El Guadalquivir perderá un 15% de caudal para mitad de siglo
Dom, 06/12/2009
El Guadalquivir tendrá un ocho por ciento menos de caudal en 2027, según la instrucción de planificación hidrológica que ha hecho el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino. Los hay peores: el Guadiana perderá un once por ciento. Y mejores: el caudal del Ebro disminuirá un 5%, el Duero un 6% y el tajo un 7%. Estos datos no son nuevos; están en el Boletín Oficial del Estado del 22 de septiembre de 2008. Pero en vísperas de la cumbre del clima, que empieza mañana en Copenhague, las previsiones que hacen los expertos señalan que para mitad de siglo el Guadalquivir habrá perdido ya un 15% de su caudal actual.
Es una prueba de que el cambio climático no es una ficción de película o un problema lejano. El mundo se ha sensibilizado con el maltrato. El abuso de hombres sobre mujeres o de mayores sobre niños tiene el repudio inmediato de la sociedad. Pero todavía hay una notable insensibilidad ante el maltrato que se ejerce sobre la naturaleza. E inconsciencia sobre sus resultados. Por eso, esta cumbre del clima tiene un beneficio inmediato: la sensibilización mundial sobre los efectos del calentamiento global.
Las proyecciones que hacen los técnicos para mitad de siglo trazan un cuadro preocupante: aumento de dos o tres grados de la temperatura del planeta. En la zona mediterránea se prevé un descenso de las lluvias de entre un 4 y un 6%, pero la repercusión sobre el Guadalquivir tendrá un efecto mayor por la pérdida de acuíferos y la mayor evaporación del agua. Así se llegaría a una pérdida de su caudal del 15%. La Agencia Andaluza del Agua prepara una propuesta de planificación hidrológica de la cuenca del Guadalquivir que tendrá vigencia hasta 2015. Este documento debía haber estado en 2009, para cumplir los plazos marcados por la directiva marco europea sobre el agua. Se retrasará unos meses y deberá ser ultimado por el Ministerio, porque la competencia de planificación es la única que no ha sido transferida a la Junta.
El capítulo del agua es fundamental en Andalucía, con una producción agraria que supera los 10.000 millones de euros. Fuentes de la administración apuntan, sin embargo, que la región tiene una agricultura muy intensiva cuya necesidad de agua estructural supera en un 20% las posibilidades de abastecimiento. La mejora de las redes de suministro ha conseguido ahorrar mucha agua en los últimos años. En la actualidad hay en Andalucía unas 250.000 hectáreas de nuevos regadíos y ya se han modernizado otras 400.000. Pero todavía faltan por adaptar otras 400.000 hectáreas.
En Andalucía la agricultura acapara el 80% del agua que se consume. Pero el ahorro que pueda conseguirse con nuevas conducciones de agua sólo compensaría la reducción de los caudales de los ríos. En ese caso, una agricultura intensiva similar a la actual seguiría teniendo un déficit de abastecimiento.
Sobre el agua, hay espontáneos que hacen revolucionarias propuestas de ahorro. El beatle Paul McCartney acaba de plantear en el Parlamento Europeo que los ciudadanos no coman carne un día a la semana, como la medida individual más eficaz para frenar el cambio climático. McCartney ha recordado que la producción de carne emite un 18% de los gases de efecto invernadero, por encima del transporte, con un 13%. Y además, es en gran parte responsable de la deforestación y la escasez de agua que sufre el planeta: "Para producir una hamburguesa se consume la misma agua que una ducha de cuatro horas". De hecho, son 2.400 litros de agua los que cuesta hacer una hamburguesa, según el informe Países ricos, agua pobre, de WWF Adena. Y una patata contiene 35 litros de agua virtual, 135 litros un huevo, 200 litros un vaso de leche, 4.100 litros una camiseta de algodón, 8.000 litros un par de zapatos de piel.
