La Memoria de 2009 alerta sobre la escasez de agua en la Reserva
Sáb, 10/04/2010
Uno de los primeros documentos que ha heredado el ya investido presidente del Consejo de Participación de Doñana, Felipe González, de su antecesor, el biólogo Ginés Morata, ha sido la Memoria de Actividades de 2009. En el documento se pone de manifiesto el riesgo de colapso que vivió el Parque el pasado año, antes de que comenzarán a llegar las lluvias como el maná que cae del cielo.
La sequía, felizmente superada, el intento de reintroducir el eucalipto en el entorno del Parque, el asedio fresero y agrícola, los pozos ilegales y la llegada de residuos fecales y abonos a través de los arroyos del Partido y La Rocina han sometido al Parque a una presión sin precedentes.
El Consejo de ayer abordó ya soluciones para aliviar la presión del acuífero 27. Sin duda, el proyecto de sustituir las captaciones en los arrozales de Los Hatos con aguas superficiales del río Agrio es un punto de partida que cuenta con defensores administrativos y municipales.
Los informes conocidos aseguran que el Espacio Natural de Doñana se puede salvar de la desertificación si se consigue un aporte natural de 200 hectómetros cúbicos de agua al año, frente a los 75 que ha conseguido de media en los últimos hidroperíodos. Aunque en el presente ejercicio hídrico ya acumula unos 300 después de haber caído en la comarca más de 1.300 litros por metro cuadrado.
Una vez más las organizaciones conservacionistas pusieron sobre la mesa la necesidad de incorporar en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadalquivir una propuesta de caudales ecológicos y un proceso de concertación entre las partes, agricultores, turismo y municipios, donde se analicen los usos y demandas de agua en el ámbito de Doñana. La memoria 2009 deja claro que el cambio climático, escenificado este año en los grandes temporales que han afectado a Huelva y engullido gran parte del litoral, y el uso ilegal del agua son las grandes amenazas de los humedales españoles.
La sequía, felizmente superada, el intento de reintroducir el eucalipto en el entorno del Parque, el asedio fresero y agrícola, los pozos ilegales y la llegada de residuos fecales y abonos a través de los arroyos del Partido y La Rocina han sometido al Parque a una presión sin precedentes.
El Consejo de ayer abordó ya soluciones para aliviar la presión del acuífero 27. Sin duda, el proyecto de sustituir las captaciones en los arrozales de Los Hatos con aguas superficiales del río Agrio es un punto de partida que cuenta con defensores administrativos y municipales.
Los informes conocidos aseguran que el Espacio Natural de Doñana se puede salvar de la desertificación si se consigue un aporte natural de 200 hectómetros cúbicos de agua al año, frente a los 75 que ha conseguido de media en los últimos hidroperíodos. Aunque en el presente ejercicio hídrico ya acumula unos 300 después de haber caído en la comarca más de 1.300 litros por metro cuadrado.
Una vez más las organizaciones conservacionistas pusieron sobre la mesa la necesidad de incorporar en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadalquivir una propuesta de caudales ecológicos y un proceso de concertación entre las partes, agricultores, turismo y municipios, donde se analicen los usos y demandas de agua en el ámbito de Doñana. La memoria 2009 deja claro que el cambio climático, escenificado este año en los grandes temporales que han afectado a Huelva y engullido gran parte del litoral, y el uso ilegal del agua son las grandes amenazas de los humedales españoles.