El precio del agua fluctúa más de un 40% a lo largo de la Costa occidental
Lun, 19/10/2009
El precio de una caña de cerveza en la Costa del Sol parece más estandarizado que el de ese vaso con agua del grifo que, todavía por el momento, no suelen cobrar en los bares. La Opinión de Málaga ha podido comprobar, mediante el estudio de las facturas de once municipios del litoral occidental, que el suministro y saneamiento del agua no se cobra por igual en un escaso perímetro de extensión. Todo lo contrario, las diferencias entre tarifas superan el 40%.
Marbella es, muy por encima de las demás localidades mancomunadas, la más cara. Una familia marbellí de cinco miembros con un consumo mensual de 24 metros cúbicos de agua al mes paga un total de 41,12 euros mensuales, con el Impuesto de Valor Añadido (IVA) incluido.
La empresa privada Aquagest es la encargada de prestar servicio en la ciudad a elección de su Ayuntamiento, que posee la total competencia en esta materia. A través de una ordenanza municipal, basada en el Reglamento de Suministro Domiciliario de Agua aprobado por la Junta de Andalucía, cada administración local establece los distintos cánones y las correspondientes tasas a las que deberá ajustarse la entidad delegada. De ahí que la factura de la misma empresa sea diferente en función del municipio.
Es el caso de Aquagest, que también gestiona Estepona y Manilva. La citada familia podría gastar la misma cantidad de agua en Estepona que en Marbella y, aún así, pagaría menos. En concreto, cerca de 8 euros menos, ya que su factura sería de 33,4 euros.
Mucho más podrían ahorrarse de vivir en Manilva. En este pueblo costasoleño, con el mismo consumo y, curiosamente, la misma concesionaria privada, la factura del agua se reduce casi a la mitad y se sitúa en 25,5 euros. Uno de los más bajos, junto con los de Casares, Istán y Ojén.
La factura en estos tres municipios no varía. La suministradora pública Acosol, dependiente de la Mancomunidad que agrupa a los once lugares estudiados, gestiona directamente el agua para sus vecinos. No depende de intermediarios, ya que la propia empresa posee todas las infraestructuras que necesita para prestar el servicio. Tiene la desaladora, las siete depuradoras y el control sobre el pantano de La Concepción, que abastece a la zona. De ahí, la diferencia. En los demás casos, las concesionarias privadas tienen que depender de ella y, por tanto, también del arrendamiento de sus equipos.
Pozos y acuíferos
La que no depende prácticamente de Acosol es Torremolinos. Mientras que los ayuntamientos de las demás localidades le compran casi toda el agua que consumen sus residentes a esta entidad pública, esta ciudad cuenta con multitud de recursos propios como pueden ser pozos o acuíferos para autoabastecerse. Sin embargo, eso no abarata las tarifas.
Torremolinos posee la tercera factura más cara de la costa oeste malagueña. Siguiendo con el mismo ejemplo, la familia en cuestión abonaría mensualmente 32,16 euros a Astosam, la entidad mixta de capital público y privado que encabeza el temido documento, trimestral, en este caso.
Mijas y Benalmádena casi clavan el euro de diferencia en el precio del agua. Gastar 24 metros cúbicos en treinta días supone un desembolso de 29,9 y 28,8 euros respectivamente. Ambas están gestionadas por empresas municipales, Mijagua y Emabesa. Muy de cerca les sigue Fuengirola, donde se abonan 27,45 euros mensuales por la misma cantidad consumida. En este municipio, la concesionaria es Gestagua, empresa privada y filial del grupo francés Saur.
Vaivenes en Benahavís
Capítulo aparte merece Benahavís. La gestión del agua no está centralizada en una sola concesionaria. Hay varias y se reparten por urbanizaciones. Eso sí, todas ellas se basan, como exige la Ley, en la ordenanza municipal que las regula. Un documento en el que ya se establecen diferentes cuotas en función de la residencia. Beber agua es más caro en los alrededores que en el centro del municipio. En concreto, dos euros más caro. A partir de los cánones establecidos en la ordenanza, el consumo, la cuota fija en función del calibre del contador y la cuota de desalación suponen un gasto de 21,4 euros al mes en el casco histórico, siempre en referencia al ejemplo empleado. En el resto del municipio, es de 23, 09. A este gasto hay que sumarle las cuotas establecidas por cada concesionaria que aumentan la tarifa más o menos según la urbanización. Una situación que cambiará próximamente, ya que Aquagest ha ganado la concesión hace poco, según ha podido saber este periódico.
