Alrededor del 70 por ciento de los regadíos de la Demarcación del Guadalquivir ha culminado ya sus programas de modernización conforme al Plan Nacional, que comenzó en 2000 y vigente hasta 2012, según el responsable de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Pedro Rodríguez Cantero.

Así lo ha destacado hoy el titular de la CHG tras inaugurar en la Diputación de Sevilla, junto a su presidente, Fernando Rodríguez Villalobos, un encuentro de los grupos de trabajo de la Comisión Europea especializados la Directiva Marco de Aguas para intercambiar experiencias sobre su implantación y sus efectos en la agricultura.

El presidente de la Confederación del Guadalquivir ha dicho a los periodistas que en esta Demarcación, cuya singularidad ha resaltado por la importancia de las actividades agrarias, hay 2,6 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura, con casi 900.000 de regadío.

También ha subrayado el "tremendo esfuerzo económico y, sobre todo, de cambio de mentalidad" que ha hecho este sector para la modernización de regadíos, inversiones en las que la CHG aporta el 70% con fondos Feder y las propias comunidades de regantes un 30%.

"Hay que conocer muy bien la idiosincrasia de las comunidades de regantes para valorar el gran esfuerzo económico y psíquico que hacen", según Rodríguez.

Ha recordado que la agricultura consume el 80% del agua, "por lo que los grandes ahorros tienen que estar ahí", y ha añadido que la mayoría del 30% que aún no está modernizado ha solicitado acogerse al Programa y sólo espera a que haya disponibilidad presupuestaria.

Al final, serán "muy pocos" los que no se acojan al Programa de Modernización, sobre todo los que no tengan viabilidad económica, casos donde habrá que revisar las concesiones.

La modernización, según el presidente de la CHG, garantiza el ahorro de entre el 15 y 20% de agua que se pierde en las conducciones, "pero lo que de verdad lo garantiza es la alternativa de cultivo, pues normalmente lleva consigo un cambio del cultivo, por ejemplo algodón por hortícolas, y así de regar con 6.000 metros cúbicos por hectárea pasas a 1.000 ó 1.500".

Para Rodríguez, agua-agricultura es un binomio ancestral que pasó a ser luego agua y desarrollo, hasta surgir conceptos como calidad, cohesión territorial, sostenibilidad y ahora "agua y territorio".

El reto de la agricultura mediterránea pasa por "el equilibrio y el axioma de que no podemos renunciar al regadío, que es de lo que tratamos de convencer a los socios del resto de Europa, salvo que se quiera desertificar gran parte del territorio", ha afirmado.

En el Guadalquivir, el regadío también "asienta poblaciones y el reto es que una agricultura cada vez más competitiva sea capaz de compatibilizar el buen uso del agua con el equilibrio territorial y de los ecosistemas, de modo que sea posible implantar la Directiva Marco del Agua, requisito sin el que Europa no nos dará ni un euro".

Sobre el Plan Hidrológico, ha dicho que la CHG ya tiene terminado el borrador, "sólo a expensas de que previsiblemente en junio salga el Decreto del Consejo del Agua de la Demarcación", órgano que estará constituido ese mes para que conozca ese proyecto, lo someta seis meses a información pública y lo eleve al Gobierno, que lo aprueba y lo integra en el Plan Nacional.

Además de defender que al mar "nunca se tira agua porque los ríos la necesitan para mantener vivos sus ecosistemas", ha asegurado que en el Guadalquivir "los grandes embalses están todos hechos" y sólo prevén hacer algunos pequeños, como San Calixto en Écija (Sevilla), Montizón (Ciudad Real) y La Cerrada de la Puerta, entre Jaén y Albacete, sobre todo para laminar las avenidas.