La proliferación de cañas pone en peligro el parque natural del Turia
Vie, 21/05/2010
Apenas se atisba el verdoso del agua del río Turia tras una espesura de cañas que todavía aparecen lozanas en el mes de mayo. Conforme pasen las semanas y se acerque el verano irán tornándose amarillas y cada vez más secas. Y más inflamables. Lo del miércoles fue un aviso. No llegó a quemarse una hectárea de campos de cultivo abandonados en Paterna, y dos grandes olmos aparecían ya chamuscados por las llamas.
Las cañas que causaron el incendio invaden todo el Parque Fluvial del Turia, desde su conexión con el nuevo cauce, en el límite de Quart de Poblet, Mislata y Valencia, hasta Vilamarxant. «Hace un año limpiaron algunos tramos, pero la realidad es que son necesarias actuaciones más frecuentes», explican desde el Ayuntamiento de Paterna.
La Coordinadora en defensa de los Bosques del Turia lleva tiempo reclamando un presupuesto para el mantenimiento del parque. «La zona necesita de un control de limpieza continuo, y las cañas deberían retirarse cuando vuelven a aparecer», explicó Javier Belmonte, presidente de la organización.
El cañar es una especie invasora que introdujeron los árabes y que durante siglos ha sido utilizada para la fabricación de utensilios y muebles. Incluso los techos de las casas eran de cañizo. «Ahora ya no se usan y se reproducen con tanta facilidad que si no se limpian se convierten en la única especie que puebla la ribera», dice Javier.
La Confederación Hidrográfica del Júcar contemplaba en la ejecución del proyecto del Parque Fluvial del Turia la eliminación de toda la flora invasora, principalmente de las cañas. «Hemos limpiado todo el parque y plantado especies autóctonas», especificaron fuentes de la Confederación. Sin embargo, tras la primera limpieza, las cañas vuelven a alcanzar en algunos tramos una altura de 7 o 8 metros.
Emilio era ayer uno más de los centenares de ciclistas que cada día disfrutan de un paseo que bordea el río y que recorre siete municipios. «Hay zonas completamente cubiertas de cañas donde no se ve ni el agua», asegura.
Manises ha decidido encargarse de limpiar las zonas de picnic ubicadas junto al parque. «Aunque la competencia para limpiar las riberas del río corresponde a la Confederación, no podemos esperar a que sean ellos los que limpien. Pedimos permiso para que la brigada municipal actúe», explicaron fuentes del Consistorio.
Y si hay un tramo problemático ése es sin duda el ubicado en término municipal de Paterna. El parque que en Manises se limita a la ribera del río, se ensancha en la localidad vecina para incluir dentro de los límites protegidos el bosque de la Vallesa, una de las zonas de mayor valor ecológico del área metropolitana de Valencia. Vecinos, consistorio y ecologistas coinciden en que la propagación de un incendio originado en las cañas junto al río podría suponer una catástrofe ecológica.
Las cañas son además perjudiciales cuando hay lluvias intensas. En el tramo del nuevo cauce que discurre por Valencia se actuó antes de las lluvias y se mantiene en buen estado. No sucede lo mismo aguas arriba, donde los cañares que provocaron hace tres años el desbordamiento del río Girona en la Marina ocupan hectáreas de superficie.
Javier Belmonte alerta precisamente de que el principal problema del parque es, ahora mismo, su mantenimiento. «Las obras están a punto de finalizar y ya hay algunas infraestructuras que ya están deterioradas. La naturaleza está viva y se abre paso», explica, mientras demanda más recursos para un parque que cada día disfruta un mayor número de personas. Recorrido. El parque fluvial discurre a lo largo de 24 kilómetros de cauce entre Quart de Poblet y Vilamarxant.
Las cañas que causaron el incendio invaden todo el Parque Fluvial del Turia, desde su conexión con el nuevo cauce, en el límite de Quart de Poblet, Mislata y Valencia, hasta Vilamarxant. «Hace un año limpiaron algunos tramos, pero la realidad es que son necesarias actuaciones más frecuentes», explican desde el Ayuntamiento de Paterna.
La Coordinadora en defensa de los Bosques del Turia lleva tiempo reclamando un presupuesto para el mantenimiento del parque. «La zona necesita de un control de limpieza continuo, y las cañas deberían retirarse cuando vuelven a aparecer», explicó Javier Belmonte, presidente de la organización.
El cañar es una especie invasora que introdujeron los árabes y que durante siglos ha sido utilizada para la fabricación de utensilios y muebles. Incluso los techos de las casas eran de cañizo. «Ahora ya no se usan y se reproducen con tanta facilidad que si no se limpian se convierten en la única especie que puebla la ribera», dice Javier.
La Confederación Hidrográfica del Júcar contemplaba en la ejecución del proyecto del Parque Fluvial del Turia la eliminación de toda la flora invasora, principalmente de las cañas. «Hemos limpiado todo el parque y plantado especies autóctonas», especificaron fuentes de la Confederación. Sin embargo, tras la primera limpieza, las cañas vuelven a alcanzar en algunos tramos una altura de 7 o 8 metros.
Emilio era ayer uno más de los centenares de ciclistas que cada día disfrutan de un paseo que bordea el río y que recorre siete municipios. «Hay zonas completamente cubiertas de cañas donde no se ve ni el agua», asegura.
Manises ha decidido encargarse de limpiar las zonas de picnic ubicadas junto al parque. «Aunque la competencia para limpiar las riberas del río corresponde a la Confederación, no podemos esperar a que sean ellos los que limpien. Pedimos permiso para que la brigada municipal actúe», explicaron fuentes del Consistorio.
Y si hay un tramo problemático ése es sin duda el ubicado en término municipal de Paterna. El parque que en Manises se limita a la ribera del río, se ensancha en la localidad vecina para incluir dentro de los límites protegidos el bosque de la Vallesa, una de las zonas de mayor valor ecológico del área metropolitana de Valencia. Vecinos, consistorio y ecologistas coinciden en que la propagación de un incendio originado en las cañas junto al río podría suponer una catástrofe ecológica.
Las cañas son además perjudiciales cuando hay lluvias intensas. En el tramo del nuevo cauce que discurre por Valencia se actuó antes de las lluvias y se mantiene en buen estado. No sucede lo mismo aguas arriba, donde los cañares que provocaron hace tres años el desbordamiento del río Girona en la Marina ocupan hectáreas de superficie.
Javier Belmonte alerta precisamente de que el principal problema del parque es, ahora mismo, su mantenimiento. «Las obras están a punto de finalizar y ya hay algunas infraestructuras que ya están deterioradas. La naturaleza está viva y se abre paso», explica, mientras demanda más recursos para un parque que cada día disfruta un mayor número de personas. Recorrido. El parque fluvial discurre a lo largo de 24 kilómetros de cauce entre Quart de Poblet y Vilamarxant.