España sanea el agua de los cinco continentes
Dom, 23/05/2010
Una de las Directivas del Marco Agua de Naciones Unidas señala como objetivo para 2015 reducir a la mitad las personas que no tienen acceso sostenible al agua potable y al saneamiento. En la actualidad, hay 1.000 millones de personas que sufren estas carencias, lo que obliga a replantearse el modelo de gestión de recursos hídricos a escala mundial, incluida la contención de la demanda y las soluciones tecnológicas.
Durante el último siglo se han multiplicado por seis las demandas de este recurso natural en todo el planeta, lo que ha elevado los numerosos retos pendientes. Ejemplo de ello es que en 2010, aún en crisis, Irlanda va a invertir 300 millones durante los próximos tres años para la mejora de la red de agua. Por su parte, el Banco Mundial concedió un crédito de 40 millones de euros a Senegal para el Programa de Agua Potable y Saneamiento del Milenio, que tiene por objetivo facilitar el acceso sostenible a servicios de agua potable y saneamiento en las zonas rurales y urbanas del país en los próximos cinco años.
España es uno de los países más avanzados en tecnologías mecánicas y electrónicas en el sector del agua, un mercado que genera un negocio de 40.000 millones anuales pese a sus carencias tecnológicas; sólo una de cada diez empresas del mismo invierten en I+D de forma apreciable. Esta posición de liderazgo le supone al sector empresarial español un triple desafío: establecer alianzas público-privadas para el desarrollo de estos tratamientos, reconciliar el desarrollo económico y tecnológico con necesidades reales, e impulsar en la gestión privada del agua un marco regulatorio que normalice las políticas y acciones estatales.
Con la puesta en marcha del Plan Nacional de Depuración, aprobado en 1995, se han constituido en España 1.000 estaciones depuradoras, algunas con capacidad para tratar las aguas residuales de dos millones de habitantes. A día de hoy, según Ángel Cajigas Delgado, director general ejecutivo de laAsociación Tecnológica para el Tratamiento de Agua (ATTA), «España es capaz de depurar hasta 3.500 millones de metros cúbicos de agua al año, de los que se llegan a reutilizar hasta 500 hectómetros cúbicos al año. Esto genera la aparición de un sector empresarial potente, puntero y muy motivado para acceder al mercado internacional», apunta.
Acciona, ACS, Befesa, Inima -división de medio ambiente de OHL-, Sadyt (Valoriza) o Cadagua (Ferrovial) son algunas de las multinacionales españolas con experiencia en el sector que aportan su tecnología, con el fin de facilitar el acceso al agua alrededor de todo el mundo. Cajigas señala la relevancia de estas compañías al establecerse en territorio nacional -con plantas en Llobregat y Besós en Barcelona, La Gavía en Madrid o Galindo en Bilbao, entre otras- para, posteriormente, hacerse más visibles en el ámbito internacional, bien en la depuración de aguas residuales, bien en el ámbito de la desalación, construyendo instalaciones que producen más de tres millones de metros cúbicos de agua desalada en países como Estados Unidos, Inglaterra, China, Australia, Argelia o Chile.
Según la Asociación Española de Desalación y Reutilización, en la actualidad las empresas españolas producen más de 24 millones de metros cúbicos al día de agua desalada en todo el mundo, lo que sería suficiente para abastecer una población superior a 120 millones de habitantes, es decir, el mismo número que carecen de ella en América Latina y el Caribe. El último informe de Naciones Unidas ha alertado en toda el mundo sobre la necesidad de reducir en un 25% la cantidad de agua consumida -tomando como base los datos de 2005-, debido a que las regiones ribereñas de la cuenta del Mediterráneo tendrán dificultades en 2025 para tener acceso a la misma. El control de las cuencas hidrográficas en Oriente Medio implica, a su vez, el control del territorio. Estas disputas abren puertas al sector privado para gestionar esos recursos, pues se le brinda la posibilidad de levantar obras privadas de ingeniería, hacer trabajos de consultoría para la gestión de proyectos o construir desalinizadoras, redes de suministro y, en general, sistemas de control y ayuda a la gestión de cuencas.
Cajigas señala que «por su importancia, tanto en tamaño como en inversión», destacan las plantas de Atotonilco en México DF, diseñada para tratar tres millones de metros cúbicos al día y probablemente la depuradora más grande del mundo; la de New Cairo, en Egipto, con capacidad para un millón de habitantes y que acaba de ser premiada con el galardón 'Water Deal of the Year' por la firma Global Water Intelligence -que reconoce en esa categoría la mayor contribución al desarrollo de los proyectos de colaboración público-privada en el sector a nivel internacional-; la ampliación de la depuradora de Río Mapocho en Santiago de Chile y la planta de Shanganah, en Irlanda, para 200.000 habitantes. Hay que subrayar, además, la reciente adjudicación para construir la planta de regeneración de las aguas residuales en Melbourne.
Para la reutilización del agua se pueden usar dos procesos. Por un lado, la depuración y potabilización de la misma y, por otro, la desalación, técnica en la que España es pionera.
Así, en 1964 se instaló la primera planta desalinizadora en la isla de Lanzarote, en las Canarias, por cercanía con el continente africano y como puerta de acceso a Europa. Hoy día, España es, por capacidad de desalinización, el cuarto usuario de esas técnicas en el mundo, sólo por detrás de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait. millones de metros cuadrados de agua desalada al día producen las empresas españolas. millones de personas podrían cubrir sus necesidades con ese mismo agua.
