Piden un caudal ecológico para el Ebro que frene a las especies invasoras
Dom, 20/12/2009
Un estudio realizado por el Programa de Ecosistemas Acuáticos del IRTA ha constatado que el estado ecológico del tramo final del río Ebro no es satisfactorio, aunque en algunos aspectos, como la calidad del agua, ha mejorado.
Así lo explicó el director técnico del programa, Carles Ibáñez, que dejó claro que pese a que la calidad del agua es mejor que hace 10 años, ésta ha contribuido a generar otros problemas en el ecosistema, como la aparición de algas, que se convierten en el hábitat de plagas como la mosca negra o favorecen la proliferación de especies de peces invasoras.
El estudio se ha realizado a partir de datos históricos para comprobar la evolución del estado del río, y con controles exhaustivos durante estos tres años. De esta manera se ha controlado la diversidad de parámetros para conocer los cambios recientes que ha tenido el río, como la transparencia del agua y la consiguiente aparición de algas. Además, según el estudio, estas algas son el hábitat de las larvas de la mosca negra y favorecen también la proliferación de especies no autóctonas, como el siluro o el molusco zebra. “En este estudio hemos detectado que el 99 por ciento de los peces no son autóctonos”, explicó Ibáñez.
El estudio se ha centrado en todo el tramo catalán del Ebro desde el pantano de Riba-Roja hasta la desembocadura. En este sentido, Ibáñez constató que el peor tramo es la zona más próxima a los pantanos de Riba-Roja y Flix. “Sobre todo se nota en verano porque se estratifica el agua y tiene poco oxígeno”, añadió.
Entre las soluciones que plantean los investigadores del IRTA figuran reclamaciones históricas, como la de obtener un régimen de cabales ecológicos adecuados. “Los cabales nos permitirían también controlar las especies invasoras, puesto que hemos comprobado que con menos cabal las especies exóticas proliferan más”, aseguró Ibáñez. También señaló la necesidad de tener crecidas del río y aportaciones de sedimentos para evitar la aparición de macrófitos y minimizar el impacto de la mosca negra. Además, planta medidas de restauración del ecosistema de las islas fluviales y del bosque de ribera, entre otras soluciones.
Así lo explicó el director técnico del programa, Carles Ibáñez, que dejó claro que pese a que la calidad del agua es mejor que hace 10 años, ésta ha contribuido a generar otros problemas en el ecosistema, como la aparición de algas, que se convierten en el hábitat de plagas como la mosca negra o favorecen la proliferación de especies de peces invasoras.
El estudio se ha realizado a partir de datos históricos para comprobar la evolución del estado del río, y con controles exhaustivos durante estos tres años. De esta manera se ha controlado la diversidad de parámetros para conocer los cambios recientes que ha tenido el río, como la transparencia del agua y la consiguiente aparición de algas. Además, según el estudio, estas algas son el hábitat de las larvas de la mosca negra y favorecen también la proliferación de especies no autóctonas, como el siluro o el molusco zebra. “En este estudio hemos detectado que el 99 por ciento de los peces no son autóctonos”, explicó Ibáñez.
El estudio se ha centrado en todo el tramo catalán del Ebro desde el pantano de Riba-Roja hasta la desembocadura. En este sentido, Ibáñez constató que el peor tramo es la zona más próxima a los pantanos de Riba-Roja y Flix. “Sobre todo se nota en verano porque se estratifica el agua y tiene poco oxígeno”, añadió.
Entre las soluciones que plantean los investigadores del IRTA figuran reclamaciones históricas, como la de obtener un régimen de cabales ecológicos adecuados. “Los cabales nos permitirían también controlar las especies invasoras, puesto que hemos comprobado que con menos cabal las especies exóticas proliferan más”, aseguró Ibáñez. También señaló la necesidad de tener crecidas del río y aportaciones de sedimentos para evitar la aparición de macrófitos y minimizar el impacto de la mosca negra. Además, planta medidas de restauración del ecosistema de las islas fluviales y del bosque de ribera, entre otras soluciones.