Europa da un plazo de cinco años para limpiar y sanear el río Segura
Dom, 07/02/2010
Hace unos años, un destacado dirigente ecologista se asomaba a los vecinos ribereños del Segura y les decía: «¡Con la suerte que se tiene de vivir junto a un río!», pero lo decía mirando sus aguas sucias y contaminadas, con tristeza, una situación de degradación que aumentó con los años. Ahora, seguramente, si el mismo dirigente ecologista se acercara al vecino cambiaría su discurso, porque el Segura ha cambiado y para bien en los últimos 15 años, aunque queda mucho por hacer. Eso lo sabe la Unión Europea, que ha dado un ultimátum a España y por ende a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) para que antes de 2015 sea un río limpio y sano. Cómo resolver esta cuestión es el objetivo de un catálogo de actuaciones, que están en marcha o por iniciar, que se conocen como «39 Temas Importantes», que se han calificado de primordiales para que sean resueltos antes de esa fecha y que, obviamente, figuran en el nuevo Plan Hidrológico o de Demarcación de la Cuenca del Segura (PHCS). De estos temas, nueve están relacionados directamente con la Vega Baja y buscan solucionar la ausencia de caudales ecológicos, conseguir recursos suficientes trasvasados desde la cabecera del Tajo y recursos para el regadío tradicional, dar soluciones a la contaminación por nitratos y disminuir la calidad fisioquímica de las aguas subterráneas, así como la salinización de los recursos hídricos circulantes por el río Segura, solucionar la eutrofización de las aguas de los Parques Naturales de las lagunas de la Mata y Torrevieja y del Hondo, y adecuar las características de los vertidos de aguas residuales depuradas a los requerimientos ambientales. El comisario de Aguas, Manuel Aldeguer, indica que se trata de objetivos difíciles de cumplir pero «con inversiones suficientes del Gobierno de Europa y de las autonomías, y el dialogo entre todas las partes afectadas se conseguirá, llegando a consensos y acuerdos entre todos». La realidad del Segura es que, de ser considerado el río más contaminado de Europa, de ser una cloaca con todo tipo de sustancias nocivas y de ahuyentar a todo ser viviente, es ahora todo lo contrario: Un lugar de disfrute y paseo que ha dejado atrás aquella época donde para andar por la orilla del cauce era necesario ir con la nariz tapada y donde las ventanas estaban siempre cerradas en las casas para evitar la pestilencia. La mejora, aunque queda mucho por hacer, es tan palpable como ver la presencia de fauna en sus orillas. Uno de los eslóganes de los años duros de las protestas ciudadanas era: «Queremos un río con peces». A día de hoy los hay (carpas y mújoles), al igual que tortugas acuáticas, cangrejos y todo tipo de aves, como martines pescadores o garzas reales. Pero los más sintomático es la presencia de una de las especies más singulares de los ríos españoles. La nutria, un mamífero asociado a los cauces y masas de agua que se encuentra protegido al estar en peligro de extinción, está reconquistando el cauce del Segura después de años de encontrar sus últimos refugios en las zonas altas del Segura y en los lugares más recónditos. La CHS, el gobierno murciano y grupos ecologistas como la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) han detectado la presencia de nutrias aguas arriba de la ciudad de Murcia, concretamente en Contraparada (un azud de donde parten las principales acequias de la Huerta de Murcia) a unos 30 kilómetros de la Vega Baja). Incluso no se descarta que algún ejemplar de esta especie haya cruzado.