En emisión de gases efecto invernadero España es el país más incumplidor de la Unión Europea de los acuerdos de Kioto, en los que se utilizó como base los datos de 1990. España se comprometió entonces a subir sólo en un 15% sus emisiones para 2012, pero en 2008 estaba en Kioto más 53%. La crisis ha tenido un efecto beneficioso sobre el medio ambiente, al disminuir este año la producción industrial y eléctrica. Con el descenso de ocho en la emisión de gases de efecto invernadero, España podría terminar este año en algo cercano a Kioto más 45%.
Andalucía emitió durante el año 2007, 67 millones de toneladas de CO2, según datos de la Consejería de Medio Ambiente. La mitad eran debidas a la industria, sobre todo al sector eléctrico. El resto tienen origen diverso, pero el transporte es la principal causa. Estas cifras suponen que Andalucía emitía 8 toneladas de CO2 por habitante al año.
La escasez de agua está planteando serios problemas a Doñana. Felipe Fuentelsaz, experto de WWF Adena en este parque nacional advierte que no se debe permitir que en Andalucía exista un riesgo de pérdida de humedales como el de Daimiel: "En Doñana, el caudal ecológico razonable sería de 200 hectómetros cúbicos al año y los aportes están en 75. Este año la población de gansos que han venido a Doñana ha sido la mitad de lo habitual, sólo 34.000. El resto se ha desplazado a otras zonas, por falta de agua".
El calentamiento del planeta ha provocado ya cambios en las costumbres ancestrales de determinadas especies. La cigüeña blanca, que emigraba a África en invierno, ahora está permanentemente en la zona, bien en arrozales como los que se ven en la fotografía, bien en los vertederos urbanos, que se han convertido en una cómoda fuente de alimentación para ellas. Hermelindo Castro, director del Centro andaluz para la Evaluación y Seguimiento del cambio global, con sede en Almería, sostiene que este caso de la cigüeña es el mejor ejemplo de adaptación al nuevo hábitat.
También se están dando pérdidas de biodiversidad. Según estudios de la Estación de Doñana, la reducción de los aportes de agua ha provocado cambios biológicos. Para el periodo 1990-2004 algunas de las agrupaciones vegetales que necesitan más agua han reducido su superficie en un 60% y, en algún caso, el 80%. Estos cambios en la vegetación han tenido consecuencias nefastas para algunas especies singulares del parque como el avetoro común, la cerceta pardilla o la focha moruna.
Otras especies únicas, como la planta Ranunculus Glacialis, que está en Sierra Nevada en su límite más meridional de Europa, están también en peligro por el calentamiento global, según explica Javier Sánchez, director del Parque Nacional de Sierra Nevada. Esta especie, que florece en verano, habita de manera natural en el norte de Europa y en las altas montañas del resto del continente. Se da en los Alpes y en los Pirineos. El origen de esta vegetación se remonta al cuaternario, pero ahora está en peligro de extinguirse en Sierra Nevada. Hay otras 50 variedades de plantas afectadas por el incremento de la temperatura y la sequía.
En este parque natural se hace desde hace 20 años un seguimiento preciso de la cobertura y distribución de la nieve. Y hay un notable retroceso. En la cara norte del Veleta, en el valle del río Guarnón, hubo un glacial durante la pequeña edad de hielo, entre los siglos XIV y XIX. El gran bloque de hielo desapareció por unos derrumbes y se quedó soterrado. Allí están sus restos; un hielo fósil subterráneo "que es un indicador muy sensible del aumento de la temperatura: se ha perdido un 10% desde 2001". Las lagunas de alta montaña tienen una presencia cada vez mayor de nutrientes, acarreados por el polvo sahariano. Se trata de nitrógeno, potasio o fósforo que alteran el ecosistema y afectan a microcrustáceos o algas de la laguna.
Otro efecto de la nueva era es el aumento de las plagas y las enfermedades de plantas y árboles. Las 50 hectáreas del pino nevedensis autóctono que hay en Sierra Nevada están amenazadas por la procesionaria. Este pino, que sólo se da en Andalucía en la Sierra de Baza y en Sierra Nevada, nunca había sido atacado por esa plaga en cotas tan altas, pero desde el año 2000 ha dado el salto. Los ejemplares que están en el Jardín Botánico de la Cortijuela se han visto muy afectados.
