La CHS denuncia a regantes por usar un cauce que no les corresponde
Jue, 29/04/2010
En estas tierras y estos tiempos, un hectómetro cúbico de agua da para mucho. Para mantener las cosechas y para que un buen número de familias se puedan ganar, con mucho sudor y bastantes aprietos, el pan de cada día; y también para alumbrar una polémica que tiene pocas expectativas de solucionarse pronto y satisfactoriamente para las dos partes implicadas.
Ese hectómetro -exactamente un millón treinta y tres mil metros cúbicos- es la dotación que tiene la Comunidad de Regantes Los Ángeles, que aglutina a cerca de trescientos comuneros de El Siscar (Santomera) y La Aparecida (Orihuela), con trescientas treinta y seis hectáreas en su poder. Dicha agua debería llegarles a través del merancho norte, el cauce que tienen autorizado. Pero desde hace muchos años eso nunca sucede. Según dice el presidente del sindicato de riegos, Fernando Zapata, «por las paradas que hacen los regantes de más arriba».
Por ello, la Comunidad de Los Ángeles instaló hace quince años unos buzos para extraer agua de otro merancho, el de los Giles. De esta forma se aseguraban sus necesidades: si el agua no llegaba por un camino, recurrían al otro. Se formó una suerte de acuerdo tácito para el uso de esas aguas que los regantes justifican mostrando un montón de facturas: «La Junta de Hacendados nos solicita el pago de los gastos de mantenimiento de ese merancho de los Giles y nosotros cumplimos».
Pero la situación cambió a principios del año 2007, cuando los comuneros recibieron una denuncia por emplear este cauce, iniciada por la Comunidad de Regantes Puertas de Murcia y tramitada por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).
Desde esa fecha hasta el día de hoy, no han dejado de recibir nuevas sanciones, de las que sólo se ha hecho efectiva una, por importe de 8.568 euros. Sin embargo, los regantes entienden que tienen derecho a usar esa agua porque cada mes pagan por las mondas del cauce de Los Giles. Y, sobre todo, esperan poder contar con los riegos que necesitan: «Si el agua no llega por donde debiera porque no controlan las paradas, tendrán que darnos una alternativa; nos resulta más caro coger el agua de los Giles porque está más lejana, pero no nos queda otra si queremos que subsistan nuestras cosechas» afirma un miembro de la comunidad de regantes. Aunque la CHS no desmiente que puedan existir esas paradas, asegura que es «una circunstancia no contrastada por la Guardería Fluvial y que no es justificación ajustada a derecho para cometer la infracción que ellos mismos reconocen». Además, la Comisaría de Aguas mantiene que «las sanciones impuestas son del orden de diez veces inferiores del máximo que hubiera permitido la norma infringida».
Una vez que se hizo efectiva la multa, a principios del año pasado, los comuneros comenzaron un largo e infructuoso proceso para conseguir una cita con el comisario de Aguas, Manuel Aldeguer. Pero no han recibido respuesta alguna. «Nosotros sólo queremos entrevistarnos con él para explicarle cuál es nuestro problema y que nos aporte una solución», asegura Zapata. «Es un cargo público y tiene la obligación de darnos audiencia, le guste más o menos», resalta otro comunero.
A las preguntas de este periódico, la única respuesta que la Confederación ha dado al respecto es que «dada la situación actual de la CHS, a la espera del nombramiento de un nuevo presidente, la reunión tendrá que esperar». El merancho norte a su paso por la pedanía de El Raal .
Ese hectómetro -exactamente un millón treinta y tres mil metros cúbicos- es la dotación que tiene la Comunidad de Regantes Los Ángeles, que aglutina a cerca de trescientos comuneros de El Siscar (Santomera) y La Aparecida (Orihuela), con trescientas treinta y seis hectáreas en su poder. Dicha agua debería llegarles a través del merancho norte, el cauce que tienen autorizado. Pero desde hace muchos años eso nunca sucede. Según dice el presidente del sindicato de riegos, Fernando Zapata, «por las paradas que hacen los regantes de más arriba».
Por ello, la Comunidad de Los Ángeles instaló hace quince años unos buzos para extraer agua de otro merancho, el de los Giles. De esta forma se aseguraban sus necesidades: si el agua no llegaba por un camino, recurrían al otro. Se formó una suerte de acuerdo tácito para el uso de esas aguas que los regantes justifican mostrando un montón de facturas: «La Junta de Hacendados nos solicita el pago de los gastos de mantenimiento de ese merancho de los Giles y nosotros cumplimos».
Pero la situación cambió a principios del año 2007, cuando los comuneros recibieron una denuncia por emplear este cauce, iniciada por la Comunidad de Regantes Puertas de Murcia y tramitada por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).
Desde esa fecha hasta el día de hoy, no han dejado de recibir nuevas sanciones, de las que sólo se ha hecho efectiva una, por importe de 8.568 euros. Sin embargo, los regantes entienden que tienen derecho a usar esa agua porque cada mes pagan por las mondas del cauce de Los Giles. Y, sobre todo, esperan poder contar con los riegos que necesitan: «Si el agua no llega por donde debiera porque no controlan las paradas, tendrán que darnos una alternativa; nos resulta más caro coger el agua de los Giles porque está más lejana, pero no nos queda otra si queremos que subsistan nuestras cosechas» afirma un miembro de la comunidad de regantes. Aunque la CHS no desmiente que puedan existir esas paradas, asegura que es «una circunstancia no contrastada por la Guardería Fluvial y que no es justificación ajustada a derecho para cometer la infracción que ellos mismos reconocen». Además, la Comisaría de Aguas mantiene que «las sanciones impuestas son del orden de diez veces inferiores del máximo que hubiera permitido la norma infringida».
Una vez que se hizo efectiva la multa, a principios del año pasado, los comuneros comenzaron un largo e infructuoso proceso para conseguir una cita con el comisario de Aguas, Manuel Aldeguer. Pero no han recibido respuesta alguna. «Nosotros sólo queremos entrevistarnos con él para explicarle cuál es nuestro problema y que nos aporte una solución», asegura Zapata. «Es un cargo público y tiene la obligación de darnos audiencia, le guste más o menos», resalta otro comunero.
A las preguntas de este periódico, la única respuesta que la Confederación ha dado al respecto es que «dada la situación actual de la CHS, a la espera del nombramiento de un nuevo presidente, la reunión tendrá que esperar». El merancho norte a su paso por la pedanía de El Raal .