Un tsunami fluvial se llevó por delante varios puentes medievales en la provincia de Pontevedra
Dom, 28/02/2010
Los alcaldes de Forcarei y de Cerdedo, David Raposeiras y José Balseiros, respectivamente, se reunirán mañana para evaluar los "cuantiosísimos" daños materiales a raíz del temporal de este fin de semana, que provocó un socavón en la carretera Cachafeiro-Vilapouca por el embalsamiento de agua de un regato que arrasó, monte abajo, varios puentes medievales y molinos, hasta destrozar la playa fluvial de Cerdedo.
Ambos regidores contactaron con técnicos de la Diputación de Pontevedra y de la Xunta para que visiten la zona damnificada, y pedirán ayuda a estas administraciones para que colaboren en la recuperación de los bienes afectados. El desprendimiento de la carretera, según el alcalde de Forcarei, se produjo ya el viernes por la noche, que fue "el día más complicado". Raposeiras explicó que "llevaba lloviendo varios días seguidos e incluso cuando cesaba, el nivel del agua seguía subiendo".
Precisamente, por la acumulación de tanta pluviosidad y la obstrucción de un afluente del río Castro, se produjo un embalsamiento de "miles de metros cúbicos de agua que, según los vecinos superó los 20 metros de alto y los dos kilómetros de longitud", explicó el alcalde de Cerdedo. El revéntón de la balsa no solo provocó el socavón en la carretera, sino un "tsunami", como lo calificó José Balseiro, que atravésó la N-541 y "enfiló" hacia abajo, llevando por delante hasta cuatro o cinco puentes medievales, dos puentes de hormigón, inutilizando la central hidroeléctrica y arrasó cuatro molinos.
En declaraciones a Europa Press, el regidor de Cerdedo señaló que "después de una jornada agotadora" aún no fue posible recorrer toda la zona afectada debido a que algunos lugares permanecían inaccesibles. Balseiros lamentó que los daños al patrimonio histórico son "invalorables" y dio por "irrecuperables" los puentes medievales que se derrumbaron por la riada.
Finalmente, la tromba de agua llegó al área recreativa de la playa fluvial, que quedó cubierta por "toneladas de barro y piedras", indicó Balseiro. "Los dos ríos Xeixo y Castro, que se juntan en esa playa quedaron convertidos en uno solo y parecían un mar", añadió el alcalde de Cerdedo. Además de este percance, tanto en Forcarei como en Cercededo se registraron numerosos árboles caídos, inundaciones puntuales, tejados dañados por el viento y desprendimientos de tierra.
CRECIDAS
Por otra parte, Protección Civil de Soutomaior procedió el sábado a retirar una valla publicitaria de gran formato en la carretera que une esta localidad con la de Ponte Caldelas por el peligro a que uno de los paneles "saliera disparado" por la fuerza del viento. Además, los efectivos de Protección Civil acudieron a una vivienda que se inundó debido a que la obstrucción del alcantarillado. En lugares como Comboa y Candán, la crecida del río Verdugo amenazó con llegar también a las casas.
En Pontevedra, la marea alta y el mayor caudal del río Lérez en su desembocadura hicieron que el agua estuviese muy cerca del límite en el muelle de As Corbaceiras. Los Bomberos de Pontevedra y Protección Civil retiraron un tronco de grandes dimensiones que "navegaba" río abajo para evitar que dañase alguna de las embarcaciones atracadas en los pantalanes del Club Náutico.
Otras intervenciones realizadas por efectivos de los Bomberos, Protección Civil, Policía Local de Pontevedra y operarios de las brigadas municipales se debieron a la caída de árboles sobre viales, antenas, señales de tráfico y postes del alumbrado público, el desprendimiento de rótulos comerciales, uralitas y chapas cubiertas de edificios, inundaciones de calles y bajos, contenedores de basura desplazados, y una chimenea que también se vino abajo en una calle del centro de la ciudad.
BRIGADAS PROVINCIALES
Las brigadas provinciales de la Diputación atendieron más de una veintena de incidencias relacionadas con el temporal, la mayoría relacionadas con la caída de árboles, inundaciones y desprendimientos de tierra. Así, actuaron en las carreteras Vilanova-Pontearnelas, Mosteiro-Barrantes, Xil-Covas, Ponteareas-As Neves, Puxeiros-Peinador y Caldas-Vilanoviña por la presencia de bolsas de agua y anegamientos que dificultaban el tráfico.
Los operarios de la Diputación de Pontevedra mantienen el operativo de emergencia, que cuenta con retroexcavadoras, palas, máquinas cargadoras, sierras, camiones y retropalas para afrontar cualquier contratiempo.
