El descenso del caudal de los ríos amenaza la hidroeléctrica
Mié, 09/06/2010
El futuro de la energía hidroeléctrica en los próximos 40 años es sin duda un punto clave para el desarrollo económico del planeta, más aún si tenemos en cuenta que durante ese período se registrará un mayor descenso en las reservas petroleras y gasíferas. Más allá de la dificultad que supone predecir el comportamiento de los cursos de agua, el esfuerzo de científicos de todo el mundo ha permitido elaborar un escenario capaz de resumir las características de los aprovechamientos hidroeléctricos en todas las regiones del planeta sobre 2050.
Un informe elaborado por IEEE Spectrum, medio especializado que pertenece al Institute of Electrical and Electronics Engineers, recoge las opiniones y el trabajo de ingenieros y expertos en todo el planeta, esbozando un posible panorama sobre la realidad del sector hidroeléctrico dentro de 40 años.
Los cambios proyectados en la generación de energía hidroeléctrica para 2050 incluyen el análisis de aquellos sectores del planeta que deberán atravesar situaciones críticas con relación a los recursos hídricos, como así también la determinación de las regiones con mayor potencial en este tipo de energía.
Es importante recordar que la energía suministrada mediante el aprovechamiento de recursos hídricos significa en la actualidad un quinto de la electricidad generada a nivel mundial, con 850 a 900 gigavatios de capacidad instalada en todo el planeta. Más de 60 países obtienen un porcentaje superior al 50% de su electricidad a través de centrales hidroeléctricas.
Predicciones confusas
Sin embargo, calcular los volúmenes de energía hidroeléctrica que estarán disponibles en el futuro es una tarea cada vez más compleja, ya que por ejemplo gran parte de los antiguos métodos utilizados con este fin resultan hoy inviables a causa del cambio climático. Así lo confirmó Dennis Lettenmaier, profesor de ingeniería civil y ambiental en la Universidad de Washington en Seattle.
Muchas predicciones confusas se han concretado en base a estos métodos, que resultan caducos debido a la compleja situación ambiental del planeta. Por ejemplo, el gobierno australiano encargó un estudio que indica que para 2030 las cuencas hidrográficas de ese país podrían reducir su caudal hasta en un 34% o, al mismo tiempo, incrementar su potencial en un 11 %.
Asimismo, muchas fuentes de agua ya han visto reducir considerablemente su caudal o incluso se han secado por completo. Un tercio de los grandes ríos del mundo se han visto afectados por los cambios climáticos en los últimos 60 años, provocando la reducción de la generación de energía en muchas represas a lo largo y a lo ancho del globo.
Como resultado, muchos países afectados por intensas sequías, como por ejemplo Kenia, Filipinas o Venezuela, han sufrido apagones periódicos y han requerido la puesta en marcha de medidas de racionamiento eléctrico en los últimos años. Kenya ha encarado un plan de rápido desarrollo de sus fuentes geotermales y eólicas, para compensar el faltante de energía hidroeléctrica.
Nuevos modelos de predicción
Los ingenieros y científicos de la Norwegian University of Science and Technology han tratado de abordar el desafío de la predicción de los vaivenes relacionados con la generación hidroeléctrica. El uso de nuevos modelos les permitió analizar con mayor exactitud los cambios que se registrarán en los ríos del planeta en los próximos 40 años, junto al impacto que esas variaciones tendrán en la producción de energía hidroeléctrica.
Entre las principales conclusiones destacan que las zonas de latitudes medias en general experimentarán reducciones en el caudal de los ríos y, por consiguiente, en la producción de energía hidroeléctrica. Por otra parte, algunas áreas como el norte de Europa, África Oriental y el Sudeste Asiático registrarán alzas.
La mayoría de las zonas en riesgo son aquellas que tienen una alta dependencia de la energía hidroeléctrica, condición que torna más compleja cualquier mínima disminución en el caudal de los ríos. En el sur de África, por ejemplo, períodos extensos de sequía podrían significar una disminución de 70 gigavatios-hora por año en capacidad de generación hidroeléctrica para el año 2050.
Afganistán, Tayikistán, Venezuela y algunos sectores de Brasil aparecen como las áreas con mayores posibilidades de verse afectadas más profundamente por una disminución en la capacidad de producción hidroeléctrica. Los posibles inconvenientes han llevado a una rápida construcción de nuevas represas en distintas partes del mundo.
