La Demarcación del Cantábrico sigue libre de la presencia de mejillón cebra
Mar, 14/07/2009
La Demarcación Hidrográfica del Cantábrico sigue libre de la presencia del mejillón cebra, según revelan los datos del último muestreo, difundidos hoy por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, Jorge Marquínez.
Desde el año 2006 la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (antes del Norte) viene desarrollando una serie de actuaciones en relación con la especie invasora conocida comúnmente como mejillón cebra (Dreissena polymorpha).
Además, se está realizando un tratamiento particularizado sobre las distintas especies invasoras que amenazan los cauces, habiendo generado documentación específica en la materia y diversos encuentros con las Administraciones afectadas para coordinar las actuaciones, así como desarrollado distintas actuaciones de erradicación.
En lo que respecta al mejillón cebra, desde el año 2006 se ha realizado la monitorización de las masas de agua de la Confederación Hidrográfica, se creó la estación de filtrado en el Embalse del Ebro, se modificaron las autorizaciones de navegación, se generó material divulgativo sobre el mejillón cebra, se formó la Guardería Fluvial y se participó en Comisiones de Seguimiento.
La inversión de todas estas actuaciones desarrolladas hasta el momento ha supuesto un total de 5 millones de euros.
MEJILLÓN CEBRA
El mejillón cebra, o 'Dreissena polymorpha', es la principal amenaza biológica de las cuencas fluviales españolas y una de las especies más dañinas del mundo.
Se trata de un molusco bivalbo fácilmente identificable por las bandas claras y oscuras de su concha, que dan origen a su nombre común. La primera detección de esta especie en España fue en 2001, en el Bajo Ebro.
Por su extraordinaria capacidad de adaptación y de reproducción, la prevención es la principal arma para evitar en lo posible la introducción de esta especie en los ríos del Norte, actualmente libres de esta amenaza.
El mejillón cebra tiene una vida media de tres años y las hembras pueden producir un millón de huevos al año en condiciones aceptables. Su presencia obtura tuberías, contamina las aguas; inutiliza zonas de baño; y moviliza importantes recursos económicos para evitar su propagación.