Los futuros regantes del plan de Monegros II denuncian el retraso que acumulan las obras
Mié, 26/05/2010
El plan de regadíos de Monegros II es un sueño para tres generaciones de agricultores de Fraga, Ballobar y Ontiñena, que ahora contemplan con temor cómo los recortes presupuestarios pueden demorar todavía más las esperadas obras que llevarán el agua hasta 13.000 hectáreas de fincas de secano.
Los representantes del colectivo de regantes expectantes han mostrado su malestar por el retraso que acumulan los proyectos, sobre todo los que dependen del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y al mismo tiempo están preocupados por cómo afectará la crisis a las obras pendientes. Un botón de muestra es el embalse de Valdepatao, una de las obras más importantes para extender la mancha de regadío. Pese a que se adjudicó en octubre de 2009, la construcción todavía no ha comenzado.
El malestar de los futuros regantes se puso de manifiesto en una reunión celebrada el pasado día 21 en Ontiñena por los representantes de la gestora de la comunidad de Ontiñena, Ballobar y Fraga, un colectivo que agrupa a un millar de agricultores de la primera fase de Monegros II, integrada por las tierras de los sectores VI, VII, XVIII, XIX, XX y XXI, que se regarán con aguas provenientes del tramo V del Canal de Monegros gracias a las nuevas infraestructuras de regadío.
En esa reunión se hizo patente "el malestar que existe entre los futuros regantes por el visible (y notable) retraso que se aprecia en la realización de determinadas obras, en especial las dependientes del Ministerio de Medio Ambiente", según un comunicado de prensa. A los retrasos de los últimos años se suman ahora "las consecuencias que pueden tener en las obras los recortes presupuestarios previstos en los próximos meses".
Entre las infraestructuras pendientes están las balsas laterales de la acequia de Ontiñena, el embalse de Valdepatao o el sifón de Cardiel. Las obras de Valdepatao, adjudicadas hace siete meses a la UTE formada por Sogeosa y Aragonesa de Hormigones Proyectados SL, todavía no han arrancado. A principios de este mes el ministerio contrató los servicios de control y vigilancia. En Valdepatao, con una capacidad de 5,7 hectómetros cúbicos, el ministerio tiene previsto invertir más de 15,5 millones de euros.
Los regantes aclaran que el retraso se produce en las obras principales, que dependen del Gobierno central, mientras que la DGA está cumpliendo con su parte: ha ejecutado la concentración parcelaria y están preparadas las redes de riego, los hidrantes y las estaciones de bombeo. La gestora del colectivo de futuros regantes está formada por 15 miembros, cinco por cada pueblo, encargados de poner en marcha la comunidad de riegos. Uno de ellos es Ricardo Vilar, agricultor fragatino, que clamó por completar un regadío que se empezó hace cien años. "Unos han tenido la fortuna de disfrutarlo ya, mientras otros, los de la tierra baja, aún esperamos". Recordó que en 2005 ya debían estar las obras concluidas y ahora, en 2010, "ante las dificultades económicas, tememos un parón". En su opinión, invertir en regadío es riqueza, "son inversiones que benefician a todos".
Santos Sasot, miembro de la gestora en su condición de concejal de Ballobar, afirmó que la DGA "ha hecho los deberes: están las tuberías montadas, los caminos preparados..." y hay actuaciones que no puede continuar porque dependen de los grandes proyectos, como el embalse de Valdepatao o las balsas laterales de la acequia de Ontiñena. "Las obras avanzan despacio, muy despacio, y ahora tememos que con la crisis se paralice del todo".
HUESCA.
Los regantes expectantes de Monegros II no son los únicos preocupados por cómo afectarán los recortes en la inversión pública a las obras hidráulicas. El presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, mostró ayer sus temores porque la "sequía presupuestaria" pueda repercutir en las obras de Biscarrués que, "como cualquier obra hidráulica, supone un montante económico bastante elevado".
En cualquier caso espera que se dé prioridad a proyectos como éste que, recordó, acumula décadas de retraso. "No se entendería que después de que llevamos 20 años esperando la regulación del Gállego, en breve no se produzca la declaración de impacto ambiental".
El proyecto debería estar aprobado hace tres años, pero ni siquiera ha superado el trámite ambiental, pendiente desde hace meses. Trillo es consciente de que este año no hay tiempo para iniciar las obras (solo existe una partida simbólica en los presupuestos). "En 2010, inversión cero; en 2011, la obra en marcha con poca inversión; y la obra fuerte llegará en 2012 0 2013", dijo. Añadió que el Plan Estratégico de Infraestructuras ya dejó claro cuáles eran las prioridades, al destinar siete de cada diez euros al AVE y el resto a reparación y construcción de nuevas carreteras. "No iba ninguno a obras hidráulicas".
