En Andalucía hay 73 embalses y sólo 10 tienen un director al frente
Jue, 27/05/2010
'Para beber tenemos el whisky y el agua es para luchar por ella'. José Abraham Carrascosa, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Andalucía acabó su intervención con esta frase de una película del Oeste. Lo hizo en un acto celebrado en la Agencia Andaluza del Agua para premiar a unos auténticos luchadores, los ingenieros de caminos, canales y puertos a los que les tocó dirigir la explotación de las presas en el temporal de lluvias vivido entre diciembre de 2009 y marzo de 2010, tiempo en que se vivió el récord histórico de desembalsar simultáneamente 65 de los 73 embalses con que cuenta la comunidad.
Catorce de los veintidós ingenieros galardonados, adscritos a presas de las ocho provincias andaluzas, recogieron en persona sus galardones. Pero no fue un acto sólo para la galería. Después de que Juan Paniagua, director gerente de la Agencia Andaluza del Agua, destacara que el presidente Griñán envió en enero cartas personalizadas a cada uno de los ingenieros para agradecerles su profesionalidad en circunstancias tan adversas, Carrascosa demostró que el Viejo Oeste no deja mucho sitio para el protocolo y los juegos florales.
El decano de los compañeros de oficio de Juan Benet, que terminó de escribir Volverás a Región en la presa del Porma, le recordó al representante de la Administración autonómica que más competencias hídricas tiene de toda España que de las 73 presas existentes en Andalucía, sólo diez cuentan con un ingeniero de caminos director de su explotación, que hay provincias que carecen de esa figura y que urge en el oficio la presencia de ingenieros de caminos que revisen en los planes urbanísticos los estudios de inundabilidad.
Estos ingenieros trabajaron a fondo y a destajo porque el verano pasado la situación era de alerta, pero por sequía. De pronto, todo cambió, Andalucía registró una media de 800 litros por metro cuadrado -en Cádiz se llegó a los 1.200- y el imprevisto meteorológico demostró que 'seguimos siendo vulnerables a la sequía y a las inundaciones', en palabras de Fernando Delgado, vicedecano del Colegio, profesor de Presas e hijo de un ingeniero de caminos que trabajó 45 años en la Confederación Hidrográfica y contruyó cinco presas: La Bolera, Negratín, San Clemente, Francisco Abellán y Portillo, esta última en Castril, el pueblo granadino que declaró a José Saramago hijo adoptivo por ser la cuna de Pilar del Río, su esposa.
La secretaria de la Demarcación nombraba a los ingenieros reconocidos y sus presas respectivas. Ingenieros de una sola presa, Antonio Ramón Guinea, en Iznájar, la patria chica de José Montilla, o de ocho, como Enrique Grosso Casalini, que desembalsó Aracena, Zufre, Melonares, Torre del Águila, Puebla de Cazalla, El Agrio, Huesna y Peñaflor.
Para beber, el whisky. Para trabajar, el agua. 'En esta crisis económica', dice Delgado, 'tenemos que hacer diez veces más trabajo con la mitad del presupuesto'. Nadie pronunció la palabra pantano.
Catorce de los veintidós ingenieros galardonados, adscritos a presas de las ocho provincias andaluzas, recogieron en persona sus galardones. Pero no fue un acto sólo para la galería. Después de que Juan Paniagua, director gerente de la Agencia Andaluza del Agua, destacara que el presidente Griñán envió en enero cartas personalizadas a cada uno de los ingenieros para agradecerles su profesionalidad en circunstancias tan adversas, Carrascosa demostró que el Viejo Oeste no deja mucho sitio para el protocolo y los juegos florales.
El decano de los compañeros de oficio de Juan Benet, que terminó de escribir Volverás a Región en la presa del Porma, le recordó al representante de la Administración autonómica que más competencias hídricas tiene de toda España que de las 73 presas existentes en Andalucía, sólo diez cuentan con un ingeniero de caminos director de su explotación, que hay provincias que carecen de esa figura y que urge en el oficio la presencia de ingenieros de caminos que revisen en los planes urbanísticos los estudios de inundabilidad.
Estos ingenieros trabajaron a fondo y a destajo porque el verano pasado la situación era de alerta, pero por sequía. De pronto, todo cambió, Andalucía registró una media de 800 litros por metro cuadrado -en Cádiz se llegó a los 1.200- y el imprevisto meteorológico demostró que 'seguimos siendo vulnerables a la sequía y a las inundaciones', en palabras de Fernando Delgado, vicedecano del Colegio, profesor de Presas e hijo de un ingeniero de caminos que trabajó 45 años en la Confederación Hidrográfica y contruyó cinco presas: La Bolera, Negratín, San Clemente, Francisco Abellán y Portillo, esta última en Castril, el pueblo granadino que declaró a José Saramago hijo adoptivo por ser la cuna de Pilar del Río, su esposa.
La secretaria de la Demarcación nombraba a los ingenieros reconocidos y sus presas respectivas. Ingenieros de una sola presa, Antonio Ramón Guinea, en Iznájar, la patria chica de José Montilla, o de ocho, como Enrique Grosso Casalini, que desembalsó Aracena, Zufre, Melonares, Torre del Águila, Puebla de Cazalla, El Agrio, Huesna y Peñaflor.
Para beber, el whisky. Para trabajar, el agua. 'En esta crisis económica', dice Delgado, 'tenemos que hacer diez veces más trabajo con la mitad del presupuesto'. Nadie pronunció la palabra pantano.