Los científicos no hablan de cambio climático, sino de cambio global. Tampoco se centran en exclusiva en las emisiones de gases de efecto invernadero, la escasez de agua o la desertización. También se preocupan por la adaptación y mitigación de los efectos del cambio global. Una de las enseñanzas de los nuevos tiempos es la técnica de repoblación. La Junta de Andalucía tiene previsto realizar, durante los cuatro años de esta legislatura, actuaciones de conservación y restauración en más de un millón de hectáreas forestales, muchas de ellas, plantaciones intensivas de pinar, como una de las iniciativas para afrontar el cambio climático. "Ahora intentamos actuaciones heterogéneas, porque las homogéneas, empobrecen", afirma Javier Sánchez. La recuperación de la zona quemada en 2005 en Lanjarón, se ha hecho con esta técnica del siglo XXI.
El aumento de la temperatura no perjudica a todas las especies. Las beneficiadas están en los ámbitos semiáridos, que en Andalucía abarcan casi toda la provincia de Almería y una parte de Jaén, Granada y Málaga. Con el calentamiento global, las especies endémicas del Cabo de Gata se van a expandir por el corredor de Baza, Guadix, Murcia, Valencia y la parte occidental de Andalucía. Es lo que esperan los científicos con matorrales y tomillares, o con el ciprés de Cartagena, el alarce africano.
Hermelindo Castro insiste en que no hay que dramatizar la situación de la naturaleza con el cambio global: "se van a generar poblaciones de supervivencia y otras se van a ensanchar; se producirá una mediterraneización de toda la península y una desertización en el sur". El aumento sustancial de las medusas en el Mediterráneo en los últimos veranos es un ejemplo práctico de cómo hay especies a las que beneficia el calentamiento del planeta, aunque no sea deseable. La biodiversidad se verá recortada no sólo porque habrá especies que no se adapten al calor, sino porque desaparecerán los insectos polinizadores de esas variedades.
La cumbre del clima pondrá de manifiesto estos o otros desafíos para salvar el planeta del abuso y el maltrato. Restauración, gestión, tratamiento o recuperación son palabras que se van a utilizar mucho en Dinamarca. La humanidad hace examen de conciencia.
Es una prueba de que el cambio climático no es una ficción de película o un problema lejano. El mundo se ha sensibilizado con el maltrato. El abuso de hombres sobre mujeres o de mayores sobre niños tiene el repudio inmediato de la sociedad. Pero todavía hay una notable insensibilidad ante el maltrato que se ejerce sobre la naturaleza. E inconsciencia sobre sus resultados. Por eso, esta cumbre del clima tiene un beneficio inmediato: la sensibilización mundial sobre los efectos del calentamiento global.
Las proyecciones que hacen los técnicos para mitad de siglo trazan un cuadro preocupante: aumento de dos o tres grados de la temperatura del planeta. En la zona mediterránea se prevé un descenso de las lluvias de entre un 4 y un 6%, pero la repercusión sobre el Guadalquivir tendrá un efecto mayor por la pérdida de acuíferos y la mayor evaporación del agua. Así se llegaría a una pérdida de su caudal del 15%. La Agencia Andaluza del Agua prepara una propuesta de planificación hidrológica de la cuenca del Guadalquivir que tendrá vigencia hasta 2015. Este documento debía haber estado en 2009, para cumplir los plazos marcados por la directiva marco europea sobre el agua. Se retrasará unos meses y deberá ser ultimado por el Ministerio, porque la competencia de planificación es la única que no ha sido transferida a la Junta.
El capítulo del agua es fundamental en Andalucía, con una producción agraria que supera los 10.000 millones de euros. Fuentes de la administración apuntan, sin embargo, que la región tiene una agricultura muy intensiva cuya necesidad de agua estructural supera en un 20% las posibilidades de abastecimiento. La mejora de las redes de suministro ha conseguido ahorrar mucha agua en los últimos años. En la actualidad hay en Andalucía unas 250.000 hectáreas de nuevos regadíos y ya se han modernizado otras 400.000. Pero todavía faltan por adaptar otras 400.000 hectáreas.
