Ascienden a 137 los fallecidos por el desprendimiento en China

Mar, 10/08/2010

Menorca

La cifra de fallecidos por el desprendimiento masivo de tierra y rocas ocurrido el domingo en la provincia noroccidental de Gansu asciende ya a 137 personas, con otros 1.348 desaparecidos, según informó ayer la agencia oficial de noticias Xinhua.

Los datos fueron actualizados a las 16.07 horas de ayer (8.07 horas GMT) por el Buró Provincial de Asuntos Civiles.

La avalancha arrasó el distrito de Zhouqu, situado en la prefectura autónoma tibetana de Gannan, que a su vez fue uno de los distritos más afectados en el terremoto que sacudió en 2008 la vecina provincia de Sichuan.

El alud provocó la formación de un lago artificial, que bloqueaba el río Bailong, y que los militares chinos dinamitaron ayer para vaciar el agua acumulada cerca de Zhouqu, dijo a la agencia oficial Xinhua un portavoz de la oficina de ayuda en caso de desastres.

El lago alcanzó ayer los tres kilómetros de longitud y amenazaba con desbordarse de nuevo, como sucedió el domingo, destrozando numerosos inmuebles y cubriendo las calles con un lodo de hasta un metro de espesor.

Según la cadena estatal de televisión CCTV, expertos del ministerio de la Tierra y Recursos indicaron que la geología local puede haber contribuido al desastre, ya que se desplazaron muchas rocas poco asentadas sobre el terreno y que ya sufrieron modificaciones a causa del seísmo de hace dos años.

El primer ministro Wen Jiabao visitó el domingo la zona afectada por el desprendimiento para supervisar las labores de rescate y ofrecer consuelo a las víctimas.

El Administración de Meteorología de China comunicó, a su vez, que las lluvias proseguirán al menos hasta el jueves, lo que dificultará las posibilidades de encontrar supervivientes.

China está viviendo la peor temporada de lluvias e inundaciones desde 1998 y acumulaba, hasta este accidente, más de 1.500 muertos y desaparecidos con motivo de los fuertes temporales.

Las inundaciones que este fin de semana afectaron al sureste de Alemania, en el triángulo fronterizo con Polonia y la República Checa, empezaron a remitir ayer y la riada bajaba ya suavemente por los ríos Neisse, Spree y Elba. En las poblaciones de Görlitz y Zittau, las más afectadas por las inundaciones, comenzaron las labores de recogida y limpieza de las calles, que se vieron anegadas en muy pocas horas tras la ruptura de una prensa en la vecina Polonia. Las autoridades alemanas mantienen la cifra de víctimas mortales en tres personas, una pareja de jubilados y un vecino también pensionista que perecieron ahogados al verse atrapados en el sótano de su vivienda cuando trataban de rescatar enseres. Las aguas seguían amenazando ayer la localidad de Bad Muskau, patrimonio histórico de la Humanidad, en los límites del estado federado de Sajonia con Brandeburgo y a pocos kilómetros de la desembocadura del río Neisse en el Oder. Las medidas preventivas adoptadas hacen esperar que tanto el mercado, como el palacio y el histórico parque del príncipe Pückler en Bad Muskau puedan eludir finalmente las inundaciones gracias a las barreras y diques levantados para contener las aguas.