Los vertidos de la refinería deben pasar el filtro de la Junta, además del ministerial
Jue, 07/05/2009
Aun con el permiso del Gobierno, el proyecto debe obtener la Autorización Ambiental Integrada, que da Mérida y dura ocho años."No pedimos que no se haga la refinería, sino que se preserve la calidad del agua", declara el ministro luso de Medio Ambiente.
La Junta de Extremadura será, en última instancia, quien tenga que determinar si los vertidos líquidos de Refinería Balboa degradan o no la calidad del agua de la cuenca del Guadiana. Este ha sido el punto central de las alegaciones ambientales que el Gobierno portugués ha emitido sobre este proyecto, y que fueron enviadas el pasado lunes al Ministerio de Medio Ambiente español.
Sin embargo, aun cuando el departamento que dirige Elena Espinosa diese el visto bueno a este proyecto y le concediese la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), su materialización dependería de un último trámite: la concesión por parte del Ejecutivo autonómico de la Autorización Ambiental Integrada (AAI), una resolución que otorga la Dirección General de Medio Ambiente y que es necesaria para poder explotar una instalación industrial. En este sentido, según se explica en la web de Refinería Balboa, los vertidos líquidos se harán "siempre con la calidad exigida por la Autorización Ambiental Integrada".
Entre la información que hay que remitir para poder obtener este permiso ambiental, que se renueva cada ocho años, está la relativa a los contaminantes emitidos al agua por cada foco de vertido (caudal y concentración) y las medidas para prevenir y reducir los vertidos.
Para el vertido de las aguas residuales (previamente tratadas), el proyecto de refinería contempla la construcción de una conducción de 19,3 kilómetros "desde la parcela que acogerá la instalación hasta el punto de vertido propuesto, en el cauce del río Guadajira". El trazado discurre por los términos de Los Santos de Maimona, Villafranca de los Barros, Fuente del Maestre y Aceuchal.
VALORACIONES El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, consideró ayer "muy garantista" la posibilidad de que Portugal se pueda pronunciar respecto al proyecto de la Refinería Balboa y añadió que, tras la petición del país vecino de reformular dicho proyecto, no se ha quedado "ni más tranquilo ni menos tranquilo", informa Europa Press. Fernández Vara añadió que "alguien puede pensar que nosotros pretendíamos que Portugal dijera alguna determinada cuestión u otra", al tiempo que resaltaba que las alegaciones portuguesas son "consideraciones de carácter técnico que se hacen al Gobierno de España para sean tenidas en cuenta en la Declaración de Impacto Ambiental.
También se pronunció ayer sobre este asunto la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, quien aseguro comprender "la preocupación" del Ejecutivo luso por "preservar la calidad de las aguas del río Guadiana que "discurren tanto por territorio portugués como español".
Sin embargo, Pereira defendió que la empresa promotora del proyecto "está utilizando las tecnologías más avanzadas para el tratamiento de residuos" y recordó que desde el Gobierno de España se imponen unos "mecanismos de control importantes" sobre el vertido de residuos. En cualquier caso, anunció que el Gobierno central "seguirá trabajando en este estudio de calidad ambiental" y, si es necesario, "hará a la empresa recomendaciones para que sean solventados posibles problemas".
Por su parte, el ministro de Ambiente portugués, Francisco Nunes Correia, elogió ayer la transparencia de las autoridades españolas respecto a la Refinería Balboa e insistió en que lo único que ha hecho su departamento es analizar los impactos que ésta tendrá para Portugal y emitir su parecer, lo que no quiere decir que esté pidiendo a España que no se construya. "Portugal no le está diciendo a España que, en nuestra opinión, el proyecto no se debe hacer", subrayó Nunes Correia, quien apostilló que solo se está indicando que "hay consecuencias en Portugal que deben ser calculadas"
La Junta de Extremadura será, en última instancia, quien tenga que determinar si los vertidos líquidos de Refinería Balboa degradan o no la calidad del agua de la cuenca del Guadiana. Este ha sido el punto central de las alegaciones ambientales que el Gobierno portugués ha emitido sobre este proyecto, y que fueron enviadas el pasado lunes al Ministerio de Medio Ambiente español.
Sin embargo, aun cuando el departamento que dirige Elena Espinosa diese el visto bueno a este proyecto y le concediese la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), su materialización dependería de un último trámite: la concesión por parte del Ejecutivo autonómico de la Autorización Ambiental Integrada (AAI), una resolución que otorga la Dirección General de Medio Ambiente y que es necesaria para poder explotar una instalación industrial. En este sentido, según se explica en la web de Refinería Balboa, los vertidos líquidos se harán "siempre con la calidad exigida por la Autorización Ambiental Integrada".
Entre la información que hay que remitir para poder obtener este permiso ambiental, que se renueva cada ocho años, está la relativa a los contaminantes emitidos al agua por cada foco de vertido (caudal y concentración) y las medidas para prevenir y reducir los vertidos.
Para el vertido de las aguas residuales (previamente tratadas), el proyecto de refinería contempla la construcción de una conducción de 19,3 kilómetros "desde la parcela que acogerá la instalación hasta el punto de vertido propuesto, en el cauce del río Guadajira". El trazado discurre por los términos de Los Santos de Maimona, Villafranca de los Barros, Fuente del Maestre y Aceuchal.
VALORACIONES El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, consideró ayer "muy garantista" la posibilidad de que Portugal se pueda pronunciar respecto al proyecto de la Refinería Balboa y añadió que, tras la petición del país vecino de reformular dicho proyecto, no se ha quedado "ni más tranquilo ni menos tranquilo", informa Europa Press. Fernández Vara añadió que "alguien puede pensar que nosotros pretendíamos que Portugal dijera alguna determinada cuestión u otra", al tiempo que resaltaba que las alegaciones portuguesas son "consideraciones de carácter técnico que se hacen al Gobierno de España para sean tenidas en cuenta en la Declaración de Impacto Ambiental.
También se pronunció ayer sobre este asunto la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, quien aseguro comprender "la preocupación" del Ejecutivo luso por "preservar la calidad de las aguas del río Guadiana que "discurren tanto por territorio portugués como español".
Sin embargo, Pereira defendió que la empresa promotora del proyecto "está utilizando las tecnologías más avanzadas para el tratamiento de residuos" y recordó que desde el Gobierno de España se imponen unos "mecanismos de control importantes" sobre el vertido de residuos. En cualquier caso, anunció que el Gobierno central "seguirá trabajando en este estudio de calidad ambiental" y, si es necesario, "hará a la empresa recomendaciones para que sean solventados posibles problemas".
Por su parte, el ministro de Ambiente portugués, Francisco Nunes Correia, elogió ayer la transparencia de las autoridades españolas respecto a la Refinería Balboa e insistió en que lo único que ha hecho su departamento es analizar los impactos que ésta tendrá para Portugal y emitir su parecer, lo que no quiere decir que esté pidiendo a España que no se construya. "Portugal no le está diciendo a España que, en nuestra opinión, el proyecto no se debe hacer", subrayó Nunes Correia, quien apostilló que solo se está indicando que "hay consecuencias en Portugal que deben ser calculadas"