En Andalucía la agricultura acapara el 80% del agua que se consume. Pero el ahorro que pueda conseguirse con nuevas conducciones de agua sólo compensaría la reducción de los caudales de los ríos. En ese caso, una agricultura intensiva similar a la actual seguiría teniendo un déficit de abastecimiento.
Sobre el agua, hay espontáneos que hacen revolucionarias propuestas de ahorro. El beatle Paul McCartney acaba de plantear en el Parlamento Europeo que los ciudadanos no coman carne un día a la semana, como la medida individual más eficaz para frenar el cambio climático. McCartney ha recordado que la producción de carne emite un 18% de los gases de efecto invernadero, por encima del transporte, con un 13%. Y además, es en gran parte responsable de la deforestación y la escasez de agua que sufre el planeta: "Para producir una hamburguesa se consume la misma agua que una ducha de cuatro horas". De hecho, son 2.400 litros de agua los que cuesta hacer una hamburguesa, según el informe Países ricos, agua pobre, de WWF Adena. Y una patata contiene 35 litros de agua virtual, 135 litros un huevo, 200 litros un vaso de leche, 4.100 litros una camiseta de algodón, 8.000 litros un par de zapatos de piel.
En emisión de gases efecto invernadero España es el país más incumplidor de la Unión Europea de los acuerdos de Kioto, en los que se utilizó como base los datos de 1990. España se comprometió entonces a subir sólo en un 15% sus emisiones para 2012, pero en 2008 estaba en Kioto más 53%. La crisis ha tenido un efecto beneficioso sobre el medio ambiente, al disminuir este año la producción industrial y eléctrica. Con el descenso de ocho en la emisión de gases de efecto invernadero, España podría terminar este año en algo cercano a Kioto más 45%.
Andalucía emitió durante el año 2007, 67 millones de toneladas de CO2, según datos de la Consejería de Medio Ambiente. La mitad eran debidas a la industria, sobre todo al sector eléctrico. El resto tienen origen diverso, pero el transporte es la principal causa. Estas cifras suponen que Andalucía emitía 8 toneladas de CO2 por habitante al año.
La escasez de agua está planteando serios problemas a Doñana. Felipe Fuentelsaz, experto de WWF Adena en este parque nacional advierte que no se debe permitir que en Andalucía exista un riesgo de pérdida de humedales como el de Daimiel: "En Doñana, el caudal ecológico razonable sería de 200 hectómetros cúbicos al año y los aportes están en 75. Este año la población de gansos que han venido a Doñana ha sido la mitad de lo habitual, sólo 34.000. El resto se ha desplazado a otras zonas, por falta de agua".
El calentamiento del planeta ha provocado ya cambios en las costumbres ancestrales de determinadas especies. La cigüeña blanca, que emigraba a África en invierno, ahora está permanentemente en la zona, bien en arrozales como los que se ven en la fotografía, bien en los vertederos urbanos, que se han convertido en una cómoda fuente de alimentación para ellas. Hermelindo Castro, director del Centro andaluz para la Evaluación y Seguimiento del cambio global, con sede en Almería, sostiene que este caso de la cigüeña es el mejor ejemplo de adaptación al nuevo hábitat.
También se están dando pérdidas de biodiversidad. Según estudios de la Estación de Doñana, la reducción de los aportes de agua ha provocado cambios biológicos. Para el periodo 1990-2004 algunas de las agrupaciones vegetales que necesitan más agua han reducido su superficie en un 60% y, en algún caso, el 80%. Estos cambios en la vegetación han tenido consecuencias nefastas para algunas especies singulares del parque como el avetoro común, la cerceta pardilla o la focha moruna.