Trillo hizo estas declaraciones tras la junta de gobierno celebrada ayer. El máximo órgano de gestión de la comunidad mantuvo una reunión "protocolaria" con el consejero de Política Territorial, Rogelio Silva, en la que repasaron problemas como las tarifas eléctricas o los proyectos paralizados. Silva destacó que 25.000 familias, incluyendo el plan de Monegros II, dependen de este sistema. Sobre Biscarrués dijo que "sería importante que salga cuanto antes porque lleva cierto retraso", pero admitió que "los tiempos no son los más favorables". En obras como Monegros II, donde ya se ha invertido dinero público en tuberías generales, hidrantes, concentraciones parcelarias, redes de caminos rurales y demás infraestructuras, la falta de realización de actuaciones puntuales de menos importancia, impide la puesta en marcha de estos sectores de riego, e inutiliza los fondos ya invertidos por el deterioro de los materiales.
Desde UAGA se cedió en el posicionamiento inicial en la comisión del agua para modificar los proyectos de Yesa y Biscarrues o sustituir el embalsa de Santaliestra por el de San Salvador. Otros de los compromisos que adquirieron los regantes fue la modernización de regadíos: decenas de miles de hectáreas transformadas, donde ya hemos tenido un sobrecoste, tanto en ejecución de las obras como en la gestión del agua de riego debido al incremento del coste de la energía eléctrica (desde la liberalización del mercado).
Coincidiendo con una crisis y hundimiento de los precios del sector agrario, parece increíble que la agricultura de regadío más competitiva de Europa esté en jaque, o herida de muerte, si no se produce la culminación de las obras. Teníamos asumido el retraso que estos acuerdos iban a producir, pero ahora, un nuevo parón sería como dejar al sector abandonado a su suerte. PARA el sindicato UAGA es inasumible el tener más demoras y parones en las obras hidráulicas previstas, porque llevan ya su propio retraso acumulado. Solo hay que revisar el cronograma que hizo la ex ministra Cristina Narbona, y el inacabado Plan Nacional de Regadíos Horizonte 2008, con las consiguientes obras de regulación: balsas interna, estaciones de bombeo, etc.
Los representantes del colectivo de regantes expectantes han mostrado su malestar por el retraso que acumulan los proyectos, sobre todo los que dependen del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y al mismo tiempo están preocupados por cómo afectará la crisis a las obras pendientes. Un botón de muestra es el embalse de Valdepatao, una de las obras más importantes para extender la mancha de regadío. Pese a que se adjudicó en octubre de 2009, la construcción todavía no ha comenzado.
El malestar de los futuros regantes se puso de manifiesto en una reunión celebrada el pasado día 21 en Ontiñena por los representantes de la gestora de la comunidad de Ontiñena, Ballobar y Fraga, un colectivo que agrupa a un millar de agricultores de la primera fase de Monegros II, integrada por las tierras de los sectores VI, VII, XVIII, XIX, XX y XXI, que se regarán con aguas provenientes del tramo V del Canal de Monegros gracias a las nuevas infraestructuras de regadío.
En esa reunión se hizo patente "el malestar que existe entre los futuros regantes por el visible (y notable) retraso que se aprecia en la realización de determinadas obras, en especial las dependientes del Ministerio de Medio Ambiente", según un comunicado de prensa. A los retrasos de los últimos años se suman ahora "las consecuencias que pueden tener en las obras los recortes presupuestarios previstos en los próximos meses".
Entre las infraestructuras pendientes están las balsas laterales de la acequia de Ontiñena, el embalse de Valdepatao o el sifón de Cardiel. Las obras de Valdepatao, adjudicadas hace siete meses a la UTE formada por Sogeosa y Aragonesa de Hormigones Proyectados SL, todavía no han arrancado. A principios de este mes el ministerio contrató los servicios de control y vigilancia. En Valdepatao, con una capacidad de 5,7 hectómetros cúbicos, el ministerio tiene previsto invertir más de 15,5 millones de euros.
