La tormenta perfecta deja 47 muertos en Francia
Lun, 01/03/2010
Francia ha amanecido hoy con las terribles consecuencias que la tormenta Xynthia ha dejado a su paso por el suroeste del país este fin de semana. El número de muertos asciende a 47, mientras una treintena de personas permanece desaparecida, más de 500 han tenido que ser realojadas y medio millón de hogares se han quedado sin luz, según la prensa gala. Se trata de un "balance provisional", ha declarado el ministro de interior, Brice Hortefeux, por lo que puede agravarse en las próximas horas. El primer ministro francés, François Fillon, se apresuró ayer a calificar el desastre como "catástrofe nacional", mientras se espera la llegada de las ayudas europeas para recomponer una costa Atlántica arrasada.
"Los equipos de rescate están buscando casa por casa, por lo que es posible que aparezcan nuevos fallecidos", señaló Hortefeux en la emisora "France Info". La mezcla explosiva de vientos de más de 150 kilómetros por hora y, sobre todo, una fuerte subida de las mareas envuelta en un verdadero diluvio ha alcanzado las ciudades costeras, dejándolo todo irreconocible. La mayoría de las muertes se produjeron por ahogamiento dentro de las casas o de garajes. Muchas son personas mayores que fueron incapaces de reaccionar a la crecida repentina de las aguas y no pudieron escapar de su casa antes de que les atrapase la marea.
Hortefeux ha señalado que el saldo de la catástrofe se debe a una "conjunción de varios factores". A las mareas, la lluvia y el viento, se añade el hecho de que la tormenta se desatase por la noche. "Mucha gente fue sorprendida en la cama, de día el balance hubiera sido diferente", dijo Hortefeux, que ha cuestionado los permisos de construcción de viviendas en zonas inundables.
El presidente Nicolas Sarkozy ha anunciado ya un "plan especial para reforzar los diques" que, en muchos casos, fueron incapaces de resistir la fuerza del agua, que se convirtió el sábado por la noche en el gran enemigo de miles de hogares. "En 1990, cuando sufrimos otra tormenta, el peligro vino del viento; en esta ocasión, el peligro y el daño han llegado del mar", añadió Tallard. Por todos lados había casas inundadas, barcos arrastrados centenares de metros, garajes llenos de coches repletos de agua, bomberos rescatando en helicóptero a víctimas en pijama o que salían de sus casas en barca.
Vientos huracanados
Tras la devastación desatada en Francia este fin de semana, la borrasca Xyntia se desplazó a Alemania con vientos de más de 166 km/h que han causado seis muertos aplastados bajo los árboles.
El temporal ha empezado a remitir. Las conexiones aéreas y por ferrocarril se restablecen poco a poco después de que los vientos obligasen a cancelar unos 240 vuelos en el aeropuerto de Fráncfort y suspender las comunicaciones ferroviarias.
Los primeros trenes vuelven a circular tras retirarse los árboles caídos que bloqueaban numerosos tramos, sobre todo en los estados de Sarre y Renania-Palatinado, en el oeste del país, según Deutsche Bahn (ferrocarriles alemanes). La alerta continúa en la zona más septentrional del país, donde ha llegado la borrasca a primera hora de la mañana.
El viento ha sido también la causa de la muerte de un niño de nueve años en Portugal. El pequeño jugaba en un parque cuando un árbol se le vino encima. Pero el mayor problema en el país vecino está siendo el agua. Las fuertes lluvias registradas en la región de la cuenca del Duero han provocado que aumentase su caudal al menos cinco metros. Las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río han obligado a desalojar a varias familias en Oporto.
"Los equipos de rescate están buscando casa por casa, por lo que es posible que aparezcan nuevos fallecidos", señaló Hortefeux en la emisora "France Info". La mezcla explosiva de vientos de más de 150 kilómetros por hora y, sobre todo, una fuerte subida de las mareas envuelta en un verdadero diluvio ha alcanzado las ciudades costeras, dejándolo todo irreconocible. La mayoría de las muertes se produjeron por ahogamiento dentro de las casas o de garajes. Muchas son personas mayores que fueron incapaces de reaccionar a la crecida repentina de las aguas y no pudieron escapar de su casa antes de que les atrapase la marea.
Hortefeux ha señalado que el saldo de la catástrofe se debe a una "conjunción de varios factores". A las mareas, la lluvia y el viento, se añade el hecho de que la tormenta se desatase por la noche. "Mucha gente fue sorprendida en la cama, de día el balance hubiera sido diferente", dijo Hortefeux, que ha cuestionado los permisos de construcción de viviendas en zonas inundables.
El presidente Nicolas Sarkozy ha anunciado ya un "plan especial para reforzar los diques" que, en muchos casos, fueron incapaces de resistir la fuerza del agua, que se convirtió el sábado por la noche en el gran enemigo de miles de hogares. "En 1990, cuando sufrimos otra tormenta, el peligro vino del viento; en esta ocasión, el peligro y el daño han llegado del mar", añadió Tallard. Por todos lados había casas inundadas, barcos arrastrados centenares de metros, garajes llenos de coches repletos de agua, bomberos rescatando en helicóptero a víctimas en pijama o que salían de sus casas en barca.
Vientos huracanados
Tras la devastación desatada en Francia este fin de semana, la borrasca Xyntia se desplazó a Alemania con vientos de más de 166 km/h que han causado seis muertos aplastados bajo los árboles.
El temporal ha empezado a remitir. Las conexiones aéreas y por ferrocarril se restablecen poco a poco después de que los vientos obligasen a cancelar unos 240 vuelos en el aeropuerto de Fráncfort y suspender las comunicaciones ferroviarias.
Los primeros trenes vuelven a circular tras retirarse los árboles caídos que bloqueaban numerosos tramos, sobre todo en los estados de Sarre y Renania-Palatinado, en el oeste del país, según Deutsche Bahn (ferrocarriles alemanes). La alerta continúa en la zona más septentrional del país, donde ha llegado la borrasca a primera hora de la mañana.
El viento ha sido también la causa de la muerte de un niño de nueve años en Portugal. El pequeño jugaba en un parque cuando un árbol se le vino encima. Pero el mayor problema en el país vecino está siendo el agua. Las fuertes lluvias registradas en la región de la cuenca del Duero han provocado que aumentase su caudal al menos cinco metros. Las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río han obligado a desalojar a varias familias en Oporto.