Otras especies únicas, como la planta Ranunculus Glacialis, que está en Sierra Nevada en su límite más meridional de Europa, están también en peligro por el calentamiento global, según explica Javier Sánchez, director del Parque Nacional de Sierra Nevada. Esta especie, que florece en verano, habita de manera natural en el norte de Europa y en las altas montañas del resto del continente. Se da en los Alpes y en los Pirineos. El origen de esta vegetación se remonta al cuaternario, pero ahora está en peligro de extinguirse en Sierra Nevada. Hay otras 50 variedades de plantas afectadas por el incremento de la temperatura y la sequía.
En este parque natural se hace desde hace 20 años un seguimiento preciso de la cobertura y distribución de la nieve. Y hay un notable retroceso. En la cara norte del Veleta, en el valle del río Guarnón, hubo un glacial durante la pequeña edad de hielo, entre los siglos XIV y XIX. El gran bloque de hielo desapareció por unos derrumbes y se quedó soterrado. Allí están sus restos; un hielo fósil subterráneo "que es un indicador muy sensible del aumento de la temperatura: se ha perdido un 10% desde 2001". Las lagunas de alta montaña tienen una presencia cada vez mayor de nutrientes, acarreados por el polvo sahariano. Se trata de nitrógeno, potasio o fósforo que alteran el ecosistema y afectan a microcrustáceos o algas de la laguna.
Otro efecto de la nueva era es el aumento de las plagas y las enfermedades de plantas y árboles. Las 50 hectáreas del pino nevedensis autóctono que hay en Sierra Nevada están amenazadas por la procesionaria. Este pino, que sólo se da en Andalucía en la Sierra de Baza y en Sierra Nevada, nunca había sido atacado por esa plaga en cotas tan altas, pero desde el año 2000 ha dado el salto. Los ejemplares que están en el Jardín Botánico de la Cortijuela se han visto muy afectados.
Los científicos no hablan de cambio climático, sino de cambio global. Tampoco se centran en exclusiva en las emisiones de gases de efecto invernadero, la escasez de agua o la desertización. También se preocupan por la adaptación y mitigación de los efectos del cambio global. Una de las enseñanzas de los nuevos tiempos es la técnica de repoblación. La Junta de Andalucía tiene previsto realizar, durante los cuatro años de esta legislatura, actuaciones de conservación y restauración en más de un millón de hectáreas forestales, muchas de ellas, plantaciones intensivas de pinar, como una de las iniciativas para afrontar el cambio climático. "Ahora intentamos actuaciones heterogéneas, porque las homogéneas, empobrecen", afirma Javier Sánchez. La recuperación de la zona quemada en 2005 en Lanjarón, se ha hecho con esta técnica del siglo XXI.
El aumento de la temperatura no perjudica a todas las especies. Las beneficiadas están en los ámbitos semiáridos, que en Andalucía abarcan casi toda la provincia de Almería y una parte de Jaén, Granada y Málaga. Con el calentamiento global, las especies endémicas del Cabo de Gata se van a expandir por el corredor de Baza, Guadix, Murcia, Valencia y la parte occidental de Andalucía. Es lo que esperan los científicos con matorrales y tomillares, o con el ciprés de Cartagena, el alarce africano.
Hermelindo Castro insiste en que no hay que dramatizar la situación de la naturaleza con el cambio global: "se van a generar poblaciones de supervivencia y otras se van a ensanchar; se producirá una mediterraneización de toda la península y una desertización en el sur". El aumento sustancial de las medusas en el Mediterráneo en los últimos veranos es un ejemplo práctico de cómo hay especies a las que beneficia el calentamiento del planeta, aunque no sea deseable. La biodiversidad se verá recortada no sólo porque habrá especies que no se adapten al calor, sino porque desaparecerán los insectos polinizadores de esas variedades.
La cumbre del clima pondrá de manifiesto estos o otros desafíos para salvar el planeta del abuso y el maltrato. Restauración, gestión, tratamiento o recuperación son palabras que se van a utilizar mucho en Dinamarca. La humanidad hace examen de conciencia.