Un sistema permite recuperar los metales de las aguas ácidas
Dom, 01/08/2010
La recuperación de lo que se viene en llamar aguas ácidas supone todo un desafío para la comunidad científica; éste se acrecienta si tenemos en cuenta que para 2015, los ríos Tinto y Odiel deben tener la acreditación de 'calidad piscícola' según el borrador del Plan Hidrológico de ambos ríos.
En ello están dos catedráticos de la Universidad de Huelva (UHU): el catedrático de Área de Prospección e Investigación Minera, José Antonio Grande y el de Ingeniería de Sistemas y Automática, José Manuel Andújar. Ambos investigadores han patentado un sistema de recuperación de aguas ácidas que aúna en un mismo proyecto, la limpieza de esas aguas, el uso de energías obtenidas de fuentes renovables y la recuperación rentable de los metales.
En otras palabras, nos encontramos ante un sistema que permite la neutralización de las aguas ácidas -provocadas por el drenaje ácido de la mina (AMD)-, la recuperación de esa carga metálica, a través de la evaporación del agua ácida y la recuperación del mineral desecado. Si tenemos en cuenta que el Tinto y el Odiel vierten anualmente 20.000 toneladas de metales pesados, que esto se puede evitar y que además se pueden comercializar dichos metales, la relevancia del proyecto es indiscutible.
La provincia tiene un total de 136 minas cerradas que emiten acidez, metales y sulfatos que se derivan hacia el sistema fluvial. Esas minas se encuentran en cinco áreas bien definidas: Riotinto, Tharsis, La Zarza-Perrunal, San Telmo y Valdelamusa. Ese proceso se desencadena cuando un mineral sulfuroso entra en contacto con el oxígeno y la humedad atmosféricos; en la superficie el mineral comienza un mecanismo que se inicia con la oxidación de los sulfuros y la final producción de ácido.
El resultado final de todos los procesos químicos y biológicos que se producen en el agua con otros minerales presentes en las rocas, es un conjunto de contaminantes depositados sobre el mineral, que se disuelven y son arrastrados por el agua de lluvia o de escorrentía, produciéndose el caudal contaminante que lleva su acidez, sus sulfatos y metales pesados hasta los cursos del agua.
El método de Grande y Andújar usa energías renovables -paneles solares- para evaporar e agua ácida y recuperar el mineral desecado. El agua contaminada se lleva hasta un punto de ebullición; una vez que ésta se hace vapor, todos los materiales contaminantes que estaban disueltos se precipitan en el fondo del evaporador. Para evitar que el mineral se apelmace, el evaporador dispone de un agitador movido por un motor.
Los materiales contaminantes extraídos de los evaporadores que se quieran instalar, van a parar a una cinta transportadora que deposita el material recuperado en cubetas o contenedores.
La generación que provocan los paneles solares permite al sistema funcionar tanto de día como de noche, garantizando en todo caso el uso exclusivo de esta energía renovable, ya que durante las horas nocturnas cuando los paneles y los reflectores cilindro-parabólicos no actúan, el hidrógeno generado durante el día sirve para alimentar una pila de combustible de alta temperatura que produce la electricidad. Pese a todas estas ventajas también el sistema permite la opción de un empleo mixto de energía renovable y red eléctrica.
José Antonio Grande defendió la rentabilidad del sistema, que ya ha sido presentado a la Junta de Andalucía. Como muestra de ello mencionó que la tonelada de cobre se cotiza en el mercado en 5.400 dólares, que es uno de los metales que se obtiene con mayor frecuencia en el proceso. Para un caudal tipo de 10 litros por segundo de agua tratada, habría una obtención diaria de 0,28 toneladas de cobre, lo que supondría un ingreso de 1.520 euros diarios. Todo esto es sólo una muestra de que el sistema, junto a sus beneficios ambientales, conlleva una rentabilidad económica.
En ello están dos catedráticos de la Universidad de Huelva (UHU): el catedrático de Área de Prospección e Investigación Minera, José Antonio Grande y el de Ingeniería de Sistemas y Automática, José Manuel Andújar. Ambos investigadores han patentado un sistema de recuperación de aguas ácidas que aúna en un mismo proyecto, la limpieza de esas aguas, el uso de energías obtenidas de fuentes renovables y la recuperación rentable de los metales.
En otras palabras, nos encontramos ante un sistema que permite la neutralización de las aguas ácidas -provocadas por el drenaje ácido de la mina (AMD)-, la recuperación de esa carga metálica, a través de la evaporación del agua ácida y la recuperación del mineral desecado. Si tenemos en cuenta que el Tinto y el Odiel vierten anualmente 20.000 toneladas de metales pesados, que esto se puede evitar y que además se pueden comercializar dichos metales, la relevancia del proyecto es indiscutible.
La provincia tiene un total de 136 minas cerradas que emiten acidez, metales y sulfatos que se derivan hacia el sistema fluvial. Esas minas se encuentran en cinco áreas bien definidas: Riotinto, Tharsis, La Zarza-Perrunal, San Telmo y Valdelamusa. Ese proceso se desencadena cuando un mineral sulfuroso entra en contacto con el oxígeno y la humedad atmosféricos; en la superficie el mineral comienza un mecanismo que se inicia con la oxidación de los sulfuros y la final producción de ácido.
El resultado final de todos los procesos químicos y biológicos que se producen en el agua con otros minerales presentes en las rocas, es un conjunto de contaminantes depositados sobre el mineral, que se disuelven y son arrastrados por el agua de lluvia o de escorrentía, produciéndose el caudal contaminante que lleva su acidez, sus sulfatos y metales pesados hasta los cursos del agua.
El método de Grande y Andújar usa energías renovables -paneles solares- para evaporar e agua ácida y recuperar el mineral desecado. El agua contaminada se lleva hasta un punto de ebullición; una vez que ésta se hace vapor, todos los materiales contaminantes que estaban disueltos se precipitan en el fondo del evaporador. Para evitar que el mineral se apelmace, el evaporador dispone de un agitador movido por un motor.
Los materiales contaminantes extraídos de los evaporadores que se quieran instalar, van a parar a una cinta transportadora que deposita el material recuperado en cubetas o contenedores.
La generación que provocan los paneles solares permite al sistema funcionar tanto de día como de noche, garantizando en todo caso el uso exclusivo de esta energía renovable, ya que durante las horas nocturnas cuando los paneles y los reflectores cilindro-parabólicos no actúan, el hidrógeno generado durante el día sirve para alimentar una pila de combustible de alta temperatura que produce la electricidad. Pese a todas estas ventajas también el sistema permite la opción de un empleo mixto de energía renovable y red eléctrica.
José Antonio Grande defendió la rentabilidad del sistema, que ya ha sido presentado a la Junta de Andalucía. Como muestra de ello mencionó que la tonelada de cobre se cotiza en el mercado en 5.400 dólares, que es uno de los metales que se obtiene con mayor frecuencia en el proceso. Para un caudal tipo de 10 litros por segundo de agua tratada, habría una obtención diaria de 0,28 toneladas de cobre, lo que supondría un ingreso de 1.520 euros diarios. Todo esto es sólo una muestra de que el sistema, junto a sus beneficios ambientales, conlleva una rentabilidad económica.