Los expertos eligen la cuenca del Duero para confinar CO2 en el noroeste de España
Lun, 04/05/2009
Los estudios que está llevando a cabo la Fundación Ciudad de la Energía de Ponferrada (Ciuden), centro de referencia nacional en materia de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2), concluyen que la cuenca del Duero es la zona del noroeste de España que reúne mejores condiciones para el confinamiento subterráneo de ese gas, el que más contribuye al efecto invernadero causante del calentamiento de la atmósfera.
En principio, las inmediaciones del cauce fluvial serán el lugar elegido por la fundación para depositar el CO2 que se extraiga de la planta de carbón limpio de 500 megavatios que Endesa y el Ciuden tienen previsto habilitar en El Bierzo. Se trata, por cierto, de la única instalación de este tipo en España que entrará dentro del paquete de centrales de referencia continental que la Unión Europea tiene previsto autorizar en los próximos años para profundizar en las investigaciones que desarrollen técnicas para impedir la salida de dióxido de carbono a la atmósfera. Es más, además de las importantísimas subvenciones que ha recibido del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la iniciativa también tiene asegurada ya una inyección económica europea. De hecho, León acapara los 180 millones de euros de la UE para la captura de CO2 en España aprobados recientemente por el Consejo de Europa.
Además de la Fundación Ciudad de la Energía, Hunosa también tiene en marcha investigaciones para, en un futuro, lograr el confinamiento del CO2 de las térmicas asturianas en capas profundas o en acuíferos fósiles ubicados la zona central del Principado de Asturias. Es más, la hullera pública que preside Juan Ramón García Secades intenta obtener ya los derechos de explotación para el almacenamiento del dióxido de carbono en el subsuelo.
Hunosa, junto al Instituto del Carbón (Incar) y Endesa tienen previsto instalar una planta experimental de carbón limpio en La Pereda, con una potencia de un megavatio. Su objetivo es comprobar la viabilidad de las pruebas positivas que se están ultimando en un prototipo de laboratorio de 30 kilovatios que hay en la sede ovetense del Incar para lograr la captura de CO2 en poscombustión mediante unos procesos de carbonatación-calcinación que, en principio, son los más económicos de cuantos se están desarrollando en Europa. En este sentido, Hunosa, el Incar y Endesa están a punto de crear una Asociación de Interés Empresarial (AIE) para este proyecto y tienen cerrada la participación de la compañía de ingeniería americana Foster Wheeler como socio tecnológico colaborador en el proyecto de la planta piloto.
Según indicó Juan Ramón García Secades durante la conferencia que pronunció hace un par de semanas en la sede socialista madrileña de Ferraz, «el desarrollo del proyecto tal como se define en el acuerdo prevé fases sucesivas: de ensayos en la planta del Incar de 30 kilovatios, de construcción de una planta piloto de 1 megavatio en La Pereda, para finalizar, en caso de resultados positivos, con la construcción de plantas a escala semiindustrial, de 20 megavatios, e industrial, de 350 megavatios, en las ubicaciones que en su momento se decidan». Según el presidente de Hunosa, la iniciativa «no se debe entender incompatible, sino más bien complementaria, con la del Bierzo».
Pero no sólo El Bierzo y Asturias se mueven en materia de combustión limpia de carbón a partir de técnicas de confinamiento de dióxido de carbono. En Aragón, la empresa Endesa, con el total respaldo del Gobierno autonómico que preside el socialista Marcelino Iglesias, ha presentado ante la Unión Europea (UE) un proyecto de captura y almacenamiento CO2, con el objetivo de que se convierta en equipamiento de referencia continental en la materia.
En principio, el proyecto aragonés apenas tiene oportunidades de lograr financiación de forma inmediata, ya que el candidato oficial de España para unas de las primeras doce instalaciones de secuestro de CO2 es El Bierzo, pero, con este movimiento, Aragón ya ha tomado posiciones de cara a 2015, cuando Europa podría dar luz verde a otro paquete de proyectos, que recibirían subvenciones con cargo al mercado continental de derechos de emisión.
