Las presas acabarán el verano con agua para al menos año y medio
Jue, 13/05/2010
Un invierno lluvioso y unos meses de primavera que tampoco están siendo secos han propiciado que los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) se encuentren como nunca. «Sólo el año 1970 fue mejor que este», reconoció el presidente del organismo de cuenca, Juan José Moragues.
La abundancia de los embalses va a permitir que el actual año hidrológico finalice con reservas suficientes para afrontar la siguiente anualidad con garantía de que habrá agua de sobra para esos 12 meses, para prorrogarla otros seis meses e incluso más. Los años hidrológicos se inician el 1 de octubre y finalizan el 30 de septiembre del año siguiente.
La previsión que maneja la CHJ es que Tous empiece el nuevo curso hidrológico con 70 hectómetros cúbicos, tres veces y media menos de lo que en la actualidad dispone. Hay que recordar que este embalse, además de regular las aguas del tramo bajo del Júcar, es una presa clave en el Júcar por su función de frenar riadas.
La abundancia de agua está permitiendo por primera vez en la historia que los ingenieros y técnicos de la Confederación estén probando cómo embalsa agua la presa de Tous. El pantano está rozando el 65% de su capacidad, con 245 hectómetros cúbicos embalsados. Nunca se había llenado tanto, reconoció el responsable de la Confederación.
El año pasado llegó a embalsar su máximo, 200 hectómetros cúbicos, explicó el presidente de la CHJ.
Los pantanos de Alarcón y Contreras, los mayores de toda la Confederación Hidrográfica, siguen llenándose semana a semana, a pesar de que, especialmente el segundo, situado en el curso del Cabriel, afluente del Júcar, suelta agua para que se almacene aguas abajo, en Tous. Así las cosas, Alarcón está rozando el 50% de su capacidad y dispone de más de 554 hectómetros cúbicos. Contreras, con más de un 52% lleno, cuenta con más de 443 hectómetros.
Y tanto el Júcar como el Cabriel, más el primero que el segundo, siguen aportando caudales a sus grandes pantanos. El Júcar está pasando con un caudal de casi 15 metros cúbicos por segundo a la altura de Cuenca, mientras que el Cabriel marcaba poco más de nueve metros cúbicos en el punto de control de Pajaroncillo, aguas arriba de Contreras.
La previsión que maneja la CHJ es que Contreras finalice el año con unos 375 hectómetros tras sus muros (unos 70 hectómetros menos que ahora) y Alarcón disponga de entre 450 y 475 hectómetros cúbicos (alrededor de un centenar de hectómetros menos). «Son las cifras más probables, aunque pueden oscilar entre un 5% y un 10%», reconoció Juan José Moragues.
El agua que inundará los arrozales de la marjal de la Albufera saldrá este año del embalse de Contreras y de lo que ha enviado a Tous.
El otro gran río de Valencia, el Turia, también llegará a la meta del 30 de septiembre con agua en abundancia. Benagéber, la mayor presa del Turia, se encuentra bailando sobre el 100% de su capacidad desde mediados de enero hasta hoy en día, hasta el punto que se ha desviado agua a la Albufera, a la recarga de acuíferos y el nuevo cauce ha estado, y continúa, llevando agua al mar durante los últimos cuatro meses y medio, algo que no se recordaba desde que entró en servicio el Plan Sur y dejó de fluir el agua por el viejo cauce a finales de los 70 y principios de los 80.
Los actuales 221 hectómetros de Benagéber se reducirán entre 60 y 70 hectómetros, para quedarse entre 150 y 160, aseguró Moragues. Loriguilla, que en la actualidad está a un 40% de su capacidad y alberga 30 hectómetros, verá reducida en unos 10 hectómetros cúbicos el agua embalsada, con lo que se presentará ante el próximo 1 de octubre con 2o o 22 hectómetros embalsados. «Son cifras muy razonables», valoró el presidente de la Confederación. En conjunto, los embalses valencianos soltaran desde mayo hasta septiembre, ambos incluidos, alrededor de 425 hectómetros cúbicos.
En los últimos años de sequía los pantanos se encontraban prácticamente cerrados y este año no es que se vaya a abrir el grifo sin control, es que los responsables de la CHJ también se ven forzados a dejar unos niveles de explotación más bajos en algunos pantanos de lo que al presidente de la CHJ le gustaría, como los de Tous, Contreras, Benagéber y Loriguilla, porque son presas que también están destinadas a frenar avenidas o sufren problemas de filtraciones, y no cumplirían su función si llega una riada. Vista general del pantano de Tous.