Los regantes aclaran que el retraso se produce en las obras principales, que dependen del Gobierno central, mientras que la DGA está cumpliendo con su parte: ha ejecutado la concentración parcelaria y están preparadas las redes de riego, los hidrantes y las estaciones de bombeo. La gestora del colectivo de futuros regantes está formada por 15 miembros, cinco por cada pueblo, encargados de poner en marcha la comunidad de riegos. Uno de ellos es Ricardo Vilar, agricultor fragatino, que clamó por completar un regadío que se empezó hace cien años. "Unos han tenido la fortuna de disfrutarlo ya, mientras otros, los de la tierra baja, aún esperamos". Recordó que en 2005 ya debían estar las obras concluidas y ahora, en 2010, "ante las dificultades económicas, tememos un parón". En su opinión, invertir en regadío es riqueza, "son inversiones que benefician a todos".
Santos Sasot, miembro de la gestora en su condición de concejal de Ballobar, afirmó que la DGA "ha hecho los deberes: están las tuberías montadas, los caminos preparados..." y hay actuaciones que no puede continuar porque dependen de los grandes proyectos, como el embalse de Valdepatao o las balsas laterales de la acequia de Ontiñena. "Las obras avanzan despacio, muy despacio, y ahora tememos que con la crisis se paralice del todo".
HUESCA.
Los regantes expectantes de Monegros II no son los únicos preocupados por cómo afectarán los recortes en la inversión pública a las obras hidráulicas. El presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, mostró ayer sus temores porque la "sequía presupuestaria" pueda repercutir en las obras de Biscarrués que, "como cualquier obra hidráulica, supone un montante económico bastante elevado".
En cualquier caso espera que se dé prioridad a proyectos como éste que, recordó, acumula décadas de retraso. "No se entendería que después de que llevamos 20 años esperando la regulación del Gállego, en breve no se produzca la declaración de impacto ambiental".
El proyecto debería estar aprobado hace tres años, pero ni siquiera ha superado el trámite ambiental, pendiente desde hace meses. Trillo es consciente de que este año no hay tiempo para iniciar las obras (solo existe una partida simbólica en los presupuestos). "En 2010, inversión cero; en 2011, la obra en marcha con poca inversión; y la obra fuerte llegará en 2012 0 2013", dijo. Añadió que el Plan Estratégico de Infraestructuras ya dejó claro cuáles eran las prioridades, al destinar siete de cada diez euros al AVE y el resto a reparación y construcción de nuevas carreteras. "No iba ninguno a obras hidráulicas".
Trillo hizo estas declaraciones tras la junta de gobierno celebrada ayer. El máximo órgano de gestión de la comunidad mantuvo una reunión "protocolaria" con el consejero de Política Territorial, Rogelio Silva, en la que repasaron problemas como las tarifas eléctricas o los proyectos paralizados. Silva destacó que 25.000 familias, incluyendo el plan de Monegros II, dependen de este sistema. Sobre Biscarrués dijo que "sería importante que salga cuanto antes porque lleva cierto retraso", pero admitió que "los tiempos no son los más favorables". En obras como Monegros II, donde ya se ha invertido dinero público en tuberías generales, hidrantes, concentraciones parcelarias, redes de caminos rurales y demás infraestructuras, la falta de realización de actuaciones puntuales de menos importancia, impide la puesta en marcha de estos sectores de riego, e inutiliza los fondos ya invertidos por el deterioro de los materiales.
Desde UAGA se cedió en el posicionamiento inicial en la comisión del agua para modificar los proyectos de Yesa y Biscarrues o sustituir el embalsa de Santaliestra por el de San Salvador. Otros de los compromisos que adquirieron los regantes fue la modernización de regadíos: decenas de miles de hectáreas transformadas, donde ya hemos tenido un sobrecoste, tanto en ejecución de las obras como en la gestión del agua de riego debido al incremento del coste de la energía eléctrica (desde la liberalización del mercado).
Coincidiendo con una crisis y hundimiento de los precios del sector agrario, parece increíble que la agricultura de regadío más competitiva de Europa esté en jaque, o herida de muerte, si no se produce la culminación de las obras. Teníamos asumido el retraso que estos acuerdos iban a producir, pero ahora, un nuevo parón sería como dejar al sector abandonado a su suerte. PARA el sindicato UAGA es inasumible el tener más demoras y parones en las obras hidráulicas previstas, porque llevan ya su propio retraso acumulado. Solo hay que revisar el cronograma que hizo la ex ministra Cristina Narbona, y el inacabado Plan Nacional de Regadíos Horizonte 2008, con las consiguientes obras de regulación: balsas interna, estaciones de bombeo, etc.