La Plataforma de los ríos Tajo y Alberche se oponen a cualquier trasvase a otra cuenca

Vie, 23/10/2009

La Razón

La Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche de Talavera de la Reina se opuso ayer a cualquier trasvase desde el Tajo a otra cuenca, incluyendo Las Tablas de Daimiel, e indicó que el agua para rellenarlas se debe obtener del Guadiana. En este sentido, la Plataforma dejó claro que «lo que fueron» Las Tablas de Daimiel se encuentran en la cuenca hidrográfica del Guadiana, en la provincia de Ciudad Real.
«El agua para rellenar lo que fueron Las Tablas de Daimiel se debe obtener del Guadiana, de las reservas contenidas en el embalse de Peñarroya (40 hectómetros cúbicos) dejándolas fluir por el Záncara, dando continuidad al ecosistema primigenio que ya debería estar restaurado», explicaron los dirigentes de la Plataforma.
En opinión de esta organización, la situación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel es consecuencia de «la mala gestión» de los ríos, humedales y recursos hídricos del alto Guadiana, donde cenetenares de kilómetros de ríos han desaparecido. Además, anotaron, «en esta zona se ha saqueado impunemente el acuífero en una política de suicidio del territorio de la que son cómplices los gobiernos de distinto signo».
Preferencias
El presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, Julián Rebollo, aseguró ayer que está en contra de cualquier trasvase desde la cabecera del Tajo a otras cuencas hidrográficas, pero matizó que prefiere «que se baya el agua a Las Tablas de Daimiel antes que al Levante».
En este sentido, Rebollo señaló que Las Tablas de Daimiel no son de la cuenca del Tajo, pero, si van «más de 30 años remediando hasta el abuso y la exageración la cuenca del Segura, parece inevitable que haya que enviar agua hasta allí» debido a las circunstancias que rodean el humedal de Las Tablas.
Aunque Rebollo reconoció que los pozos ilegales pueden haber causado el problema en Las Tablas de Daimiel, en cierto modo justificó su existencia «porque estamos instalados en la política del sálvese quien pueda y es comprensible que los ciudadanos no aguanten ver pasar el agua del trasvase Tajo-Segura por delante de sus narices sin poder tocarla y no hagan algo para sobrevivir».