La red ceutí de abastecimiento pierde más agua de la que se consume

Mar, 16/06/2009

SUR

Es el segundo informe del Observatorio Medioambiental de la Ciudad Autónoma y sus conclusiones siguen el mismo oscuro sendero marcado por las conclusiones del primero de los estudios, presentado en enero de este año. Aquel informe versaba sobre la movilidad sostenible, tráfico y transportes en la ciudad y era desalentador. Este está dedicado a la gestión del agua en la Ciudad Autónoma y es demoledor: Seis de cada diez litros de agua potable que circulan por la red no llegan al consumidor y se pierden. «Ceuta pierde más agua de la que consume ¿Cómo hemos podido llegar a esto», se lamentaba ayer Óscar Ocaña, representante de Septem Nostra. Eso sí, no son datos oficiales ya que Acemsa rehusó facilitarlos, así que los colaboradores del Observatorio de la Sostenibilidad han obtenido el dato con una sencilla resta: el diferencial entre el agua que entra en la red y la que se factura. Una sencilla operación aritmética que da como resultado una pérdidas en la red de abastecimiento por encima del 60 por ciento, veinte puntos más de lo normal en otros puntos de España. Un registro de pérdidas que contrasta con los ofrecidos por Acemsa que aseguró haber reducido al 30 por ciento las pérdidas en la red.
¿»Qué han hecho con los fondos europeos si la red de saneamiento está como está y todavía no hay una red separativa», se preguntaba el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez. Una red separativa, ésta última, cuya ausencia hace que aguas fecales y pluviales caminen juntas rumbo al mar lo que ocasiona, en las épocas de lluvia, vertidos constantes. Las tres monitoras medioambientales que han trabajado sobre el terreno estos tres últimos meses han detectado 18 puntos negros. Zonas como Calamocarro, San Amaro, Postigo y, sobre todo el Príncipe son las más preocupantes. En el caso de Postigo las aguas fecales van directamente al pantano del Renegado mientras que vertidos del Príncipe van directamente al arroyo de las Bombas, el mismo del que se capta agua para consumo humano. «Lo que distingue a una ciudad a un villorrio es el saneamiento», zanjó José Manuel Pérez recordando que la ciudad autónoma sigue vertiendo sus desechos al mar hasta que llegue la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), prevista para 2010.