La Cámara de Comercio se opone en firme al cambio de cuenca del Júcar
Mar, 16/06/2009
Los empresarios rechazan que Alicante y Benidorm se quede sin recibir agua de los pozos de Villena
("recursos+hidricos"+agua+aguas+embalse+embalses+presa+presas+"obras+hidraulicas"+hidrologia+hidrologico+cuenca+hidrologicos+sequia+lluvia+inundacion+inundaciones+pantano+precipitaciones+abastecimiento+saneamiento+hidrologia+hidroelectrico+hidroelectricidad+hidroelectrica+trasvase+desalacion+desaladora+legionella+lluvia+fluvial)&fnameNewspaper=ANY(generalitat)&fieldbool=NOT+fnameNewspaper
El comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Alicante se opuso ayer de manera frontal a la propuesta de cambio de cuenca hidrológica del Ministerio de Medio Ambiente, lo que desgajaría de la actual configuración hidrográfica a las comarcas de Alicante y Benidorm de su zona tradicional y vinculada al Vinalopó. La discusión tuvo lugar ayer en el transcurso del comité ejecutivo de la entidad que preside Antonio Fernández Valenzuela, que no quiso hacer declaraciones a este periódico mientras almorzaba con su equipo directivo e inmediatamente antes de iniciarse el pleno de la Cámara, ya por la tarde. Otras fuentes de la entidad informan de que el punto del orden del día se aprobó por unanimidad de los presentes. Además, se dio vía libre a la redacción de unas alegaciones de carácter técnico. Muchas de las explicaciones que da la Cámara de Comercio son prácticamente coincidentes con las del Gobierno valenciano, reiteradas en los últimos dos meses por el conseller de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, José Ramón García Antón. A saber, que desde Alicante no se puede comprender la división de l'Alacantí y el Vinalopó, ya que siempre han funcionado perfectamente interconectadas y ha sido un sistema de explotación unitario, con un aprovechamiento integral de más de 100 años y con una importante red de conexiones, tuberías y canalizaciones que funcionan conjuntamente, de manera que, si se separan, Alicante se abastecerá únicamente de desalinizadoras. Además, quedaría en desuso una canalización vital, la de Rabassa-Amadorio, que ha permitido garantizar el suministro de agua para beber durante los años de extrema sequía a Benidorm y prácticamente toda la comarca de la Marina Baixa. Gestión autonómica La propuesta de la ministra Elena Espinosa y sus técnicos reside en que l'Alacantí, como cuenca interna, pasaría al ámbito de gestión de la Generalitat y el Vinalopó, como cuenca intercomunitaria, permanecería dentro del ámbito de planificación de la demarcación del Júcar, competencia del Estado. La separación de los sistemas hídricos dentro de la misma cuenca del Júcar provocaría que el abastecimiento de las ciudades de estas comarcas (Alicante San Vicente, El Campello, San Juan, Benidorm o La Vila, entre ellas) no podría llegar de los acuíferos del Vinalopó, como viene ocurriendo desde hace un siglo. La Cámara también cree que el trasvase Júcar-Vinalopó, que ha costado 300 millones, quedaría sin demasiado sentido.
El comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Alicante se opuso ayer de manera frontal a la propuesta de cambio de cuenca hidrológica del Ministerio de Medio Ambiente, lo que desgajaría de la actual configuración hidrográfica a las comarcas de Alicante y Benidorm de su zona tradicional y vinculada al Vinalopó.
La discusión tuvo lugar ayer en el transcurso del comité ejecutivo de la entidad que preside Antonio Fernández Valenzuela, que no quiso hacer declaraciones a este periódico mientras almorzaba con su equipo directivo e inmediatamente antes de iniciarse el pleno de la Cámara, ya por la tarde.
Otras fuentes de la entidad informan de que el punto del orden del día se aprobó por unanimidad de los presentes. Además, se dio vía libre a la redacción de unas alegaciones de carácter técnico.
Muchas de las explicaciones que da la Cámara de Comercio son prácticamente coincidentes con las del Gobierno valenciano, reiteradas en los últimos dos meses por el conseller de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, José Ramón García Antón.
A saber, que desde Alicante no se puede comprender la división de l'Alacantí y el Vinalopó, ya que siempre han funcionado perfectamente interconectadas y ha sido un sistema de explotación unitario, con un aprovechamiento integral de más de 100 años y con una importante red de conexiones, tuberías y canalizaciones que funcionan conjuntamente, de manera que, si se separan, Alicante se abastecerá únicamente de desalinizadoras. Además, quedaría en desuso una canalización vital, la de Rabassa-Amadorio, que ha permitido garantizar el suministro de agua para beber durante los años de extrema sequía a Benidorm y prácticamente toda la comarca de la Marina Baixa. Gestión autonómica
La propuesta de la ministra Elena Espinosa y sus técnicos reside en que l'Alacantí, como cuenca interna, pasaría al ámbito de gestión de la Generalitat y el Vinalopó, como cuenca intercomunitaria, permanecería dentro del ámbito de planificación de la demarcación del Júcar, competencia del Estado. La separación de los sistemas hídricos dentro de la misma cuenca del Júcar provocaría que el abastecimiento de las ciudades de estas comarcas (Alicante San Vicente, El Campello, San Juan, Benidorm o La Vila, entre ellas) no podría llegar de los acuíferos del Vinalopó, como viene ocurriendo desde hace un siglo. La Cámara también cree que el trasvase Júcar-Vinalopó, que ha costado 300 millones, quedaría sin demasiado sentido.
