El presidente de la Junta Central de Regantes reclama un gran pacto en materia hidraúlica
Mié, 23/09/2009
El presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, Francisco Belmonte, reclamó hoy, coincidiendo con la negociación del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, "un gran pacto en materia de agua".
Así lo confirmó en rueda de prensa, al término de la reunión que mantuvo con miembros de la comisión regional del agua en el Grupo Socialista de las Cortes regionales, Antonio Salinas, José Molina e Irene Fernández, para conocer de manera directa los problemas que les preocupan.
Belmonte propuso que sería conveniente "un gran pacto del agua" en Castilla-La Mancha. "Yo espero que ahora que algo se está moviendo en el Estatuto lleguen todos a un gran pacto del agua que beneficie a esta región, y que todos tengamos la altura de miras suficiente, para no mirarnos el ombligo y mirar por la región", aseguró Belmonte.
El presidente de la Junta Central de Regantes aseguró que el principal escollo que presenta la revisión de la cuenca del Júcar es el decreto de demarcación, recurrido por el gobierno de Castilla-La Mancha, al contravenir la sentencia de 2004 dictada por el Tribunal Supremo, en la que se delimitaban la cuenca del Júcar del resto de las cuencas intracomunitarias valencianas.
Asimismo lamentó que en Valencia no hayan cumplido el Plan del Júcar de 1997, ya que al no haber hecho las obras de mejora en regadíos no se han producido los ahorros previstos, y añadió que "en el Júcar hay agua para todos, si se hace una buena gestión, e incluso se podría hacer algún trasvase, en base a la Ley de Aguas, pero no de manera encubierta, pero si lo hacemos mal y nos empeñamos en defender los derechos históricos de Jaime I, así no vamos a ningún sitio".
"Todo lo que no quepa en la Constitución y en la Ley de Aguas, no cabe en ningún sitio, y que yo sepa la Constitución no habla de Jaime I", aseguró el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental.
Por su parte, José Molina insistió sobre el trasvase Júcar-Vinalopó, al que se incluye en la llamada demarcación del Júcar, recurrida por el Gobierno regional, debería tener el tratamiento que se le da a cualquier otro trasvase, y añadió que "sí en la capital valenciana se abastecieran del Turia, en vez de tomar el agua del Júcar, y se hubiesen hecho la mejora en los sistemas de riego, ahora habría agua suficiente", por tanto aseguró que "la batalla de la demarcación de la cuenca es la batalla más importante".
En el orden del día de este encuentro se encontraba también la reforma del Estatuto de Autonomía, sobre el que el diputado socialista insistió en que la solución ahora no pasa por poner fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura, si no en establecer una reserva de agua suficiente para garantizar el uso actual y el futuro.
Sobre este asunto, Belmonte aseguró que "aquí hay unos intereses políticos, que al ciudadano de a pie le puede dar una idea de que interesa más dar la batalla política, que por los intereses de la región", en insistió en que lo que verdaderamente interesa es llegar a acuerdos tanto en el texto autonómico, como en el plan de cuenca.
Así lo confirmó en rueda de prensa, al término de la reunión que mantuvo con miembros de la comisión regional del agua en el Grupo Socialista de las Cortes regionales, Antonio Salinas, José Molina e Irene Fernández, para conocer de manera directa los problemas que les preocupan.
Belmonte propuso que sería conveniente "un gran pacto del agua" en Castilla-La Mancha. "Yo espero que ahora que algo se está moviendo en el Estatuto lleguen todos a un gran pacto del agua que beneficie a esta región, y que todos tengamos la altura de miras suficiente, para no mirarnos el ombligo y mirar por la región", aseguró Belmonte.
El presidente de la Junta Central de Regantes aseguró que el principal escollo que presenta la revisión de la cuenca del Júcar es el decreto de demarcación, recurrido por el gobierno de Castilla-La Mancha, al contravenir la sentencia de 2004 dictada por el Tribunal Supremo, en la que se delimitaban la cuenca del Júcar del resto de las cuencas intracomunitarias valencianas.
Asimismo lamentó que en Valencia no hayan cumplido el Plan del Júcar de 1997, ya que al no haber hecho las obras de mejora en regadíos no se han producido los ahorros previstos, y añadió que "en el Júcar hay agua para todos, si se hace una buena gestión, e incluso se podría hacer algún trasvase, en base a la Ley de Aguas, pero no de manera encubierta, pero si lo hacemos mal y nos empeñamos en defender los derechos históricos de Jaime I, así no vamos a ningún sitio".
"Todo lo que no quepa en la Constitución y en la Ley de Aguas, no cabe en ningún sitio, y que yo sepa la Constitución no habla de Jaime I", aseguró el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental.
Por su parte, José Molina insistió sobre el trasvase Júcar-Vinalopó, al que se incluye en la llamada demarcación del Júcar, recurrida por el Gobierno regional, debería tener el tratamiento que se le da a cualquier otro trasvase, y añadió que "sí en la capital valenciana se abastecieran del Turia, en vez de tomar el agua del Júcar, y se hubiesen hecho la mejora en los sistemas de riego, ahora habría agua suficiente", por tanto aseguró que "la batalla de la demarcación de la cuenca es la batalla más importante".
En el orden del día de este encuentro se encontraba también la reforma del Estatuto de Autonomía, sobre el que el diputado socialista insistió en que la solución ahora no pasa por poner fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura, si no en establecer una reserva de agua suficiente para garantizar el uso actual y el futuro.
Sobre este asunto, Belmonte aseguró que "aquí hay unos intereses políticos, que al ciudadano de a pie le puede dar una idea de que interesa más dar la batalla política, que por los intereses de la región", en insistió en que lo que verdaderamente interesa es llegar a acuerdos tanto en el texto autonómico, como en el plan de cuenca.