El conflicto de los territorios ocupados impide un acuerdo sobre el agua
Mié, 14/04/2010
La falta de acuerdo sobre cómo definir los territorios ocupados en Oriente Próximo ha impedido que los representantes de los 43 países de la Unión para el Mediterráneo (UpM) hayan podido aprobar en Barcelona una estrategia conjunta para garantizar los recursos hídricos de toda la cuenca.
De la IV Conferencia ministerial euromediterránea sobre el agua que se ha celebrado hoy en la capital catalana tenía que salir un documento dirigido a promover iniciativas comunes sobre la gestión de este recurso en el que iba a ser el gran primer acuerdo de la recientemente creada UpM, que de esta forma recibe un fuerte revés sobre su capacidad de consenso en sus primeros momentos de vida, según han explicado los responsables de la Unión por el Mediterráneo en rueda de prensa.
El escollo insuperable ha sido un matiz terminológico, ya que los representantes de Israel no han aceptado que en el documento se hablase de "territorios ocupados" a la hora de establecer el alcance de la acción de esta estrategia conjunta y han propuesto la fórmula "territorios bajo ocupación", rechazada por los representantes árabes.
Además de la denominación de estos territorios, el otro desencuentro ha sido el conflicto que mantiene Turquía con sus vecinos por la gestión de la navegabilidad de los ríos, y la falta de acuerdo sobre la financiación de la UpM, ha explicado el secretario general de la Unión, el jordano Ahmad Massa'deh, que cree que este último punto podría ralentizar la acción de la secretaría.
Aunque se ha mostrado preocupado por las "dudas" que genera el proyecto, Massa'deh ha señalado que: como "secretario de esta unión mantengo el objetivo de establecer cooperación real y ayudar a solucionar problemas, nobles objetivos que tienen que ser el punto de encuentro entre los países miembros".
En este sentido, ha reclamado una reflexión. "¿Queremos seguir así o hay otras soluciones?" se ha preguntado Massa'deh sobre el futuro de la Unión, a la vez que ha indicado que la estrategia del agua es uno de los asuntos trascendente del Mediterráneo por lo que "se tiene que tocar la campana" y comenzar a trabajar sobre el terreno.
No obstante, el secretario general de este organismo cree que los proyectos en marcha en materia hídrica no se paralizarán haya o no declaración, "pero los proyectos necesitan una secretaria general y una financiación fuerte".
El secretario de estado francés para asuntos Europeos, Pierre Lellouche, uno de los copresidentes de esta cumbre ha lamentado el bloqueo a la estrategia sobre agua, aunque ha remarcado la validez de la UpM como proyecto esencial para la paz en la región, un ámbito de relación que, a pesar de este contratiempo, no ha perdido su validez.
Ha querido quitar peso al bloqueo tras recordar que en la Unión hay 43 países, muchos de los cuales no tienen relaciones diplomáticas entre sí por los conflictos que mantienen, y que este primer fracaso no supone el fin de la incipiente UpM.
No obstante, ha subrayado que la estrategia común del agua es fundamental y "urgente", porque en los próximos años se prevé un aumento de la demanda de un 30% (por causas demográficas, de actividad turística y usos agrícolas) mientras que las reservas hídricas podrían reducirse un 30% debido a los efectos del cambio climático.
Lellouche ha puntualizado que el acuerdo "no ha estado lejos", pero la tensión palestino-israelí (aunque también ha habido reclamaciones de países como Líbano y Siria) sobre los territorios en conflicto en Oriente Próximo lo ha hecho imposible.
El representante francés ha mostrado su confianza en que en las futuras reuniones de la Unión, la próxima de ellas en Dubrovnik (Croacia), se pueda alcanzar este acuerdo, o la que citará a los primeros ministros en Barcelona el mes de junio.
Mootaz Ahmadein Khalil, representante del ministerio de Medio Ambiente de Egipto, que también actuaba como copresidente de la conferencia, ha subrayado que este fracaso inicial no impedirá que la Unión siga avanzando como institución de cooperación.
