Medio Ambiente afirma que los peces del Ebro pueden servir para fabricar harina
Vie, 13/11/2009
Los siluros del curso bajo del Ebro, que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) considera tóxicos dada su elevada concentración de mercurio, cuentan con el beneplácito de Medio Ambiente para ser destinados a la fabricación de harina y pienso animal. Lo aseguró ayer el departamento, que ha encargado la captura de siluros a la empresa Mondo Ivans entre octubre y diciembre a cambio de permitirle la posterior comercialización del pescado.
La empresa, según sus responsables, lo hará exportándolo a Rumania, donde quiere dedicarlo al consumo humano, entre otros usos. "No son válidos para ser consumidos, pero sí para otros usos alimentarios, como harina o pienso", señaló Medio Ambiente.
El investigador del CSIC Jordi Grimalt recalcó que el siluro resulta tóxico para fabricar cualquier tipo de producto alimentario, incluida la harina. "Contienen niveles alarmantes de mercurio, que se acumula en el organismo. Si un animal come harina de siluro contaminado, acumulará ese mercurio. Cuando un hombre ingiera ese animal, pasará lo mismo", detalló el investigador.
Medio Ambiente admitió que no puede controlar el uso que Mondo Ivans hará del siluro, pero rechazó cualquier posible riesgo. "Los controles ordinarios detectarán los peces capturados por la empresa que sean tóxicos y se retirarán", confió. La labor de vigilancia recae en el Departamento de Agricultura, al que nadie ha notificado que una empresa pretende exportar a Rumania pescado presuntamente contaminado en virtud de un acuerdo firmado con Medio Ambiente. "No teníamos conocimiento sobre el asunto", explicó Antoni España, responsable de Agricultura en las comarcas del Ebro.
Con todo, Medio Ambiente aseguró que ese pescado no será destinado al consumo humano. "Nunca habríamos permitido ese uso. La intención de la empresa siempre ha sido emplear los peces para fabricar harina", subrayó. El responsable de Medio Ambiente en las comarcas del Ebro, Víctor Gimeno, explicó el miércoles que la empresa puede emplear los peces "como le convenga, para fabricar harina o para el consumo humano". Un responsable de la empresa, Valentin Ivanov, también explicó que los siluros serán vendidos para el consumo en Rumania.
El embrollo de fondo es la contaminación que acumula el pantano de Flix (Ribera d'Ebre): unas 700.000 toneladas de lodos tóxicos detectadas por el CSIC en 2004. El Gobierno y la Generalitat acordaron entonces un proyecto para retirarlos del río. Los trabajos debían haber empezado el pasado verano, pero las obras siguen paralizadas.
Medio Ambiente asegura que sus análisis de agua del Ebro arrojan concentraciones de mercurio por debajo de los máximos que fija la normativa. No aporta datos sobre los peces como hizo el CSIC en 2008: casi la mitad de los siluros mostraban niveles preocupantes de mercurio y entre el 15% y el 20% superaban el máximo legal permitido.
La empresa, según sus responsables, lo hará exportándolo a Rumania, donde quiere dedicarlo al consumo humano, entre otros usos. "No son válidos para ser consumidos, pero sí para otros usos alimentarios, como harina o pienso", señaló Medio Ambiente.
El investigador del CSIC Jordi Grimalt recalcó que el siluro resulta tóxico para fabricar cualquier tipo de producto alimentario, incluida la harina. "Contienen niveles alarmantes de mercurio, que se acumula en el organismo. Si un animal come harina de siluro contaminado, acumulará ese mercurio. Cuando un hombre ingiera ese animal, pasará lo mismo", detalló el investigador.
Medio Ambiente admitió que no puede controlar el uso que Mondo Ivans hará del siluro, pero rechazó cualquier posible riesgo. "Los controles ordinarios detectarán los peces capturados por la empresa que sean tóxicos y se retirarán", confió. La labor de vigilancia recae en el Departamento de Agricultura, al que nadie ha notificado que una empresa pretende exportar a Rumania pescado presuntamente contaminado en virtud de un acuerdo firmado con Medio Ambiente. "No teníamos conocimiento sobre el asunto", explicó Antoni España, responsable de Agricultura en las comarcas del Ebro.
Con todo, Medio Ambiente aseguró que ese pescado no será destinado al consumo humano. "Nunca habríamos permitido ese uso. La intención de la empresa siempre ha sido emplear los peces para fabricar harina", subrayó. El responsable de Medio Ambiente en las comarcas del Ebro, Víctor Gimeno, explicó el miércoles que la empresa puede emplear los peces "como le convenga, para fabricar harina o para el consumo humano". Un responsable de la empresa, Valentin Ivanov, también explicó que los siluros serán vendidos para el consumo en Rumania.
El embrollo de fondo es la contaminación que acumula el pantano de Flix (Ribera d'Ebre): unas 700.000 toneladas de lodos tóxicos detectadas por el CSIC en 2004. El Gobierno y la Generalitat acordaron entonces un proyecto para retirarlos del río. Los trabajos debían haber empezado el pasado verano, pero las obras siguen paralizadas.
Medio Ambiente asegura que sus análisis de agua del Ebro arrojan concentraciones de mercurio por debajo de los máximos que fija la normativa. No aporta datos sobre los peces como hizo el CSIC en 2008: casi la mitad de los siluros mostraban niveles preocupantes de mercurio y entre el 15% y el 20% superaban el máximo legal permitido.