El 50% de la fauna piscícola aragonesa está formada por especies invasoras

Sáb, 28/11/2009

Diario del Alto Aragón

El cincuenta por ciento de la fauna piscícola aragonesa está formada por especies exóticas invasoras, un porcentaje que puede alcanzar el 99,9 por ciento en el Bajo Aragón. Así lo explicó ayer Joaquín Guerrero, técnico del Departamento de Medio Ambiente del GA, durante el III Congreso Nacional de especies exóticas invasoras que se clausuró ayer.
Durante su intervención, Guerrero presentó la estrategia puesta en marcha por el Ejecutivo autonómico para el control de estas poblaciones, que se centra principalmente en la prevención, en una detección rápida y en el control de las mismas. También insistió en la importancia de la sensibilización y la concienciación, por ello el GA publicó un manual de buenas prácticas para evitar la propagación de estos ejemplares.
En la guía se identifica a las principales especies invasoras de la Comunidad aragonesa y los problemas que acarrean y se hace hincapié en las medidas que deben tomar los navegantes para evitar la propagación del mejillón cebra, desinfectar los equipos con una solución de agua clorada o secar las embarcaciones con una esponja.
El manual recomienda a los pescadores no soltar cebos vivos que puedan adaptarse al medio ambiente y aconseja adquirir especies autóctonas vegetales en viveros, ya que no se expanden sin control a otros lugares y necesitan menos agua para sobrevivir.
Guerrero indicó que el Ejecutivo ha elaborado una lista de acciones prioritarias relacionadas con determinadas especies implantadas en Aragón.
Algunas de estas especies son la "Azolla filiculoides" o helecho de agua, cuya presencia se detectó en septiembre y ya ha colonizado grandes zonas del Ebro, por lo que se van a poner en marcha planes de prevención en humedales.
En la fauna destaca la presencia de la almeja asiática, que habita en fondos arenosos y lodos y fue detectada por primera vez en Aragón en el embalse de Mequinenza en 2004. Dos años más tarde ya había alcanzado el Canal Imperial de Aragón, donde supone una importante amenaza para la "Margaritífera auricularia", un bivalvo en peligro de extinción.