Archivado el expediente por el vertido de leche que colapsó la depuradora de aguas residuales

Mié, 17/03/2010

La Opinión. El Correo de Zamora

Un año después del vertido de leche que dejó fuera de juego la estación depuradora de aguas residuales de Benavente, los técnicos municipales acaban de dar carpetazo al asunto por falta de pruebas. Según ha podido saber este periódico, el expediente sancionador incoado por el Ayuntamiento ha sido archivo al no poderse determinar la autoría del suceso.

Aquagest, la empresa concesionaria del servicio municipal de abastecimiento y saneamiento, responsabilizó del incidente a Industrias Lácteas Benaventanas (Ilbesa), tal y como figura en sus informes, aunque finalmente la imputación no quedó acreditada. Aunque el vertido se produjo probablemente entre el 14 y el 16 de marzo del año pasado, momento en que fue detectado por los trabajadores de la depuradora, Aquagest no llegó a la conclusión de que el origen del mismo se hallaba en una acometida de esta industria hasta varios días después. Aseguró haber tomado muestras cuyo resultado superaba cuatro veces los límites legales y decidido analizar también el agua a la salida y entrada de la depuradora. Esto ocurrió el 24 de marzo y Aquagest tuvo que esperar al informe del laboratorio. El vertido inutilizó el filtro biológico y las bacterias aún tardaron al menos otros diez días en regenerarse.

Con estos datos en su poder y antes incluso de comunicar lo ocurrido al Ayuntamiento, Aquagest dio parte a la Confederación Hidrográfica del Duero, que tomó muestras y abrió un expediente al Consistorio por no haberle informado de lo ocurrido en la EDAR. El equipo de Gobierno, según más tarde reconoció Aquagest, simplemente no sabía lo que había ocurrido. De hecho no se enteró hasta el 6 de abril, cuatro días después de que la CHD hubiese sido informada, lo que provocó un notable malestar municipal.

Industrias Lácteas Benaventanas negó siempre la imputación de Aquagest. No hubo vertido de ningún tipo, ni accidental ni deliberado, aseguró entonces el gerente de la empresa, que criticó el sistema empleado por la concesionaria al tomar muestras sin estar presente la empresa ni tomarse contramuestras.

La Concejalía de Medio Ambiente sí encargó nuevas analíticas en la acometida de Ilbesa. Se recogieron cuatro muestras diferentes en presencia de la empresa y de la Policía. Este procedimiento se ha seguido practicando desde entonces con el propósito evitar defectos procedimiento que impidieran demostrar lo sucedido, según precisaron fuentes municipales. Como quiera que fuese los resultados de aquellos análisis fueron negativos. El agua que salía por la acometida no contenía restos de ningún vertido.

El Ayuntamiento inició un expediente sancionador con la intención de penalizar el suceso y de imputar también gastos, multas y desperfectos a los posibles responsables. Finalmente no los ha habido, como tampoco la Confederación Hidrográfica del Duero ha sancionado al Ayuntamiento por no informar de algo que desconocía. El filtro biológico de la EDAR se regeneró por sí mismo y si ha habido gastos adicionales no han trascendido. La contaminación en la depuradora fue alta, no así en el Esla, donde no se apreciaron variaciones, según informó entonces la CHD.


Los datos del incidente

El 16 de marzo del año pasado los trabajadores de la estación depuradora de aguas residuales comprobaron al comenzar su jornada laboral que la balsa del filtro biológico y los decantadores secundarios presentaban un color blanquecino con gran presencia de grasas. Aquagest comienza a investigar el origen del vertido. Cuatro días después, el 20 de marzo, Aquagest aseguró haber detectado el origen del vertido en una acometida de aguas a la red de saneamiento (una tubería de pvc de 250 milímetros de diámetro), propiedad de Industrias Lácteas Benaventanas. Según Aquagest el vertido está siendo continuado. Las analíticas revelan que la tanto la demanda biológica de oxígeno como la química (DBO5 y DQO) superan cuatro veces los límites máximos permitidos en el Reglamento Municipal. El 24 de marzo, Aquagest realiza analíticas a la entrada y a la salida de la depuradora. Los resultados confirman que la EDAR dista mucho de funcionar correctamente. La carga del vertido casi ha acabado con las bacterias del filtro biológico y es necesario introducir artificialmente oxígeno en la balsa para que puedan regenerarse. El informe de Aquagest sobre lo sucedido llega al Ayuntamiento el 6 de abril. El equipo de Gobierno tiene así la primera noticia de lo sucedido. El concejal de Medio Ambiente comparece para informar de la inoperatividad de la depuradora y de las medidas que se van adoptar. En el informe se responsabiliza a Industrias Lácteas Benaventanas del vertido. La empresa niega dos días después de forma pública la existencia de vertido alguno, ni accidental ni deliberado,