Las Palmas de Gran Canaria recibe la primera gota de agua desalada por ósmosis, realizada hace 28 años
Lun, 11/01/2010
El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, ha recibido de manos del que fuera el ingeniero que puso en marcha en la ciudad la pionera desaladora 'Las Palmas II', Felipe Cantera, la primera muestra de agua desalada por el sistema de ósmosis inversa, que se remonta al año 1982, como símbolo de la gestión que lleva a cabo el Consistorio, informó hoy el Ayuntamiento capitalino en un comunicado.
De esta manera, las primeras gotas de agua desalinizadas fueron el ejemplo de un mecanismo innovador en el mundo entero, que supuso para la ciudad acabar con las restricciones de agua de una vez por todas, además de reducir en gran medida los costes.
Así, totalmente aislada en un pequeño recipiente de metacrilato esta muestra ha permanecido protegida más de dos décadas mientras los avances en el campo de la desalación del agua de mar en la ciudad avanzaban de forma considerable. Antes de llegar el sistema de ósmosis inversa, los 20.000 metros cúbicos de agua que abastecían a la capital de la isla eran sacados de pozos subterráneos e incluso de barcos que llegaban con agua potable de la península, lo que suponía un gasto insostenible.
Por otro lado, se desalaba el agua procedente del mar mediante la destilación por evaporación, a no muy altas temperaturas, unos 30 grados centígrados, pero su rendimiento era bajo, con un coste de unos 12 kilowatios hora por metro cúbico. Cuando se pasa del uso de la destilación al sistema de membranas, del que procede esta primera muestra, el cambio fue notable ya que se redujo el gasto a la mitad. Poco a poco se fue mejorando el mecanismo para llegar a reducir el máximo posible la salmuera.
Actualmente, el coste de este tipo de filtrado de agua es de algo menos de 3 kilowatios hora por metro cúbico, llegando a producir hasta 80.000 metros cúbicos de agua para la capital grancanaria.
De esta manera, las primeras gotas de agua desalinizadas fueron el ejemplo de un mecanismo innovador en el mundo entero, que supuso para la ciudad acabar con las restricciones de agua de una vez por todas, además de reducir en gran medida los costes.
Así, totalmente aislada en un pequeño recipiente de metacrilato esta muestra ha permanecido protegida más de dos décadas mientras los avances en el campo de la desalación del agua de mar en la ciudad avanzaban de forma considerable. Antes de llegar el sistema de ósmosis inversa, los 20.000 metros cúbicos de agua que abastecían a la capital de la isla eran sacados de pozos subterráneos e incluso de barcos que llegaban con agua potable de la península, lo que suponía un gasto insostenible.
Por otro lado, se desalaba el agua procedente del mar mediante la destilación por evaporación, a no muy altas temperaturas, unos 30 grados centígrados, pero su rendimiento era bajo, con un coste de unos 12 kilowatios hora por metro cúbico. Cuando se pasa del uso de la destilación al sistema de membranas, del que procede esta primera muestra, el cambio fue notable ya que se redujo el gasto a la mitad. Poco a poco se fue mejorando el mecanismo para llegar a reducir el máximo posible la salmuera.
Actualmente, el coste de este tipo de filtrado de agua es de algo menos de 3 kilowatios hora por metro cúbico, llegando a producir hasta 80.000 metros cúbicos de agua para la capital grancanaria.