La central aragonesa con dispositivos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono se ubicaría en la localidad de Andorra, localizada en la cuenca minera de Teruel, y tendrá tecnología de oxicombustión.
En principio, las inmediaciones del cauce fluvial serán el lugar elegido por la fundación para depositar el CO2 que se extraiga de la planta de carbón limpio de 500 megavatios que Endesa y el Ciuden tienen previsto habilitar en El Bierzo. Se trata, por cierto, de la única instalación de este tipo en España que entrará dentro del paquete de centrales de referencia continental que la Unión Europea tiene previsto autorizar en los próximos años para profundizar en las investigaciones que desarrollen técnicas para impedir la salida de dióxido de carbono a la atmósfera. Es más, además de las importantísimas subvenciones que ha recibido del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la iniciativa también tiene asegurada ya una inyección económica europea. De hecho, León acapara los 180 millones de euros de la UE para la captura de CO2 en España aprobados recientemente por el Consejo de Europa.
Además de la Fundación Ciudad de la Energía, Hunosa también tiene en marcha investigaciones para, en un futuro, lograr el confinamiento del CO2 de las térmicas asturianas en capas profundas o en acuíferos fósiles ubicados la zona central del Principado de Asturias. Es más, la hullera pública que preside Juan Ramón García Secades intenta obtener ya los derechos de explotación para el almacenamiento del dióxido de carbono en el subsuelo.
Hunosa, junto al Instituto del Carbón (Incar) y Endesa tienen previsto instalar una planta experimental de carbón limpio en La Pereda, con una potencia de un megavatio. Su objetivo es comprobar la viabilidad de las pruebas positivas que se están ultimando en un prototipo de laboratorio de 30 kilovatios que hay en la sede ovetense del Incar para lograr la captura de CO2 en poscombustión mediante unos procesos de carbonatación-calcinación que, en principio, son los más económicos de cuantos se están desarrollando en Europa. En este sentido, Hunosa, el Incar y Endesa están a punto de crear una Asociación de Interés Empresarial (AIE) para este proyecto y tienen cerrada la participación de la compañía de ingeniería americana Foster Wheeler como socio tecnológico colaborador en el proyecto de la planta piloto.
Según indicó Juan Ramón García Secades durante la conferencia que pronunció hace un par de semanas en la sede socialista madrileña de Ferraz, «el desarrollo del proyecto tal como se define en el acuerdo prevé fases sucesivas: de ensayos en la planta del Incar de 30 kilovatios, de construcción de una planta piloto de 1 megavatio en La Pereda, para finalizar, en caso de resultados positivos, con la construcción de plantas a escala semiindustrial, de 20 megavatios, e industrial, de 350 megavatios, en las ubicaciones que en su momento se decidan». Según el presidente de Hunosa, la iniciativa «no se debe entender incompatible, sino más bien complementaria, con la del Bierzo».
Pero no sólo El Bierzo y Asturias se mueven en materia de combustión limpia de carbón a partir de técnicas de confinamiento de dióxido de carbono. En Aragón, la empresa Endesa, con el total respaldo del Gobierno autonómico que preside el socialista Marcelino Iglesias, ha presentado ante la Unión Europea (UE) un proyecto de captura y almacenamiento CO2, con el objetivo de que se convierta en equipamiento de referencia continental en la materia.
En principio, el proyecto aragonés apenas tiene oportunidades de lograr financiación de forma inmediata, ya que el candidato oficial de España para unas de las primeras doce instalaciones de secuestro de CO2 es El Bierzo, pero, con este movimiento, Aragón ya ha tomado posiciones de cara a 2015, cuando Europa podría dar luz verde a otro paquete de proyectos, que recibirían subvenciones con cargo al mercado continental de derechos de emisión.
La central aragonesa con dispositivos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono se ubicaría en la localidad de Andorra, localizada en la cuenca minera de Teruel, y tendrá tecnología de oxicombustión.