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El comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Alicante se opuso ayer de manera frontal a la propuesta de cambio de cuenca hidrológica del Ministerio de Medio Ambiente, lo que desgajaría de la actual configuración hidrográfica a las comarcas de Alicante y Benidorm de su zona tradicional y vinculada al Vinalopó. La discusión tuvo lugar ayer en el transcurso del comité ejecutivo de la entidad que preside Antonio Fernández Valenzuela, que no quiso hacer declaraciones a este periódico mientras almorzaba con su equipo directivo e inmediatamente antes de iniciarse el pleno de la Cámara, ya por la tarde. Otras fuentes de la entidad informan de que el punto del orden del día se aprobó por unanimidad de los presentes. Además, se dio vía libre a la redacción de unas alegaciones de carácter técnico. Muchas de las explicaciones que da la Cámara de Comercio son prácticamente coincidentes con las del Gobierno valenciano, reiteradas en los últimos dos meses por el conseller de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, José Ramón García Antón. A saber, que desde Alicante no se puede comprender la división de l'Alacantí y el Vinalopó, ya que siempre han funcionado perfectamente interconectadas y ha sido un sistema de explotación unitario, con un aprovechamiento integral de más de 100 años y con una importante red de conexiones, tuberías y canalizaciones que funcionan conjuntamente, de manera que, si se separan, Alicante se abastecerá únicamente de desalinizadoras. Además, quedaría en desuso una canalización vital, la de Rabassa-Amadorio, que ha permitido garantizar el suministro de agua para beber durante los años de extrema sequía a Benidorm y prácticamente toda la comarca de la Marina Baixa. Gestión autonómica La propuesta de la ministra Elena Espinosa y sus técnicos reside en que l'Alacantí, como cuenca interna, pasaría al ámbito de gestión de la Generalitat y el Vinalopó, como cuenca intercomunitaria, permanecería dentro del ámbito de planificación de la demarcación del Júcar, competencia del Estado. La separación de los sistemas hídricos dentro de la misma cuenca del Júcar provocaría que el abastecimiento de las ciudades de estas comarcas (Alicante San Vicente, El Campello, San Juan, Benidorm o La Vila, entre ellas) no podría llegar de los acuíferos del Vinalopó, como viene ocurriendo desde hace un siglo. La Cámara también cree que el trasvase Júcar-Vinalopó, que ha costado 300 millones, quedaría sin demasiado sentido.
El comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Alicante se opuso ayer de manera frontal a la propuesta de cambio de cuenca hidrológica del Ministerio de Medio Ambiente, lo que desgajaría de la actual configuración hidrográfica a las comarcas de Alicante y Benidorm de su zona tradicional y vinculada al Vinalopó.
La discusión tuvo lugar ayer en el transcurso del comité ejecutivo de la entidad que preside Antonio Fernández Valenzuela, que no quiso hacer declaraciones a este periódico mientras almorzaba con su equipo directivo e inmediatamente antes de iniciarse el pleno de la Cámara, ya por la tarde.
Otras fuentes de la entidad informan de que el punto del orden del día se aprobó por unanimidad de los presentes. Además, se dio vía libre a la redacción de unas alegaciones de carácter técnico.
Muchas de las explicaciones que da la Cámara de Comercio son prácticamente coincidentes con las del Gobierno valenciano, reiteradas en los últimos dos meses por el conseller de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, José Ramón García Antón.
A saber, que desde Alicante no se puede comprender la división de l'Alacantí y el Vinalopó, ya que siempre han funcionado perfectamente interconectadas y ha sido un sistema de explotación unitario, con un aprovechamiento integral de más de 100 años y con una importante red de conexiones, tuberías y canalizaciones que funcionan conjuntamente, de manera que, si se separan, Alicante se abastecerá únicamente de desalinizadoras. Además, quedaría en desuso una canalización vital, la de Rabassa-Amadorio, que ha permitido garantizar el suministro de agua para beber durante los años de extrema sequía a Benidorm y prácticamente toda la comarca de la Marina Baixa. Gestión autonómica
La propuesta de la ministra Elena Espinosa y sus técnicos reside en que l'Alacantí, como cuenca interna, pasaría al ámbito de gestión de la Generalitat y el Vinalopó, como cuenca intercomunitaria, permanecería dentro del ámbito de planificación de la demarcación del Júcar, competencia del Estado. La separación de los sistemas hídricos dentro de la misma cuenca del Júcar provocaría que el abastecimiento de las ciudades de estas comarcas (Alicante San Vicente, El Campello, San Juan, Benidorm o La Vila, entre ellas) no podría llegar de los acuíferos del Vinalopó, como viene ocurriendo desde hace un siglo. La Cámara también cree que el trasvase Júcar-Vinalopó, que ha costado 300 millones, quedaría sin demasiado sentido.