En localidades como Caldas de Reis, el embalse del Umia vació parte de su caudal y el río no llegó a desbordarse en ningún punto del casco urbano, según Protección Civil. Los voluntarios de Moraña tampoco registraron percances importantes, salvo carreteras cortadas por árboles derribados y balsas de agua en pistas municipales.
Ambos regidores contactaron con técnicos de la Diputación de Pontevedra y de la Xunta para que visiten la zona damnificada, y pedirán ayuda a estas administraciones para que colaboren en la recuperación de los bienes afectados. El desprendimiento de la carretera, según el alcalde de Forcarei, se produjo ya el viernes por la noche, que fue "el día más complicado". Raposeiras explicó que "llevaba lloviendo varios días seguidos e incluso cuando cesaba, el nivel del agua seguía subiendo".
Precisamente, por la acumulación de tanta pluviosidad y la obstrucción de un afluente del río Castro, se produjo un embalsamiento de "miles de metros cúbicos de agua que, según los vecinos superó los 20 metros de alto y los dos kilómetros de longitud", explicó el alcalde de Cerdedo. El revéntón de la balsa no solo provocó el socavón en la carretera, sino un "tsunami", como lo calificó José Balseiro, que atravésó la N-541 y "enfiló" hacia abajo, llevando por delante hasta cuatro o cinco puentes medievales, dos puentes de hormigón, inutilizando la central hidroeléctrica y arrasó cuatro molinos.
En declaraciones a Europa Press, el regidor de Cerdedo señaló que "después de una jornada agotadora" aún no fue posible recorrer toda la zona afectada debido a que algunos lugares permanecían inaccesibles. Balseiros lamentó que los daños al patrimonio histórico son "invalorables" y dio por "irrecuperables" los puentes medievales que se derrumbaron por la riada.
Finalmente, la tromba de agua llegó al área recreativa de la playa fluvial, que quedó cubierta por "toneladas de barro y piedras", indicó Balseiro. "Los dos ríos Xeixo y Castro, que se juntan en esa playa quedaron convertidos en uno solo y parecían un mar", añadió el alcalde de Cerdedo. Además de este percance, tanto en Forcarei como en Cercededo se registraron numerosos árboles caídos, inundaciones puntuales, tejados dañados por el viento y desprendimientos de tierra.
CRECIDAS
Por otra parte, Protección Civil de Soutomaior procedió el sábado a retirar una valla publicitaria de gran formato en la carretera que une esta localidad con la de Ponte Caldelas por el peligro a que uno de los paneles "saliera disparado" por la fuerza del viento. Además, los efectivos de Protección Civil acudieron a una vivienda que se inundó debido a que la obstrucción del alcantarillado. En lugares como Comboa y Candán, la crecida del río Verdugo amenazó con llegar también a las casas.
En Pontevedra, la marea alta y el mayor caudal del río Lérez en su desembocadura hicieron que el agua estuviese muy cerca del límite en el muelle de As Corbaceiras. Los Bomberos de Pontevedra y Protección Civil retiraron un tronco de grandes dimensiones que "navegaba" río abajo para evitar que dañase alguna de las embarcaciones atracadas en los pantalanes del Club Náutico.
Otras intervenciones realizadas por efectivos de los Bomberos, Protección Civil, Policía Local de Pontevedra y operarios de las brigadas municipales se debieron a la caída de árboles sobre viales, antenas, señales de tráfico y postes del alumbrado público, el desprendimiento de rótulos comerciales, uralitas y chapas cubiertas de edificios, inundaciones de calles y bajos, contenedores de basura desplazados, y una chimenea que también se vino abajo en una calle del centro de la ciudad.
BRIGADAS PROVINCIALES
Las brigadas provinciales de la Diputación atendieron más de una veintena de incidencias relacionadas con el temporal, la mayoría relacionadas con la caída de árboles, inundaciones y desprendimientos de tierra. Así, actuaron en las carreteras Vilanova-Pontearnelas, Mosteiro-Barrantes, Xil-Covas, Ponteareas-As Neves, Puxeiros-Peinador y Caldas-Vilanoviña por la presencia de bolsas de agua y anegamientos que dificultaban el tráfico.
Los operarios de la Diputación de Pontevedra mantienen el operativo de emergencia, que cuenta con retroexcavadoras, palas, máquinas cargadoras, sierras, camiones y retropalas para afrontar cualquier contratiempo.
En localidades como Caldas de Reis, el embalse del Umia vació parte de su caudal y el río no llegó a desbordarse en ningún punto del casco urbano, según Protección Civil. Los voluntarios de Moraña tampoco registraron percances importantes, salvo carreteras cortadas por árboles derribados y balsas de agua en pistas municipales.