Brasil, China e India son ejemplo de ello, aunque por otro lado estos emprendimientos pueden suponer nuevos problemas ambientales, al superar la capacidad del medio ambiente en esas regiones para soportar infraestructuras de este tipo. Por otra parte, en otros sectores con gran potencial para incrementar la capacidad de generación hidroeléctrica las condiciones económicas no ayudan. En África, solamente el 7 por ciento de los proyectos hidroeléctricos con viabilidad para su desarrollo se han concretado, según datos de la Asociación Internacional de Hidroelectricidad (IHA).
Un informe elaborado por IEEE Spectrum, medio especializado que pertenece al Institute of Electrical and Electronics Engineers, recoge las opiniones y el trabajo de ingenieros y expertos en todo el planeta, esbozando un posible panorama sobre la realidad del sector hidroeléctrico dentro de 40 años.
Los cambios proyectados en la generación de energía hidroeléctrica para 2050 incluyen el análisis de aquellos sectores del planeta que deberán atravesar situaciones críticas con relación a los recursos hídricos, como así también la determinación de las regiones con mayor potencial en este tipo de energía.
Es importante recordar que la energía suministrada mediante el aprovechamiento de recursos hídricos significa en la actualidad un quinto de la electricidad generada a nivel mundial, con 850 a 900 gigavatios de capacidad instalada en todo el planeta. Más de 60 países obtienen un porcentaje superior al 50% de su electricidad a través de centrales hidroeléctricas.
Predicciones confusas
Sin embargo, calcular los volúmenes de energía hidroeléctrica que estarán disponibles en el futuro es una tarea cada vez más compleja, ya que por ejemplo gran parte de los antiguos métodos utilizados con este fin resultan hoy inviables a causa del cambio climático. Así lo confirmó Dennis Lettenmaier, profesor de ingeniería civil y ambiental en la Universidad de Washington en Seattle.
Muchas predicciones confusas se han concretado en base a estos métodos, que resultan caducos debido a la compleja situación ambiental del planeta. Por ejemplo, el gobierno australiano encargó un estudio que indica que para 2030 las cuencas hidrográficas de ese país podrían reducir su caudal hasta en un 34% o, al mismo tiempo, incrementar su potencial en un 11 %.
Asimismo, muchas fuentes de agua ya han visto reducir considerablemente su caudal o incluso se han secado por completo. Un tercio de los grandes ríos del mundo se han visto afectados por los cambios climáticos en los últimos 60 años, provocando la reducción de la generación de energía en muchas represas a lo largo y a lo ancho del globo.
Como resultado, muchos países afectados por intensas sequías, como por ejemplo Kenia, Filipinas o Venezuela, han sufrido apagones periódicos y han requerido la puesta en marcha de medidas de racionamiento eléctrico en los últimos años. Kenya ha encarado un plan de rápido desarrollo de sus fuentes geotermales y eólicas, para compensar el faltante de energía hidroeléctrica.
Nuevos modelos de predicción
Los ingenieros y científicos de la Norwegian University of Science and Technology han tratado de abordar el desafío de la predicción de los vaivenes relacionados con la generación hidroeléctrica. El uso de nuevos modelos les permitió analizar con mayor exactitud los cambios que se registrarán en los ríos del planeta en los próximos 40 años, junto al impacto que esas variaciones tendrán en la producción de energía hidroeléctrica.
Entre las principales conclusiones destacan que las zonas de latitudes medias en general experimentarán reducciones en el caudal de los ríos y, por consiguiente, en la producción de energía hidroeléctrica. Por otra parte, algunas áreas como el norte de Europa, África Oriental y el Sudeste Asiático registrarán alzas.
La mayoría de las zonas en riesgo son aquellas que tienen una alta dependencia de la energía hidroeléctrica, condición que torna más compleja cualquier mínima disminución en el caudal de los ríos. En el sur de África, por ejemplo, períodos extensos de sequía podrían significar una disminución de 70 gigavatios-hora por año en capacidad de generación hidroeléctrica para el año 2050.
Afganistán, Tayikistán, Venezuela y algunos sectores de Brasil aparecen como las áreas con mayores posibilidades de verse afectadas más profundamente por una disminución en la capacidad de producción hidroeléctrica. Los posibles inconvenientes han llevado a una rápida construcción de nuevas represas en distintas partes del mundo.
Brasil, China e India son ejemplo de ello, aunque por otro lado estos emprendimientos pueden suponer nuevos problemas ambientales, al superar la capacidad del medio ambiente en esas regiones para soportar infraestructuras de este tipo. Por otra parte, en otros sectores con gran potencial para incrementar la capacidad de generación hidroeléctrica las condiciones económicas no ayudan. En África, solamente el 7 por ciento de los proyectos hidroeléctricos con viabilidad para su desarrollo se han concretado, según datos de la Asociación Internacional de Hidroelectricidad (IHA).