Doñana se secará si no se triplica el caudal de agua que recibe
Jue, 18/06/2009
Las marismas del Parque Nacional de
Doñana se secarán en unos años si no se les garantiza un caudal
anual de unos 200 hectómetros cúbicos de aguas superficiales y
subterráneas, el triple del que recibe actualmente, según ha
advertido hoy WWF-España.
Esta organización ha presentado en Sevilla, coincidiendo con el
Día Mundial contra la Desertización y la Sequía, un informe que
alerta de que Doñana apenas recibe un veinte por ciento del agua que
necesita para mantener sus humedales, considerados unos de los de
mayor biodiversidad de Europa.
Este informe, elaborado por el experto en hidrografía Rafael
Sánchez, señala que el encauzamiento de ríos como el Guadiamar para
desviar su caudal a regadíos o la apertura de más de mil pozos
ilegales que roban agua del acuífero subterráneo para regar las
10.000 hectáreas de fresón dejan a las marismas de Doñana sin un
caudal mínimo para su supervivencia.
Sánchez ha señalado que este espacio natural sólo se inunda en
una tercera parte de su extensión original y que esta escasez de
agua ha ocasionado la pérdida de un 60 por ciento de importantes
comunidades vegetales o su transformación en especies de menor
consumo hídrico.
Como consecuencia de estos cambios, la biodiversidad de este
espacio protegido ha sufrido impactos de gravedad como la amenaza de
supervivencia de aves ligadas a carrizales como el avetoro o la
garceta.
En su opinión, la salvación de Doñana pasa por que el Plan de la
Cuenca del Guadalquivir, en fase de redacción, preserve un caudal
ecológico para este espacio protegido de unos 200 hectómetros
cúbicos anuales, que podría bajar hasta unos 80 en años de sequía.
Estos 200 hectómetros cúbicos se obtendrían en su mayor parte si
se garantiza que el río Guadiamar aporte a la marisma unos 120
hectómetros cúbicos, para lo cual se debería de preservar un 60 por
ciento de su caudal y encauzarlo hacia la marisma y no hacia los
regadíos como actualmente ocurre.
El arroyo de El Partido aportaría otros 30 hectómetros cúbicos a
las marismas de Doñana y el de La Rociana, 24 más.
WWF también defiende que la restricción de los pozos ilegales
también favorecería que el acuífero de Doñana, que actualmente
apenas aflora agua a la marisma, ayudaría a aumentar las descargas
de caudal.
El director de Conservación de esta organización, Enrique
Segovia, ha enfatizado que aunque no puede fijar "cuándo se secará
Doñana sí sabemos lo que ha pasado en las Tablas de Daimiel, que se
han secado".
Segovia ha resaltado que WWF sólo pide que se cumplan las
actuales normativas de protección de Doñana, como las derivadas de
su catalogación como Parque Nacional, Reserva de la Biosfera o
Patrimonio de la Humanidad.
Como medidas urgentes para frenar el deterioro hídrico de Doñana,
WWF pide la clausura inmediata de los pozos ilegales y la
delimitación definitiva de los cultivos con derecho a regadío de la
comarca, que no paran de crecer y que se abastecen de caudales
ilegales
Doñana se secarán en unos años si no se les garantiza un caudal
anual de unos 200 hectómetros cúbicos de aguas superficiales y
subterráneas, el triple del que recibe actualmente, según ha
advertido hoy WWF-España.
Esta organización ha presentado en Sevilla, coincidiendo con el
Día Mundial contra la Desertización y la Sequía, un informe que
alerta de que Doñana apenas recibe un veinte por ciento del agua que
necesita para mantener sus humedales, considerados unos de los de
mayor biodiversidad de Europa.
Este informe, elaborado por el experto en hidrografía Rafael
Sánchez, señala que el encauzamiento de ríos como el Guadiamar para
desviar su caudal a regadíos o la apertura de más de mil pozos
ilegales que roban agua del acuífero subterráneo para regar las
10.000 hectáreas de fresón dejan a las marismas de Doñana sin un
caudal mínimo para su supervivencia.
Sánchez ha señalado que este espacio natural sólo se inunda en
una tercera parte de su extensión original y que esta escasez de
agua ha ocasionado la pérdida de un 60 por ciento de importantes
comunidades vegetales o su transformación en especies de menor
consumo hídrico.
Como consecuencia de estos cambios, la biodiversidad de este
espacio protegido ha sufrido impactos de gravedad como la amenaza de
supervivencia de aves ligadas a carrizales como el avetoro o la
garceta.
En su opinión, la salvación de Doñana pasa por que el Plan de la
Cuenca del Guadalquivir, en fase de redacción, preserve un caudal
ecológico para este espacio protegido de unos 200 hectómetros
cúbicos anuales, que podría bajar hasta unos 80 en años de sequía.
Estos 200 hectómetros cúbicos se obtendrían en su mayor parte si
se garantiza que el río Guadiamar aporte a la marisma unos 120
hectómetros cúbicos, para lo cual se debería de preservar un 60 por
ciento de su caudal y encauzarlo hacia la marisma y no hacia los
regadíos como actualmente ocurre.
El arroyo de El Partido aportaría otros 30 hectómetros cúbicos a
las marismas de Doñana y el de La Rociana, 24 más.
WWF también defiende que la restricción de los pozos ilegales
también favorecería que el acuífero de Doñana, que actualmente
apenas aflora agua a la marisma, ayudaría a aumentar las descargas
de caudal.
El director de Conservación de esta organización, Enrique
Segovia, ha enfatizado que aunque no puede fijar "cuándo se secará
Doñana sí sabemos lo que ha pasado en las Tablas de Daimiel, que se
han secado".
Segovia ha resaltado que WWF sólo pide que se cumplan las
actuales normativas de protección de Doñana, como las derivadas de
su catalogación como Parque Nacional, Reserva de la Biosfera o
Patrimonio de la Humanidad.
Como medidas urgentes para frenar el deterioro hídrico de Doñana,
WWF pide la clausura inmediata de los pozos ilegales y la
delimitación definitiva de los cultivos con derecho a regadío de la
comarca, que no paran de crecer y que se abastecen de caudales
ilegales