Los alcaldes de la zona centro exigen «máximo control» en el uso del agua antes de darla a Maó, Una red de suministro de riego ahorraría hasta el 94% del consumo, El Consell se alinea con los alcaldes al pedir una acción insular

Sáb, 11/07/2009

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Los alcaldes de Ferreries, Es Migjorn Gran y Es Mercadal exigen una política de recursos hídricos coherente a nivel insular antes de empezar a diseñar trasvases y extraer agua de los acuíferos de sus poblaciones para enviarla a Maó, Ciutadella, Sant Lluís y Es Castell. Lo dijeron ayer tras estudiar la idea lanzada por el conseller de Medi Ambient, Miquel Àngel Grimalt, de crear una conexión capaz de bombear agua de punta a punta de la Isla y de extraerla de los acuíferos del centro de la Isla para abastecer los extremos de Menorca.

Josep Carreras (Ferreries) y Andreu Moll (Es Migjorn Gran) coincidieron a la hora de señalar que el agua es un bien de todos y hay que distribuirlo. Pero Carreras matizó que «también hay que aprobar medidas correctoras en todas partes. Si ha habido una mala gestión del agua hay que corregirlo. Debemos planificar su uso a largo plazo y pensando en la sostenibilidad».

El primer edil de Es Migjorn comentó que «entiendo que haya un reparto del agua entre quienes la necesitan. Pero bajo un control estricto para ahorrar la que se pueda. Es un bien escaso y sólo el hecho de tener que realizar un estudio como el actual ya supone que hemos llegado a un punto peligroso. Debemos ponernos serios en este tema».

Caudal insuficiente

Menos dispuesto a ceder la reservas hídricas se mostró el alcalde de Es Mercadal, Ramon Orfila. A su juicio «no hay suficiente agua en nuestros pozos para enviarla a Maó o Ciutadella. No me parece una opción seria. Además, antes de hacer algo así habría que adoptar otras soluciones».

Estas alternativas pasarían por reutilizar el agua de lluvia, regar con agua depurada, eliminar las pérdidas de las canalizaciones y lograr un consumo más racional. «Hay que seguir una política más racional».

De todas formas, tanto Orfila como Carreras dejaron claro que esta idea de Grimalt aún no tiene el carácter de propuesta. «La reunión con el conseller de Medi Ambient fue sólo una primera toma de contacto. Antes de aplicar ninguna medida deberíamos reunirnos y tratar el tema mucho más profundamente» explicó Josep Carreras.

Ramon Orfila apostilló que «aún es pronto para tomar una decisión definitiva. También hay otras opciones como trasvasar el agua de la desaladora en construcción lo que evitaría tener que recurrir a las extracciones». El de Es Mercadal añadió que el Govern debería revisar algunas de las concesiones de pozos existentes y eliminarlas para racionalizar el consumo.

Cabe recordar que el principales problema del agua de Llevant y Ponent no es la falta de líquido sino la calidad del mismo. En la actualidad el 20% de la que se extrae está contaminada por nitratos y cloruros.

Los alcaldes abogan por implantar una política racional del agua antes de empezar a trasvasar líquido de sus municipios a las grandes urbes de la Isla. No se oponen frontalmente a esta posibilidad pero sí piden que se actúe con responsabilidad y pensando en un futuro sostenible.

s Por un uso más racional. Las extracciones masivas de agua han facilitado la contaminación de los pozos de las zonas oriental y occidental de la Isla y por ello se sondea la posibilidad de un trasvase que no acaba de convencer a los alcaldes de las poblaciones más afectadas.

Una de las ideas que se barajan para racionalizar el consumo es la creación de una segunda red de suministro de agua. Sería líquido depurado que se destinaría al riego y otros usos a excepción el consumo humano. Permitiría ahorrar hasta el 94% del agua que se consume en algunos puntos de la Isla.

El estudio del Govern balear apunta que en Llucmaçanes el 94% del agua utilizada no se destina para beber. En Binidalí el porcentaje llega al 87,5% Si se contabiliza todo el término de Maó el ahorro podría llegar al 82,6%. En Sa Roca (Es Mercadal) el agua que se destina a usos ajenas al consumo humano suma el 92,1%. Este enclave es, además, el que más gasto tiene de agua con un promedio de 1.919 litros por habitante y día. Sólo Llucmaçanes con 1.016 supera también la barrera de los mil litros. Se trata de núcleos con una alta presencia de zonas agrícolas que requieren un regadío constante. Si se utilizaran aguas depuradas o recicladas se rebajaría considerablemente la presión sobre los acuíferos facilitando tanto el acceso de todas las personas a agua de calidad así como la recuperación de la capa freática cuya disminución implica las infiltraciones del mar y la contaminación por cloruros.

La consellera de Medi Ambient, Antònia Allès, eludió pronunciarse sobre las ideas surgidas del estudio del Govern. «Es competencia de la CAIB, pero ya nos gusta que se analice al problemática del agua en la Isla». Pero en lo que sí insistió Allès fue en la necesidad de dar una respuesta insular a esta cuestión. «La política del agua debe ser global. Es un problema que afecta a mucha gente y por ello deberíamos hablar con todos los sectores implicados y actuar conjuntamente» declaró Allès.

La consellera también apuntó que antes de tomar decisiones habría que revisar el Pla Hidrològic de Balears y lo que apunta para Menorca.