Activan un plan para recuperar el mejillón de río en la cuenca del Ulla
Sáb, 26/06/2010
La Dirección Xeral de Conservación da Natureza de la Consellería de Medio Rural coordinará un programa de recuperación de las poblaciones de mejillón de río (margaritifera margaritifera) de la cuenca del río Ulla. La iniciativa, que también contará con la colaboración de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y de Augas de Galicia, cuenta con el apoyo económico de la Unión Europea a través del programa Life, que contribuye al desarrollo de acciones de protección medioambiental.
El mejillón de río (también conocido popularmente como almeja de río) es una especie autóctona que en la actualidad está protegida por encontrarse en peligro de extinción. Es un bivalvo de forma similar a la almeja y tamaño mayor. Los colores de la cáscara pueden oscilar entre los marrones, los grisáceos y los negros, según la edad del ejemplar, que puede alcanzar los cien años de vida. En el interior, la concha es nacarada. En el pasado fue utilizada para la producción de botones de nácar, entre otros objetos.
La Xunta ha diseñado un mapa de zonas en las que esta especie subsiste. La cuenca estradense del Ulla está entre ellas. No es fácil ver esta especie, pero esta misma semana una vecina de Santiago ha tenido el privilegio de encontrarla a medio kilómetro del puente colgante del Xirimbao, en el margen pontevedrés del cauce. «Vi una grande, como un dedo de larga y de color entre tostado y gris plateado. Estaba viva, porque al tocarla se cerró. Luego vi otra más pequeña y cerrada», explica Bea Domínguez. En O Areeiro (Carcacía) hay registrado un banco.
La margaritifera habita en zonas arenosas y de cantos rodados. Es una especie muy delicada y un indicador de la salud de los ríos. El plan de recuperación de esta especie y del auganeiro (galemys pyrenaicus) en la cuenca del Ulla costará 3,6 millones de euros. Un total de 1,8 serán financiados por la UE. El programa hará una evaluación del estado de las poblaciones localizadas y tratará de mitigar los problemas que causan el retroceso de la especie, como la merma de la calidad de las aguas o la pérdida del hábitat favorable por la desaparición de la vegetación de ribera.
El ciclo vital del mejillón de río lo hace especialmente vulnerable. Necesita del apoyo de otras especies para poder desarrollarse. Deposita sus huevos en el río pero, una vez convertidos en larvas, éstas deben buscar alojamiento en las agallas del reo o del salmón para completar su desarrollo y llegar a metamorfosearse. Consecuentemente, la drástica reducción de la población de salmón en las últimas décadas ha tenido que afectar a la población de cuperación, que se desarrollará entre septiembre de este año y agosto del 2015, prevé estudios en colaboración con la USC en la estación ictiológica de Ximonde.
El mejillón de río (también conocido popularmente como almeja de río) es una especie autóctona que en la actualidad está protegida por encontrarse en peligro de extinción. Es un bivalvo de forma similar a la almeja y tamaño mayor. Los colores de la cáscara pueden oscilar entre los marrones, los grisáceos y los negros, según la edad del ejemplar, que puede alcanzar los cien años de vida. En el interior, la concha es nacarada. En el pasado fue utilizada para la producción de botones de nácar, entre otros objetos.
La Xunta ha diseñado un mapa de zonas en las que esta especie subsiste. La cuenca estradense del Ulla está entre ellas. No es fácil ver esta especie, pero esta misma semana una vecina de Santiago ha tenido el privilegio de encontrarla a medio kilómetro del puente colgante del Xirimbao, en el margen pontevedrés del cauce. «Vi una grande, como un dedo de larga y de color entre tostado y gris plateado. Estaba viva, porque al tocarla se cerró. Luego vi otra más pequeña y cerrada», explica Bea Domínguez. En O Areeiro (Carcacía) hay registrado un banco.
La margaritifera habita en zonas arenosas y de cantos rodados. Es una especie muy delicada y un indicador de la salud de los ríos. El plan de recuperación de esta especie y del auganeiro (galemys pyrenaicus) en la cuenca del Ulla costará 3,6 millones de euros. Un total de 1,8 serán financiados por la UE. El programa hará una evaluación del estado de las poblaciones localizadas y tratará de mitigar los problemas que causan el retroceso de la especie, como la merma de la calidad de las aguas o la pérdida del hábitat favorable por la desaparición de la vegetación de ribera.
El ciclo vital del mejillón de río lo hace especialmente vulnerable. Necesita del apoyo de otras especies para poder desarrollarse. Deposita sus huevos en el río pero, una vez convertidos en larvas, éstas deben buscar alojamiento en las agallas del reo o del salmón para completar su desarrollo y llegar a metamorfosearse. Consecuentemente, la drástica reducción de la población de salmón en las últimas décadas ha tenido que afectar a la población de cuperación, que se desarrollará entre septiembre de este año y agosto del 2015, prevé estudios en colaboración con la USC en la estación ictiológica de Ximonde.