La abundancia de los embalses va a permitir que el actual año hidrológico finalice con reservas suficientes para afrontar la siguiente anualidad con garantía de que habrá agua de sobra para esos 12 meses, para prorrogarla otros seis meses e incluso más. Los años hidrológicos se inician el 1 de octubre y finalizan el 30 de septiembre del año siguiente.
La previsión que maneja la CHJ es que Tous empiece el nuevo curso hidrológico con 70 hectómetros cúbicos, tres veces y media menos de lo que en la actualidad dispone. Hay que recordar que este embalse, además de regular las aguas del tramo bajo del Júcar, es una presa clave en el Júcar por su función de frenar riadas.
La abundancia de agua está permitiendo por primera vez en la historia que los ingenieros y técnicos de la Confederación estén probando cómo embalsa agua la presa de Tous. El pantano está rozando el 65% de su capacidad, con 245 hectómetros cúbicos embalsados. Nunca se había llenado tanto, reconoció el responsable de la Confederación.
El año pasado llegó a embalsar su máximo, 200 hectómetros cúbicos, explicó el presidente de la CHJ.
Los pantanos de Alarcón y Contreras, los mayores de toda la Confederación Hidrográfica, siguen llenándose semana a semana, a pesar de que, especialmente el segundo, situado en el curso del Cabriel, afluente del Júcar, suelta agua para que se almacene aguas abajo, en Tous. Así las cosas, Alarcón está rozando el 50% de su capacidad y dispone de más de 554 hectómetros cúbicos. Contreras, con más de un 52% lleno, cuenta con más de 443 hectómetros.
Y tanto el Júcar como el Cabriel, más el primero que el segundo, siguen aportando caudales a sus grandes pantanos. El Júcar está pasando con un caudal de casi 15 metros cúbicos por segundo a la altura de Cuenca, mientras que el Cabriel marcaba poco más de nueve metros cúbicos en el punto de control de Pajaroncillo, aguas arriba de Contreras.
La previsión que maneja la CHJ es que Contreras finalice el año con unos 375 hectómetros tras sus muros (unos 70 hectómetros menos que ahora) y Alarcón disponga de entre 450 y 475 hectómetros cúbicos (alrededor de un centenar de hectómetros menos). «Son las cifras más probables, aunque pueden oscilar entre un 5% y un 10%», reconoció Juan José Moragues.
El agua que inundará los arrozales de la marjal de la Albufera saldrá este año del embalse de Contreras y de lo que ha enviado a Tous.
El otro gran río de Valencia, el Turia, también llegará a la meta del 30 de septiembre con agua en abundancia. Benagéber, la mayor presa del Turia, se encuentra bailando sobre el 100% de su capacidad desde mediados de enero hasta hoy en día, hasta el punto que se ha desviado agua a la Albufera, a la recarga de acuíferos y el nuevo cauce ha estado, y continúa, llevando agua al mar durante los últimos cuatro meses y medio, algo que no se recordaba desde que entró en servicio el Plan Sur y dejó de fluir el agua por el viejo cauce a finales de los 70 y principios de los 80.
Los actuales 221 hectómetros de Benagéber se reducirán entre 60 y 70 hectómetros, para quedarse entre 150 y 160, aseguró Moragues. Loriguilla, que en la actualidad está a un 40% de su capacidad y alberga 30 hectómetros, verá reducida en unos 10 hectómetros cúbicos el agua embalsada, con lo que se presentará ante el próximo 1 de octubre con 2o o 22 hectómetros embalsados. «Son cifras muy razonables», valoró el presidente de la Confederación. En conjunto, los embalses valencianos soltaran desde mayo hasta septiembre, ambos incluidos, alrededor de 425 hectómetros cúbicos.
En los últimos años de sequía los pantanos se encontraban prácticamente cerrados y este año no es que se vaya a abrir el grifo sin control, es que los responsables de la CHJ también se ven forzados a dejar unos niveles de explotación más bajos en algunos pantanos de lo que al presidente de la CHJ le gustaría, como los de Tous, Contreras, Benagéber y Loriguilla, porque son presas que también están destinadas a frenar avenidas o sufren problemas de filtraciones, y no cumplirían su función si llega una riada. Vista general del pantano de Tous.