A pesar de ello, la factura del agua no dejará de ser por el momento un galimatías difícil de resolver al que, de vez en cuando, recurren los políticos para enfrentarse con o sin razón.
Marbella es, muy por encima de las demás localidades mancomunadas, la más cara. Una familia marbellí de cinco miembros con un consumo mensual de 24 metros cúbicos de agua al mes paga un total de 41,12 euros mensuales, con el Impuesto de Valor Añadido (IVA) incluido.
La empresa privada Aquagest es la encargada de prestar servicio en la ciudad a elección de su Ayuntamiento, que posee la total competencia en esta materia. A través de una ordenanza municipal, basada en el Reglamento de Suministro Domiciliario de Agua aprobado por la Junta de Andalucía, cada administración local establece los distintos cánones y las correspondientes tasas a las que deberá ajustarse la entidad delegada. De ahí que la factura de la misma empresa sea diferente en función del municipio.
Es el caso de Aquagest, que también gestiona Estepona y Manilva. La citada familia podría gastar la misma cantidad de agua en Estepona que en Marbella y, aún así, pagaría menos. En concreto, cerca de 8 euros menos, ya que su factura sería de 33,4 euros.
Mucho más podrían ahorrarse de vivir en Manilva. En este pueblo costasoleño, con el mismo consumo y, curiosamente, la misma concesionaria privada, la factura del agua se reduce casi a la mitad y se sitúa en 25,5 euros. Uno de los más bajos, junto con los de Casares, Istán y Ojén.
La factura en estos tres municipios no varía. La suministradora pública Acosol, dependiente de la Mancomunidad que agrupa a los once lugares estudiados, gestiona directamente el agua para sus vecinos. No depende de intermediarios, ya que la propia empresa posee todas las infraestructuras que necesita para prestar el servicio. Tiene la desaladora, las siete depuradoras y el control sobre el pantano de La Concepción, que abastece a la zona. De ahí, la diferencia. En los demás casos, las concesionarias privadas tienen que depender de ella y, por tanto, también del arrendamiento de sus equipos.
Pozos y acuíferos
La que no depende prácticamente de Acosol es Torremolinos. Mientras que los ayuntamientos de las demás localidades le compran casi toda el agua que consumen sus residentes a esta entidad pública, esta ciudad cuenta con multitud de recursos propios como pueden ser pozos o acuíferos para autoabastecerse. Sin embargo, eso no abarata las tarifas.
Torremolinos posee la tercera factura más cara de la costa oeste malagueña. Siguiendo con el mismo ejemplo, la familia en cuestión abonaría mensualmente 32,16 euros a Astosam, la entidad mixta de capital público y privado que encabeza el temido documento, trimestral, en este caso.
Mijas y Benalmádena casi clavan el euro de diferencia en el precio del agua. Gastar 24 metros cúbicos en treinta días supone un desembolso de 29,9 y 28,8 euros respectivamente. Ambas están gestionadas por empresas municipales, Mijagua y Emabesa. Muy de cerca les sigue Fuengirola, donde se abonan 27,45 euros mensuales por la misma cantidad consumida. En este municipio, la concesionaria es Gestagua, empresa privada y filial del grupo francés Saur.
Vaivenes en Benahavís
Capítulo aparte merece Benahavís. La gestión del agua no está centralizada en una sola concesionaria. Hay varias y se reparten por urbanizaciones. Eso sí, todas ellas se basan, como exige la Ley, en la ordenanza municipal que las regula. Un documento en el que ya se establecen diferentes cuotas en función de la residencia. Beber agua es más caro en los alrededores que en el centro del municipio. En concreto, dos euros más caro. A partir de los cánones establecidos en la ordenanza, el consumo, la cuota fija en función del calibre del contador y la cuota de desalación suponen un gasto de 21,4 euros al mes en el casco histórico, siempre en referencia al ejemplo empleado. En el resto del municipio, es de 23, 09. A este gasto hay que sumarle las cuotas establecidas por cada concesionaria que aumentan la tarifa más o menos según la urbanización. Una situación que cambiará próximamente, ya que Aquagest ha ganado la concesión hace poco, según ha podido saber este periódico.
A pesar de ello, la factura del agua no dejará de ser por el momento un galimatías difícil de resolver al que, de vez en cuando, recurren los políticos para enfrentarse con o sin razón.