El sector del agua genera un negocio de 40.000 millones de euros anuales, pese a sus carencias España es la cuarta potencia mundial en capacidad de desalinización, y la primera occidental
Durante el último siglo se han multiplicado por seis las demandas de este recurso natural en todo el planeta, lo que ha elevado los numerosos retos pendientes. Ejemplo de ello es que en 2010, aún en crisis, Irlanda va a invertir 300 millones durante los próximos tres años para la mejora de la red de agua. Por su parte, el Banco Mundial concedió un crédito de 40 millones de euros a Senegal para el Programa de Agua Potable y Saneamiento del Milenio, que tiene por objetivo facilitar el acceso sostenible a servicios de agua potable y saneamiento en las zonas rurales y urbanas del país en los próximos cinco años.
España es uno de los países más avanzados en tecnologías mecánicas y electrónicas en el sector del agua, un mercado que genera un negocio de 40.000 millones anuales pese a sus carencias tecnológicas; sólo una de cada diez empresas del mismo invierten en I+D de forma apreciable. Esta posición de liderazgo le supone al sector empresarial español un triple desafío: establecer alianzas público-privadas para el desarrollo de estos tratamientos, reconciliar el desarrollo económico y tecnológico con necesidades reales, e impulsar en la gestión privada del agua un marco regulatorio que normalice las políticas y acciones estatales.
Con la puesta en marcha del Plan Nacional de Depuración, aprobado en 1995, se han constituido en España 1.000 estaciones depuradoras, algunas con capacidad para tratar las aguas residuales de dos millones de habitantes. A día de hoy, según Ángel Cajigas Delgado, director general ejecutivo de laAsociación Tecnológica para el Tratamiento de Agua (ATTA), «España es capaz de depurar hasta 3.500 millones de metros cúbicos de agua al año, de los que se llegan a reutilizar hasta 500 hectómetros cúbicos al año. Esto genera la aparición de un sector empresarial potente, puntero y muy motivado para acceder al mercado internacional», apunta.
Acciona, ACS, Befesa, Inima -división de medio ambiente de OHL-, Sadyt (Valoriza) o Cadagua (Ferrovial) son algunas de las multinacionales españolas con experiencia en el sector que aportan su tecnología, con el fin de facilitar el acceso al agua alrededor de todo el mundo. Cajigas señala la relevancia de estas compañías al establecerse en territorio nacional -con plantas en Llobregat y Besós en Barcelona, La Gavía en Madrid o Galindo en Bilbao, entre otras- para, posteriormente, hacerse más visibles en el ámbito internacional, bien en la depuración de aguas residuales, bien en el ámbito de la desalación, construyendo instalaciones que producen más de tres millones de metros cúbicos de agua desalada en países como Estados Unidos, Inglaterra, China, Australia, Argelia o Chile.
Según la Asociación Española de Desalación y Reutilización, en la actualidad las empresas españolas producen más de 24 millones de metros cúbicos al día de agua desalada en todo el mundo, lo que sería suficiente para abastecer una población superior a 120 millones de habitantes, es decir, el mismo número que carecen de ella en América Latina y el Caribe. El último informe de Naciones Unidas ha alertado en toda el mundo sobre la necesidad de reducir en un 25% la cantidad de agua consumida -tomando como base los datos de 2005-, debido a que las regiones ribereñas de la cuenta del Mediterráneo tendrán dificultades en 2025 para tener acceso a la misma. El control de las cuencas hidrográficas en Oriente Medio implica, a su vez, el control del territorio. Estas disputas abren puertas al sector privado para gestionar esos recursos, pues se le brinda la posibilidad de levantar obras privadas de ingeniería, hacer trabajos de consultoría para la gestión de proyectos o construir desalinizadoras, redes de suministro y, en general, sistemas de control y ayuda a la gestión de cuencas.
Cajigas señala que «por su importancia, tanto en tamaño como en inversión», destacan las plantas de Atotonilco en México DF, diseñada para tratar tres millones de metros cúbicos al día y probablemente la depuradora más grande del mundo; la de New Cairo, en Egipto, con capacidad para un millón de habitantes y que acaba de ser premiada con el galardón 'Water Deal of the Year' por la firma Global Water Intelligence -que reconoce en esa categoría la mayor contribución al desarrollo de los proyectos de colaboración público-privada en el sector a nivel internacional-; la ampliación de la depuradora de Río Mapocho en Santiago de Chile y la planta de Shanganah, en Irlanda, para 200.000 habitantes. Hay que subrayar, además, la reciente adjudicación para construir la planta de regeneración de las aguas residuales en Melbourne.
Para la reutilización del agua se pueden usar dos procesos. Por un lado, la depuración y potabilización de la misma y, por otro, la desalación, técnica en la que España es pionera.
Así, en 1964 se instaló la primera planta desalinizadora en la isla de Lanzarote, en las Canarias, por cercanía con el continente africano y como puerta de acceso a Europa. Hoy día, España es, por capacidad de desalinización, el cuarto usuario de esas técnicas en el mundo, sólo por detrás de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait. millones de metros cuadrados de agua desalada al día producen las empresas españolas. millones de personas podrían cubrir sus necesidades con ese mismo agua.
El sector del agua genera un negocio de 40.000 millones de euros anuales, pese a sus carencias España es la cuarta potencia mundial en capacidad de desalinización, y la primera occidental