Josep Puxeu, secretario de Estado del Medio Natural del Ministerio de Medio Ambiente, ha adelantado que España va a seguir trabajando para que los países mediterráneos logren esta estrategia sobre agua, aunque ha reconocido la dificultad de poner de acuerdo a países enfrentados diplomáticamente desde hace décadas, sobre todo cuando las decisiones tienen que tomarse por unanimidad, y se tocan matices, que no son nada "baladí" para los estados implicados
De la IV Conferencia ministerial euromediterránea sobre el agua que se ha celebrado hoy en la capital catalana tenía que salir un documento dirigido a promover iniciativas comunes sobre la gestión de este recurso en el que iba a ser el gran primer acuerdo de la recientemente creada UpM, que de esta forma recibe un fuerte revés sobre su capacidad de consenso en sus primeros momentos de vida, según han explicado los responsables de la Unión por el Mediterráneo en rueda de prensa.
El escollo insuperable ha sido un matiz terminológico, ya que los representantes de Israel no han aceptado que en el documento se hablase de "territorios ocupados" a la hora de establecer el alcance de la acción de esta estrategia conjunta y han propuesto la fórmula "territorios bajo ocupación", rechazada por los representantes árabes.
Además de la denominación de estos territorios, el otro desencuentro ha sido el conflicto que mantiene Turquía con sus vecinos por la gestión de la navegabilidad de los ríos, y la falta de acuerdo sobre la financiación de la UpM, ha explicado el secretario general de la Unión, el jordano Ahmad Massa'deh, que cree que este último punto podría ralentizar la acción de la secretaría.
Aunque se ha mostrado preocupado por las "dudas" que genera el proyecto, Massa'deh ha señalado que: como "secretario de esta unión mantengo el objetivo de establecer cooperación real y ayudar a solucionar problemas, nobles objetivos que tienen que ser el punto de encuentro entre los países miembros".
En este sentido, ha reclamado una reflexión. "¿Queremos seguir así o hay otras soluciones?" se ha preguntado Massa'deh sobre el futuro de la Unión, a la vez que ha indicado que la estrategia del agua es uno de los asuntos trascendente del Mediterráneo por lo que "se tiene que tocar la campana" y comenzar a trabajar sobre el terreno.
No obstante, el secretario general de este organismo cree que los proyectos en marcha en materia hídrica no se paralizarán haya o no declaración, "pero los proyectos necesitan una secretaria general y una financiación fuerte".
El secretario de estado francés para asuntos Europeos, Pierre Lellouche, uno de los copresidentes de esta cumbre ha lamentado el bloqueo a la estrategia sobre agua, aunque ha remarcado la validez de la UpM como proyecto esencial para la paz en la región, un ámbito de relación que, a pesar de este contratiempo, no ha perdido su validez.
Ha querido quitar peso al bloqueo tras recordar que en la Unión hay 43 países, muchos de los cuales no tienen relaciones diplomáticas entre sí por los conflictos que mantienen, y que este primer fracaso no supone el fin de la incipiente UpM.
No obstante, ha subrayado que la estrategia común del agua es fundamental y "urgente", porque en los próximos años se prevé un aumento de la demanda de un 30% (por causas demográficas, de actividad turística y usos agrícolas) mientras que las reservas hídricas podrían reducirse un 30% debido a los efectos del cambio climático.
Lellouche ha puntualizado que el acuerdo "no ha estado lejos", pero la tensión palestino-israelí (aunque también ha habido reclamaciones de países como Líbano y Siria) sobre los territorios en conflicto en Oriente Próximo lo ha hecho imposible.
El representante francés ha mostrado su confianza en que en las futuras reuniones de la Unión, la próxima de ellas en Dubrovnik (Croacia), se pueda alcanzar este acuerdo, o la que citará a los primeros ministros en Barcelona el mes de junio.
Mootaz Ahmadein Khalil, representante del ministerio de Medio Ambiente de Egipto, que también actuaba como copresidente de la conferencia, ha subrayado que este fracaso inicial no impedirá que la Unión siga avanzando como institución de cooperación.
Josep Puxeu, secretario de Estado del Medio Natural del Ministerio de Medio Ambiente, ha adelantado que España va a seguir trabajando para que los países mediterráneos logren esta estrategia sobre agua, aunque ha reconocido la dificultad de poner de acuerdo a países enfrentados diplomáticamente desde hace décadas, sobre todo cuando las decisiones tienen que tomarse por unanimidad, y se tocan matices, que no son nada "baladí" para los estados implicados