunque para cualquier español que viva al Sur de Pajares las temperaturas no pasaron de primaverales, lo cierto es que los 26,9 grados que se registraron oficialmente en Gijón ese día, al igual que las 33,4 de Carreña de Cabrales fueron los topes del verano en la costa y el interior y, unidas al habitual alto grado de humedad de Asturias, generaron sensaciones térmicas muy superiores.
El registro gijonés de este verano está lejos del récord absoluto, de 36,4grados el 19 de junio de 1998, pero la diferencia estriba en que a lo largo de este verano que oficialmente terminará el jueves, los valores térmicos se han mantenido de forma muy constante al alza.
Aún peor es el escenario si se elimina el mes de junio de 2010, que fue atípico en Asturias en cuanto a pluviosidad hasta el punto de pulverizar los registros históricos en el Centro y el Oriente de la región. Obviando los datos de temperatura de junio e incluyendo los de la primera quincena de septiembre, el verano ha sido «el periodo más cálido desde 1970», según Ángel Rivera. De hecho, el final de julio y el de agosto registraron en España temperaturas extremadamente cálidas, con topes de algo más de 44 grados centígrados en Alicante, Valencia y Murcia.
Asturias no ha sido ajena a dicha tendencia, y este verano superó los valores medios de los registros climáticos históricos por casi un grado. Y la cornisa cantábrica, con valores semejantes a los de Asturias, es la zona de España menos afectada, porque en el Centro y Levante españoles la anomalía térmica se situó entre 1 y 2 grados más que los valores medios, y se superaron los 2 grados de incremento en Canarias, Extremadura y Andalucía.
En lo tocante a las precipitaciones, durante el verano han estado «ligeramente por encima de los niveles normales», aunque especialmente por la influencia de un junio que a nivel nacional estuvo un 75% por encima de los registros medios de pluviosidad, en tanto que julio y agosto fueron «de secos a normales». Pero la concentración de lluvias torrenciales ha sido la San Lorenzo, repleta, el pasado 25 de agosto. nota más destacada del verano en este aspecto, tanto en Asturias (las inundaciones de junio pasado no se habían producido con tanta intensidad en el Principado nunca, al menos en los registros históricos). En total, el año hidrológico (del 1 de octubre de 2009 al 30 de septiembre de 2010) se cerrará con alrededor del 20% de superávit respecto a la media, y la Aemet anuncia que el otoño será «ligeramente» más seco de lo habitual. El 25 de agosto se llegó al tope de este cálido verano en Asturias. Aunque para cualquier español que viva al Sur de Pajares las temperaturas no pasaron de primaverales, lo cierto es que los 26,9 grados que se registraron oficialmente en Gijón ese día, al igual que las 33,4 de Carreña de Cabrales fueron los topes del verano en la costa y el interior y, unidas al habitual alto grado de humedad de Asturias, generaron sensaciones térmicas muy superiores.
El registro gijonés de este verano está lejos del récord absoluto, de 36,4grados el 19 de junio de 1998, pero la diferencia estriba en que a lo largo de este verano que oficialmente terminará el jueves, los valores térmicos se han mantenido de forma muy constante al alza.