El Gobierno investiga los purines acumulados en el Sil por un particular
Dom, 04/07/2010
Las balsas con restos de purines y lodos detectadas en la cola del embalse de Santo Estevo, en Castro Caldelas (Ourense) y denunciadas por la asociación ecologista Amigos de Terra pueden ser contaminantes. Los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil han tomado muestras en algunas de ellas y están realizando los análisis que demuestren el daño ocasionado al río Sil, a donde van a parar los residuos que, según todos los indicios, son contaminantes.
Los restos recogidos hasta el momento están integrados básicamente por "lodos procedentes de depuradoras" trasladados ilegalmente por un particular a estos depósitos. Si, como sospechan los especialistas, las analíticas que se están realizando confirman la acción contaminante, el organismo de cuenca abrirá expediente sancionador al particular que instaló, también de forma ilegal, los depósitos en fincas de su propiedad. La sanción económica podría alcanzar los dos millones de euros. Además, el infractor debería reponer a su estado original la zona medioambientalmente afectada.
La Confederación Hidrográfica trabaja conjuntamente con la Consellería de Medio Rural en la detección de estas balsas. Hasta el momento han contabilizado una decena. La investigación abierta por el organismo de cuenca es paralela a la que lleva a cabo la Fiscalía Medioambiental ante la que Amigos da Terra presentó denuncia tras fracasar su intento de que las consellerías de Sanidade y Medio Rural atendieran su denuncia -se declararon "no competentes"- documentada con fotografías de los depósitos ilegales y de lo que parece una acción abrasiva del producto en la vegetación del entorno inmediato.
Según esta denuncia de los ecologistas, el particular transporta en un camión los restos de purines de varias granjas y los lodos procedentes de depuradoras del entorno hasta las balsas, carentes de la mínima gestión medioambiental. Si se confirma la existencia de restos de purines, el daño al medio ambiente podría ser considerable, sostiene Amigos da Terra, ya que no sólo se contaminarían aguas y suelos, sino también la atmósfera, como consecuencia de las emisiones al aire provocadas por la alta concentración de nitratos.
Amigos da Terra ha hecho constar su temor a una posible rotura de los depósitos que ocasionaría "un tremendo daño" ya que "la acción devastadora de estos restos orgánicos" se extendería por las laderas del monte hasta caer al Sil a su paso por la Ribeira Sacra, zona incluida en la Rede Natura y catalogada, además, como de Interés Comunitario. La asociación ecologista teme, asimismo, que las filtraciones que se puedan producir en las balsas hayan dañado ya los acuíferos si se han filtrado al subsuelo. Los ambientalistas han comprobado, y documentado en la denuncia que aportaron a la Fiscalía, que la actividad de "transporte de restos orgánicos y animales" que realiza el vecino a orillas del Sil no está vinculada a ninguna explotación agraria de su propiedad.
Los restos recogidos hasta el momento están integrados básicamente por "lodos procedentes de depuradoras" trasladados ilegalmente por un particular a estos depósitos. Si, como sospechan los especialistas, las analíticas que se están realizando confirman la acción contaminante, el organismo de cuenca abrirá expediente sancionador al particular que instaló, también de forma ilegal, los depósitos en fincas de su propiedad. La sanción económica podría alcanzar los dos millones de euros. Además, el infractor debería reponer a su estado original la zona medioambientalmente afectada.
La Confederación Hidrográfica trabaja conjuntamente con la Consellería de Medio Rural en la detección de estas balsas. Hasta el momento han contabilizado una decena. La investigación abierta por el organismo de cuenca es paralela a la que lleva a cabo la Fiscalía Medioambiental ante la que Amigos da Terra presentó denuncia tras fracasar su intento de que las consellerías de Sanidade y Medio Rural atendieran su denuncia -se declararon "no competentes"- documentada con fotografías de los depósitos ilegales y de lo que parece una acción abrasiva del producto en la vegetación del entorno inmediato.
Según esta denuncia de los ecologistas, el particular transporta en un camión los restos de purines de varias granjas y los lodos procedentes de depuradoras del entorno hasta las balsas, carentes de la mínima gestión medioambiental. Si se confirma la existencia de restos de purines, el daño al medio ambiente podría ser considerable, sostiene Amigos da Terra, ya que no sólo se contaminarían aguas y suelos, sino también la atmósfera, como consecuencia de las emisiones al aire provocadas por la alta concentración de nitratos.
Amigos da Terra ha hecho constar su temor a una posible rotura de los depósitos que ocasionaría "un tremendo daño" ya que "la acción devastadora de estos restos orgánicos" se extendería por las laderas del monte hasta caer al Sil a su paso por la Ribeira Sacra, zona incluida en la Rede Natura y catalogada, además, como de Interés Comunitario. La asociación ecologista teme, asimismo, que las filtraciones que se puedan producir en las balsas hayan dañado ya los acuíferos si se han filtrado al subsuelo. Los ambientalistas han comprobado, y documentado en la denuncia que aportaron a la Fiscalía, que la actividad de "transporte de restos orgánicos y animales" que realiza el vecino a orillas del Sil no está vinculada a ninguna explotación agraria de su propiedad.