El parque metropolitano del agua Luis Buñuel tardará todavía 4 o 5 años en mostrarse en todo su esplendor, según aseguró ayer durante una visita al recinto el teniente de alcalde de Economía, Hacienda y Régimen Interior y alcalde en funciones, Francisco Catalá. Del mismo modo, destacó que en la actualidad es un parque vivo "ejemplo de integración urbana y natural" que ha recibido durante el verano una afluencia "masiva de visitantes".

Para lograr el objetivo de equipar correctamente el parque y el entorno de las riberas, "que son el mejor legado que ha dejado la Expo", según destacó, durante los últimos meses se han invertido más de 2,6 millones de euros en la mejora de instalaciones, la mayoría de las cuales se lleva a cabo con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL).

Entre las inversiones que se están llevando a cabo destaca la adecuación del puente del Tercer Milenio con la protección de acequias en la zona del talud mediante la plantación de pradera y jardinería, entre otras actuaciones. También destaca la consolidación de la isleta de protección del pabellón puente y la urbanización y accesos de ribera en la zona del club deportivo Helios, en la que también se está llevando a cabo la construcción de un nuevo embarcadero.

En el parque del Agua, las obras son de menor cuantía "pero importantes para la comodidad de los visitantes", según indicó Catalá. Destaca la recuperación del vallado del cerramiento de la Expo y su reutilización como elementos de cierre en determinadas zonas del recinto para proteger distintos puntos. La obra también incluye la colocación de puertas de acceso para los servicios, adecuación del sistema de riego, plantaciones y sembrado en la zona. El plazo previsto de ejecución es de cuatro meses. Otra de las obras es el cerramiento con una fachada de bambú de la caseta de la Cántara, edificio que antiguamente era usado para el desempeño de labores tradicionales en las antiguas huertas.

Catalá aprovechó la visita para destacar el éxito que ha tenido un proyecto como el de Las Playas, que han logrado "una gran afluencia de gente", contabilizándose más de 100.000 visitas.

VADORREY. La última de las obras del FEIL en la ribera será la construcción de un quiosco en Vadorrey, "que guardará el diseño del resto de establecimientos situados en las orillas" según indicó el consejero. El edificio albergará las oficinas de gestión y venta de tíques del Ebrobus, así con una cafetería, y cerrará el trayecto navegable que se puede realizar en el Ebro.