Prohibido bañarse en el Genil

Mié, 21/07/2010

Ideal

La prohibición de bañarse en el río Genil a su paso por la ciudad no es nueva. Ya se puso de manifiesto cuando durante la alcaldía de Jesús Quero se terminó el encauzamiento a su paso por la ciudad, y además, todo el mundo sabe que hacerlo es peligroso y puede ser insalubre. Pero la reciente limpieza a la que ha sido sometido y la gran cantidad de agua que este año lleva el Genil, han provocado que algunos grupos de personas se den su remojón en las aguas en la zona del embarcadero, junto al puente blanco. De hecho es difícil de olvidar como una de las diversiones favoritas de los jóvenes la noche de la celebración de la victoria en el Mundial de Fútbol, fue lanzarse al río desde el pretil del puente blanco. El Ayuntamiento se ha visto en la necesidad de hacer algo para evitar que los baños continúen. «Pondremos señales que indiquen claramente que está prohibido bañarse», dice el alcalde, José Torres Hurtado.

Los motivos están claros. El agua del Genil no está controlada sanitariamente en función de que la gente vaya a bañarse, y además, «especialmente peligroso», dicen los técnicos municipales, ya que nunca se sabe qué cantidad de lodos o qué tipo de objetos puede haber bajo las aguas, que en algunos puntos son muy superficiales y, en otros, son muy profundas. «Es una temeridad bañarse en el tramo urbano de un río que está formado por esclusas y compuertas», dice el alcalde, que no habría que tomar medida alguna porque todo el mundo debería saber que es peligroso, «pero en vista de lo que ha pasado en las últimas semanas, es preferible avisar a los ciudadanos del riesgo que corren», dice. El problema de que la gente sienta la tentación de bañarse se ha incrementado desde que se han terminado una serie de trabajos de limpieza integral del cauce que han sido realizados por la empresa de aguas de la ciudad, Emasagra. La limpieza, que ya se ha terminado en el tramo comprendido entre el puente verde y la zona donde están las obras del metro, es decir el paso por el centro de la ciudad, ha consistido en la retirada de lodos, limpieza de restos de todo tipo que se encontraban en el cauce, y tratamientos en el agua para evitar los mosquitos y los malos olores.

Según el gerente de Emasagra, Ramiro Ángulo, los trabajos continuarán en una segunda fase, ya iniciada, en el tramo que se conoce como de aguas bravas, y otra tercera fase entre la Inmaculada y la zona de Vega. Estos trabajos son complejos porque dependen del caudal de agua y si está desaguando el pantano o no. Por el momento llevan unos días que no pueden trabajar en el cauce porque baja demasiada agua. «Trabajamos en los bordes, desbrozando y preparando las riberas», dice el gerente de Emasagra.

Del tramo comprendido entre el puente verde y el puente blanco las máquinas han retirado en la limpieza más de 5.000 metros cúbicos de lodos. Una tarea que no fue nada fácil, ya que además de vaciar las esclusas hubo que colocar sistemas que permitiesen el paso de maquinaria pesada, camiones y excavadoras, por el interior del cauce y poder salvar las pendientes de los diferentes rompientes y esclusas que se encuentran a lo largo del río. La retirada de los lodos y sedimentos que se encontraban en el cauce y su traslado al exterior, es una labor que no se podía realizar cualquier día, ya que en un año con tanta lluvia y agua del deshielo, «había que coordinarlo con los reguladores del cauce aguas arriba, es decir con la Confederación Hidrográfica y la Agencia del Agua», dice el gerente de Emasagra. La limpieza en el tramo que ya se ha terminado ha necesitado cuatro semanas de trabajos, el mismo tiempo que necesitarán, a partir de ahora, los dos tramos que faltan, desde el puente del Paraíso hasta el puente Verde, y desde la Inmaculada hacia la Vega. El caudal de agua que existe en el embarcadero invita a bañarse.