Una red pionera de estaciones de control detectará vertidos a los ríos en tiempo real
Dom, 15/11/2009
El vertido químico al río Ulla que dejó sin agua a toda la comarca de O Salnés en 2006, la muerte de 18.000 peces en el río Barbaña el pasado mes de junio, la contaminación del Verdugo este verano, o la fuga de gasoil que alcanzó el cauce del Miño esta misma semana. Son sólo algunas muestras de los miles de vertidos que se producen cada año a los ríos gallegos aunque muchos de ellos ni siquiera llegan a detectarse. Esta situación, sin embargo, cambiará a finales del próximo verano. Para entonces, la Xunta prevé la puesta en funcionamiento de una red pionera que permitirá el control simultáneo de la calidad de las aguas y los vertidos en la cuenca Galicia-Costa, la única de competencia autonómica.
El nuevo sistema, incluido en el Plan Hidrolóxico de la Xunta, se basará en estaciones totalmente automatizadas, lo que permitirá no sólo realizar controles más frecuentes sino también agilizar los mecanismos de detección y alerta en caso de que haya alguna incidencia que altere el estado natural del río.
Desde la Consellería de Medio Ambiente justifican la necesidad de automatizar todo el sistema de seguimiento y control de los ríos en la "densidad de la red fluvial existente en la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa", una característica que, argumentan, "dificulta su vigilancia de modo continuado por parte del personal de campo". En nuevo sistema, por el contrario, permitirá "un mayor y más exhaustivo control de la calidad de las aguas de los ríos de Galicia-Costa y la detección de vertidos contaminantes al dominio público, a efectos de exigir las correspondientes responsabilidades", como explican fuentes de Medio Ambiente.
En total, está previsto que se instalen 39 puntos de control en "zonas estratégicamente seleccionadas" de 20 cuencas fluviales. Esta es, precisamente, la fase en la que trabaja ahora la adjudicataria de las actuaciones, AFC Ingenieros. Para ello, técnicos de la empresa ya están realizando "inspecciones de campo" para determinar cuáles son los lugares más apropiados para ubicar los puntos de control.
Una vez estén en funcionamiento, cada una de estas estaciones realizará mediciones continuas del agua y transmitirá cada 10 minutos toda la información a un Centro de Procesado de Datos. Será allí donde se analicen también de forma automática los parámetros obtenidos en busca de posibles anomalías, tanto desde el punto de vista de la calidad del agua como de valores que indiquen la presencia de un foco contaminante. Si eso ocurre, Medio Ambiente explica que el sistema emitirá una "comunicación de alarma" que activará el protocolo de intervención para comprobar in situ los datos y adoptar las medidas pertinentes.
Pese a la agilización que supondrá a la hora de intervenir la automatización del control sobre los ríos de Galicia-Costa, lo cierto es que la capacidad de reacción en caso de vertido seguirá sin ser inmediata. "El tiempo de atención de incidencias, es decir, el tiempo transcurrido desde la comunicación hasta la respuesta técnica por parte de la empresa adjudicataria deberá ser siempre inferior a las dos horas", explican desde la Xunta, que insiste en la importancia de poder contar con un sistema "de medición en tiempo real" de la calidad de las aguas para "identificar episodios de contaminación" y responder "de modo más ágil ante estos".
El primer paso para poner coto a los vertidos fluviales esta legislatura se dio el pasado verano, cuando la Consellería de Medio Ambiente licitó por seis millones de euros un Plan de Control de Vertidos con el objetivo de intensificar las inspecciones y el seguimiento de posibles focos de contaminación en cauces fluviales. A este refuerzo de la vigilancia se sumará a partir de septiembre de 2010 -fecha en la que está previsto que termine la fase de pruebas y empiece a funcionar toda la red- un sistema "pionero" en la cuenca de Galicia-Costa y mucho más completo que el que se utiliza en otras confederaciones, ya que, como explican desde Medio Ambiente, a mayores de detectar variaciones en la calidad de las aguas, habrá estaciones en "puntos estratégicos para detectar posibles vertidos".
El nuevo sistema, incluido en el Plan Hidrolóxico de la Xunta, se basará en estaciones totalmente automatizadas, lo que permitirá no sólo realizar controles más frecuentes sino también agilizar los mecanismos de detección y alerta en caso de que haya alguna incidencia que altere el estado natural del río.
Desde la Consellería de Medio Ambiente justifican la necesidad de automatizar todo el sistema de seguimiento y control de los ríos en la "densidad de la red fluvial existente en la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa", una característica que, argumentan, "dificulta su vigilancia de modo continuado por parte del personal de campo". En nuevo sistema, por el contrario, permitirá "un mayor y más exhaustivo control de la calidad de las aguas de los ríos de Galicia-Costa y la detección de vertidos contaminantes al dominio público, a efectos de exigir las correspondientes responsabilidades", como explican fuentes de Medio Ambiente.
En total, está previsto que se instalen 39 puntos de control en "zonas estratégicamente seleccionadas" de 20 cuencas fluviales. Esta es, precisamente, la fase en la que trabaja ahora la adjudicataria de las actuaciones, AFC Ingenieros. Para ello, técnicos de la empresa ya están realizando "inspecciones de campo" para determinar cuáles son los lugares más apropiados para ubicar los puntos de control.
Una vez estén en funcionamiento, cada una de estas estaciones realizará mediciones continuas del agua y transmitirá cada 10 minutos toda la información a un Centro de Procesado de Datos. Será allí donde se analicen también de forma automática los parámetros obtenidos en busca de posibles anomalías, tanto desde el punto de vista de la calidad del agua como de valores que indiquen la presencia de un foco contaminante. Si eso ocurre, Medio Ambiente explica que el sistema emitirá una "comunicación de alarma" que activará el protocolo de intervención para comprobar in situ los datos y adoptar las medidas pertinentes.
Pese a la agilización que supondrá a la hora de intervenir la automatización del control sobre los ríos de Galicia-Costa, lo cierto es que la capacidad de reacción en caso de vertido seguirá sin ser inmediata. "El tiempo de atención de incidencias, es decir, el tiempo transcurrido desde la comunicación hasta la respuesta técnica por parte de la empresa adjudicataria deberá ser siempre inferior a las dos horas", explican desde la Xunta, que insiste en la importancia de poder contar con un sistema "de medición en tiempo real" de la calidad de las aguas para "identificar episodios de contaminación" y responder "de modo más ágil ante estos".
El primer paso para poner coto a los vertidos fluviales esta legislatura se dio el pasado verano, cuando la Consellería de Medio Ambiente licitó por seis millones de euros un Plan de Control de Vertidos con el objetivo de intensificar las inspecciones y el seguimiento de posibles focos de contaminación en cauces fluviales. A este refuerzo de la vigilancia se sumará a partir de septiembre de 2010 -fecha en la que está previsto que termine la fase de pruebas y empiece a funcionar toda la red- un sistema "pionero" en la cuenca de Galicia-Costa y mucho más completo que el que se utiliza en otras confederaciones, ya que, como explican desde Medio Ambiente, a mayores de detectar variaciones en la calidad de las aguas, habrá estaciones en "puntos estratégicos para detectar posibles vertidos".