Habrá pérdida de playas, disminución de la biodiversidad y reducción de los recursos hídricos
Vie, 17/04/2009
En un estudio de la Fundación Empresa y Clima se afirma que, aunque el cambio climático supondrá la desestacionalización y el alargamiento de la temporada turística en España, así como el aumento de los turistas en los litorales cantábrico y atlántico, también hará surgir nuevas zonas de competencia y nuevas necesidades ambientales a las que los empresarios deberán adaptarse. Se prevé, además, un aumento de la temperatura media de dos grados centígrados y un descenso de las precipitaciones anuales del 10% para el periodo 2011-2040 y del 40% para 2071-2100. Además, a finales de siglo el nivel del mar habrá subido entre 18 y 59 centímetros, a razón de 2,5 milímetros por año.
Según ha explicado Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona y autor del informe, estas nuevas variables climáticas generarán modificaciones físicas como la pérdida de playas, la disminución de la biodiversidad y de los ecosistemas, la reducción de los recursos hídricos y un mayor riesgo de incendios. El aumento de la temperatura alargará la temporada turística, tanto para el turismo de sol y playa como para el de montaña, pudiéndose ampliar a casi todo el año en la zona mediterránea, con lo que mejorarán las oportunidades de negocio.
Adaptarse a los cambios
El estudio prevé un incremento del flujo de turistas hacia el litoral cantábrico y atlántico, aunque también lo hará hacia algunas zonas turísticas de Europa que ahora mismo no son competencia para el sector turístico español. El turismo de montaña también sufrirá una transformación, ya que el aumento de la temperatura y el descenso de las precipitaciones pueden reducir la temporada de esquí, tanto por la cantidad de nieve caída como por su duración. Por eso, en lugar de hablar de estaciones de esquí, habrá que hacerlo de estaciones de montaña a mayor altitud porque, aunque seguirá habiendo nieve, deberán aumentar las actividades de montaña como los deportes de aventura.
A pesar del cambio climático, Martín Vide considera que el turismo puede seguir creciendo en España, aunque ha señalado que en algunas zonas como Valencia o Murcia ya se está alcanzando el límite razonable. Para adaptarse a los cambios y aprovechar las nuevas oportunidades de negocio, los empresarios tendrán que tomar medidas como la utilización de energías renovables o la reutilización del agua, la construcción de diques en el litoral mediterráneo o la regeneración de playas.
Para Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima, el sector ya se está adaptando a la nueva realidad medioambiental construyendo con materiales más sostenibles o haciendo un mejor uso del agua, porque los turistas cada vez son más exigentes con esta problemática.
En la zona meridional, aunque los inviernos serán como los de los países nórdicos, en los meses de verano se superará el número de días en los que las temperaturas rebasarán los 40 grados. Los efectos se harán sentir especialmente en la zona mediterránea oriental, lo que dará lugar a un incremento de la competitividad turística y un desplazamiento de los turistas hacia zonas situadas más al norte en busca de un mejor confort climático.
Debido a las altas temperaturas se prevé la propagación de enfermedades tropicales a latitudes más elevadas, donde ahora no existen. A estos impactos habrá que añadir el incremento de sequías, olas de calor, lluvias torrenciales, inundaciones y temporales marítimos que afectarán al sector turístico.
El estudio apuesta por aumentar las infraestructuras turísticas en el interior, por las construcciones sostenibles y por preservar y mejorar los espacios naturales más vulnerables. Para Martín Vide, la mejor prevención contra los riesgos naturales es la planificación sostenible del territorio, que es donde se debe hacer hincapié.
En la elaboración del trabajo se han tenido en cuenta dos escenarios climáticos diferentes. Uno, teniendo en cuenta emisiones de gases de efecto invernadero medias-altas, y otro con emisiones medias-bajas. Los datos utilizados proceden del Instituto Nacional de Meteorología y del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, correspondientes al año 2007.
Según ha explicado Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona y autor del informe, estas nuevas variables climáticas generarán modificaciones físicas como la pérdida de playas, la disminución de la biodiversidad y de los ecosistemas, la reducción de los recursos hídricos y un mayor riesgo de incendios. El aumento de la temperatura alargará la temporada turística, tanto para el turismo de sol y playa como para el de montaña, pudiéndose ampliar a casi todo el año en la zona mediterránea, con lo que mejorarán las oportunidades de negocio.
Adaptarse a los cambios
El estudio prevé un incremento del flujo de turistas hacia el litoral cantábrico y atlántico, aunque también lo hará hacia algunas zonas turísticas de Europa que ahora mismo no son competencia para el sector turístico español. El turismo de montaña también sufrirá una transformación, ya que el aumento de la temperatura y el descenso de las precipitaciones pueden reducir la temporada de esquí, tanto por la cantidad de nieve caída como por su duración. Por eso, en lugar de hablar de estaciones de esquí, habrá que hacerlo de estaciones de montaña a mayor altitud porque, aunque seguirá habiendo nieve, deberán aumentar las actividades de montaña como los deportes de aventura.
A pesar del cambio climático, Martín Vide considera que el turismo puede seguir creciendo en España, aunque ha señalado que en algunas zonas como Valencia o Murcia ya se está alcanzando el límite razonable. Para adaptarse a los cambios y aprovechar las nuevas oportunidades de negocio, los empresarios tendrán que tomar medidas como la utilización de energías renovables o la reutilización del agua, la construcción de diques en el litoral mediterráneo o la regeneración de playas.
Para Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima, el sector ya se está adaptando a la nueva realidad medioambiental construyendo con materiales más sostenibles o haciendo un mejor uso del agua, porque los turistas cada vez son más exigentes con esta problemática.
En la zona meridional, aunque los inviernos serán como los de los países nórdicos, en los meses de verano se superará el número de días en los que las temperaturas rebasarán los 40 grados. Los efectos se harán sentir especialmente en la zona mediterránea oriental, lo que dará lugar a un incremento de la competitividad turística y un desplazamiento de los turistas hacia zonas situadas más al norte en busca de un mejor confort climático.
Debido a las altas temperaturas se prevé la propagación de enfermedades tropicales a latitudes más elevadas, donde ahora no existen. A estos impactos habrá que añadir el incremento de sequías, olas de calor, lluvias torrenciales, inundaciones y temporales marítimos que afectarán al sector turístico.
El estudio apuesta por aumentar las infraestructuras turísticas en el interior, por las construcciones sostenibles y por preservar y mejorar los espacios naturales más vulnerables. Para Martín Vide, la mejor prevención contra los riesgos naturales es la planificación sostenible del territorio, que es donde se debe hacer hincapié.
En la elaboración del trabajo se han tenido en cuenta dos escenarios climáticos diferentes. Uno, teniendo en cuenta emisiones de gases de efecto invernadero medias-altas, y otro con emisiones medias-bajas. Los datos utilizados proceden del Instituto Nacional de Meteorología y del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, correspondientes al año 2007.