Las máquinas retoman el dragado del Ebro para garantizar la navegación en dos semanas
Mar, 02/06/2009
Las máquinas retomaron ayer el dragado del Ebro por tercer año consecutivo con el único objetivo de que los barcos puedan navegar en dos semanas. Este es el plazo del que dispone la contratista de los trabajos, Gestión de Aguas de Aragón, para despejar el canal de navegación que se horadó el verano pasado en el lecho del río. Una draga se encargará de despejar cinco puntos del tramo urbano del río, repartidos entre el entorno de la pasarela del Voluntariado y aguas abajo del Puente de Piedra, mientras grúas y camiones retirarán las gravas que se irán depositando en la playa de Helios.
Pese a la oposición política y ecologista, que critica con dureza el dragado y reclaman embarcaciones adaptadas a las características de Zaragoza, el consejero municipal de Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, se mantuvo inamovible en su tesis de sostenibilidad. A su juicio, la intervención es similar a la que se realiza en todos los puertos y ríos navegables de Europa, aunque con unas cifras mucho más modestas.
La misma empresa encargada del mantenimiento del azud y de las canalizaciones del Parque del Agua ha sido contratada para extraer unos 2.000 metros cúbicos de áridos, una quinta parte de lo que se sacó del cauce entre 2006 y 2007. Blasco explicó que para hacer navegable el tramo del delta del Ebro se extrajeron 150.000 metros cúbicos "y el dragado anual ronda los 20.000". "Lo hacen todos los años y en el delta nadie pone problemas", dijo.
La programación
El plan de trabajo establece el inicio de las obras junto a la Expo e ir poco a poco bajando para evitar nuevos arrastres en el río, según explicó el gerente de la sociedad municipal Desarrollo Expo, Alberto Ipas. El presupuesto ronda los 40.000 euros.
La cantidad de áridos supondrá el trasiego de casi 200 camiones, aunque el volumen final dependerá de lo que se encuentre la draga. Para evitar equivocaciones, ayer se hizo una nueva batimetría de comprobación (estudio del calado con las distintas curvas de nivel del lecho del río) para que la máquina sepa exactamente donde tiene que actuar.
La draga, utilizada también en la intervención del año pasado frente a la Expo, tiene un menor impacto sobre las riberas y no requiere la creación de una lengua de tierra en el cauce para poder trabajar: una retroexcavadora va montada sobre dos pontonas y va extrayendo áridos sobre otra pontona-contenedor. Una barca se ocupa de mover el equipo pesado.
Alberto Ipas señaló que las máquinas comenzaron ayer el trabajo en la gigantesca playa de Helios, donde la draga y una excavadora estuvieron habilitando la península sobre la que se irán depositando los áridos del dragado. En total, trabajará un equipo de entre ocho y diez operarios.
La contratista de la navegación, Turismo Ebro Fluvial, prevé iniciar los servicios regulares nada más acaben los trabajos, ya que se debe despejar el sector aguas abajo del Puente de Piedra para que puedan superarlo el Ebrobus y el catamarán Félix de Azara.
Coste "ridículo"
El consejero municipal de Grandes Proyectos incidió en que el coste del dragado para las arcas públicas es "ridículo" en comparación con el beneficio que supone tener un atractivo turístico. En este sentido, apuntó que el bus turístico fue deficitario incluso en el año de la Expo y que el sistema público de bicicletas tendrá un coste de "dos o tres millones". "No hay impacto ambiental, se confirma que el mantenimiento del cauce será menor cada año y hemos modificado la contrata para intentar que sea rentable. No sé por qué hay tanta crítica", concluyó.
Pese a la oposición política y ecologista, que critica con dureza el dragado y reclaman embarcaciones adaptadas a las características de Zaragoza, el consejero municipal de Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, se mantuvo inamovible en su tesis de sostenibilidad. A su juicio, la intervención es similar a la que se realiza en todos los puertos y ríos navegables de Europa, aunque con unas cifras mucho más modestas.
La misma empresa encargada del mantenimiento del azud y de las canalizaciones del Parque del Agua ha sido contratada para extraer unos 2.000 metros cúbicos de áridos, una quinta parte de lo que se sacó del cauce entre 2006 y 2007. Blasco explicó que para hacer navegable el tramo del delta del Ebro se extrajeron 150.000 metros cúbicos "y el dragado anual ronda los 20.000". "Lo hacen todos los años y en el delta nadie pone problemas", dijo.
La programación
El plan de trabajo establece el inicio de las obras junto a la Expo e ir poco a poco bajando para evitar nuevos arrastres en el río, según explicó el gerente de la sociedad municipal Desarrollo Expo, Alberto Ipas. El presupuesto ronda los 40.000 euros.
La cantidad de áridos supondrá el trasiego de casi 200 camiones, aunque el volumen final dependerá de lo que se encuentre la draga. Para evitar equivocaciones, ayer se hizo una nueva batimetría de comprobación (estudio del calado con las distintas curvas de nivel del lecho del río) para que la máquina sepa exactamente donde tiene que actuar.
La draga, utilizada también en la intervención del año pasado frente a la Expo, tiene un menor impacto sobre las riberas y no requiere la creación de una lengua de tierra en el cauce para poder trabajar: una retroexcavadora va montada sobre dos pontonas y va extrayendo áridos sobre otra pontona-contenedor. Una barca se ocupa de mover el equipo pesado.
Alberto Ipas señaló que las máquinas comenzaron ayer el trabajo en la gigantesca playa de Helios, donde la draga y una excavadora estuvieron habilitando la península sobre la que se irán depositando los áridos del dragado. En total, trabajará un equipo de entre ocho y diez operarios.
La contratista de la navegación, Turismo Ebro Fluvial, prevé iniciar los servicios regulares nada más acaben los trabajos, ya que se debe despejar el sector aguas abajo del Puente de Piedra para que puedan superarlo el Ebrobus y el catamarán Félix de Azara.
Coste "ridículo"
El consejero municipal de Grandes Proyectos incidió en que el coste del dragado para las arcas públicas es "ridículo" en comparación con el beneficio que supone tener un atractivo turístico. En este sentido, apuntó que el bus turístico fue deficitario incluso en el año de la Expo y que el sistema público de bicicletas tendrá un coste de "dos o tres millones". "No hay impacto ambiental, se confirma que el mantenimiento del cauce será menor cada año y hemos modificado la contrata para intentar que sea rentable. No sé por qué hay tanta crítica", concluyó.